TODO MENOS MIEDO

EN VIVO

EN VIVO

#PecesSueltos presenta: Andre Williams, Mr. Rhythm

- Por: helagone

“A Loose-Fish is fair game for anybody who can soonest catch it.” Moby Dick

Si la música se parece al mar, y lo habitamos todos, hay especies raras, que se ven poco y extraña vez son capturadas. Aquí surcamos las olas para hacerlos más evidentes.

Andre Williams, Mr. Rhythm

Por Baudilio Matute
@esematute
Estoy convencido de que estos días húmedos y fríos deben de ser acompañados por música rasposa. Es por eso que el señor Zephire “Andre” Williams se hará presente el día de hoy, porque de una cosa estoy seguro, una tarde que los acompañe y querrán escucharlo el resto de sus vidas. No sólo estamos hablando de un gran músico, de un niño genio del R&B y el blues eléctrico, hablamos de todo un personaje bohemio que bien merece ser retomado.
Su carrera comenzó a la edad de seis años cuando pierde a su mamá y queda en custodia de sus tíos, allá en el lejano y blusero estado de Alabama, lugar de donde nace su gusto por la música. Anduvo de acá para allá, de Alabama a Chicago, de Chicago a Illinois, para que finalmente a la corta edad de 16 años les diera las gracias a sus tíos-custodios por los inconveniente. Después supo muy bien a dónde llegar: Detroit, Michigan. De pronto fue el encargado de Mr. Rhythm, (como lo llaman por una de sus primeras canciones), debido a que era un niño inteligente y muy talentoso no le cuestó trabajo llegar a una disquera. Gracias a su amistad con Jack y Deborah Brown, fundadores de Fortune Records, hizo sus primeras grabaciones antes de cumplir los 18, y no solo graba para aquella disquera, también produce y compone. Su primera banda “Andre Williams and the Don Juans” graba uno de sus primeros éxitos, y quizás el único, de dimensiones bastante mesuradas pero altas para la carrera de Mr. Rhythm.

En la segunda parte de la década de los 50, forma parte de las bases de un movimiento que será un ícono para esa época: el Motwon, llamado el premotwon por su colaboración con Gino Parks, donde deja ver esos momentos musicales más cercanos al Rock and Roll y él R&B.

En la aún en pañales Motown, también coescribe con Stevie Wonder (otro niño genio del momento) varias rolas de su primer EP, entre ellas la melosísima “Thank you (for love me)”. Un par de años después deja la disquera para moverse a Chicago, no sin antes registrar casi 240 canciones de su autoría.


Una vez en Chicago, ya con la disquera Chicago Chess Records, elabora una serie de producciones, entre las que se encuentra Bull and the matadors. Vivir con una muerte a cuestas no es fácil, y obtener dinero a una corta edad tampoco, por lo que toda la fortuna que pudo hacer como uno de los productores más prolíficos de esos tiempos y esos lugares, se la gastó induciéndose la gripa colombiana por toneladas, y por mucho tiempo vivió en la calle.
Pero como el talento se abrió camino, ya no como ese joven tirado a la turbulencia de la fama y el dinero, sino como ese adulto colocado en la bohemia de los pocos pesos. Así regresa a mediados de los 90 mostrando no sólo en qué se había quedado, sino retomando esos movimientos musicales que alguna vez influyó, mezclados con su voz, ahora, más rasposa que nunca. Por ejemplo, el punk garage de bandas como The Cramps llega a él, y lo hace de una manera excelente con letras que aseveran su estadía en el fango y el gusto por revolcarse en el.


Esos fans que estaban en la búsqueda de música más cruda de la que se estaba haciendo a finales de los cincuentas, dan con Mr. Rhythm, que en la última década no ha dejado de sacar discos, de entrar por el country y salir por el garage-punk sin abandonar nunca ese R&B y blues al que tanto contribuyó.

Crudo, siempre crudo, en la vida y en su música, es su característica distintiva. Esta última década la ha dedicado al judaísmo, a la bohemia pero sobre todo a experimentar con sus melodías, muestra de eso es Andre Williams and the diplomats of solid sound, disco del 2006 en el que deja que su lírica (el no canta, al principio lo hacía pero no le gustaba su voz, por lo que decidió recitar, y eso hay que celebrarlo) se mezcle con unos versos raperos.

De todos sus últimos discos, Night and day, del 2012, grabado con los canadienses The Sadies, es de una calidad impecable: cada melodía nos habla de un momento de su vida desenfrenada, como “I gotta get shorty out of jail”, escrita en la cárcel cuando esperaba que su representante le pagara la fianza.

Por último dejamos el tráiler de un documental que gira en torno a Andre, y nos muestra a ese Blusero-Zoot suit y la forma en que se debe vivir la vida desenfrenada a las 70 años. Gracias Andre.