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#NationalGeograffiti 18: Apuntes y coordenadas rumbo a Citlalli Toledo

- Por: helagone

Por Christopher Nilton Arredondo
@niltopher
La palabra jazz, lo mismo que la palabra rock, más que designar un género, designa una familia de géneros musicales, originalmente populares, aunque en el trayecto se han mezclado con los recursos de la música académica de Occidente. El jazz abarca una serie de realizaciones concretas harto disímiles entre sí.
Por eso, decir que Citlalli Toledo es una cantante y compositora mexicana con “formación jazzística”, para el grueso del público es como decir que es persona y mujer. Y ya que recientemente las diversas fusiones de jazz con otros géneros populares han causado mayor interés en este tipo de música, decir que Citlalli reúne su formación con “la influencia de otras músicas”, equivale a decir que, además, respira aire.
Como el jazz está lejos de ser mi especialidad y, en cambio, es la especialidad de mucha gente brillante, trataré de mantener esta revisión de Acordes y Coordenadas Vol. I, nuevo material discográfico de Toledo, dentro de una lectura descriptiva “impresionista”.

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Acordes y Coordenadas vol. 1 presenta un puñado de grabaciones, algunas ya aparecidas en el catálogo de otros artistas, en las que la voz de Citlalli Toledo es el hilo conductor. Entre sus composiciones y sus arreglos destaca como constante un tempo lento y cadencioso, que nos ubica en esos géneros jazzísticos contemplativos como el cool jazz o el lounge (lo digo al tanteo, les recuerdo que no soy especialista en el tema).

Sin embargo, este ritmo pausado, acentuado con instrumentaciones mayormente parcas (acordes de piano y algunas líneas melódicas de guitarra son prendas cortas para la voz desnudista de Toledo), están lejos de cumplir el cliché de música lenta habitual en bares llenos de malos poetas, según el imaginario de muchas series humorísticas gringas; la sonoridad de piezas como “Reminiscencias” no evoca una relajada sala de espera, sino una tensión permanente, resultado del acorde de piano que remata cada motivo.

Quién sabe qué principio jazzístico opere en torno a una pieza como la mencionada (seguro el acorde “tenso” del que hablo es un acorde mayor con 7ª o con 6ª, de 1ª o 2ª inversión, o tal vez un acorde aumentado; una auténtica fruslería para cualquier aficionado al jazz), sin embargo, creo sobresaliente la expresión práctica en cada motivo y frase musicales. El pianista de “Reminiscencias” (que es la misma Citlalli) podría ser el alumno menos habilidoso de una clase impartida por un profesor negligente, pero una vez que ha conseguido un par de acompañamientos correctos, les extrae la mayor expresividad al combinarse con la voz y la letra.
Recuerdo con esto a Lester Bangs, que creía en la fusión para muchos improbable del free jazz y el punk rock; unos virtuosos que hacen gala de sus habilidades de improvisación al lado de instrumentistas rudimentarios, juntos haciendo buena música.

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Aunque el disco ofrece una sensación parsimoniosa general, a detalle podemos encontrar piezas variadas; temas de una naturaleza especulativa como “Ferva” y “Este que ves” (composición de Jonathan Arellano, que incluye una escalada de tensión impresionante con el estribillo, de esas que reclaman escuchar la pieza con partitura en mano), se concatenan con secciones de rap como en “Mariposas”, para desembocar en temas briosos como “Azul” y “Postal”.

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Un dato más sobre Acordes y Coordenadas, que me parece de caro valor, es lo que en el librito del disco llaman “la cultura del bootlegging”. Sabrá Dios si de verdad algunas piezas habrán sido tomadas de contrabando, pero lo que sobresale del armado del disco es, primero, la esencia de la interpretación en vivo y en una sola toma. Más que un álbum entendido como una interrelación de piezas pensadas para construir un sistema de signos más amplio, el disco de Citlalli Toledo parece una antología, una colección de canciones donde cada una es un universo en sí misma, pero con la facultad de interrelacionarse entre sí, sin vincularse hasta la autorreferencialidad.
Por ser un disco hecho de pedacería y retazos, con cortes brevísimos de charla y acotaciones, Acordes y Coordenadas me trae a la memoria otro gran álbum de la música en vivo y en una sola toma: la Antología de Luis Pescetti. Aunque menos rockera que Pescetti, vale la pena darse una vuelta por las coordenadas de esta compositora, así sea sólo para tomarse un respiro entre un disco de rock y otro.