Por Paulina Moreno
@wabisabe
El viñedo La Redonda se encuentra en un municipio queretano llamado Ezequiel Montes a tres horas del D.F., más o menos y a quince minutos de Tequisquiapan. Es aquí donde por segundo año se realiza el Wine Colour’s Music Fest que invita a disfrutar de los vinos de la región maridados con diferentes géneros musicales.
El espacio es muy adecuado para el evento, cuenta con un escenario principal donde se presentaron los actos más “importantes”, así como un kiosko donde también hubo movida musical. El escenario principal se encuentra en un jardín con mesitas para que entregarse al picnic o al besuqueo acompañado de una botella de vino y música en vivo. También había food trucks por si te entraba el monchis. Otro de los espacios muy agradables para hanguear eran las carpas centrales donde había mesas y los jardines de alrededor con vista a los viñedos. Al final se encontraba el área de comida donde había tacos, baguettes, tablas de quesos, ensaladas, dulces deliciosos de la región y muchas cosas más.
La experiencia fue muy buena porque el evento está bien organizado: los espacios son cómodos y había muchas opciones de actividades. En la entrada te reciben con una copa de vino blanco, perfecta para empezar a disfrutar de lo que se siente como un parque de diversiones para adultos. Lo siguiente fue averiguar qué onda con las bandas que iban a tocar. La verdad es que no conocía a ninguna, y francamente, después de verlas tocar no recuerdo ni una sola que haya capturado mi atención, pero eso también se puede deber a los vinos que son los protagonistas reales de este festival. La onda de maridar los distintos vinos que produce el viñedo con estilos de música de inicio no me parece una mala idea pero cuando entran en el tema de los colores me resulta un poco forzado, además de que los polvos esos que ahora están tan de moda y avientan en los eventos para pintar a la gente me parecen horribles. Creo que la música es el punto débil del festival y podrían hacer una curaduría de bandas más chingonas.
Las otras actividades que ofrece este festival incluyen paseos en bicicleta por los viñedos, catas de vinos, vuelos en helicóptero por la Peña de Bernal, tiro al blanco, visita al jardín de cactus y un área infantil con animalitos para acariciar.