El día de hoy se hizo viral este gif
#ElSrDLasComprasPúblicas vende cubrebocas a sobreprecio de 9833%… y el gobierno los compra https://t.co/ejsPB4LqKs pic.twitter.com/aFwf32IzXT
— Newsweek en Español (@NewsweekEspanol) 23 de mayo de 2016
La imagen es sólo la punta del iceberg de la investigación que la revista Newsweek en Español empezó a publicar desde el 6 de mayo pasado. El reportaje, dividido en tres partes, de Thelma Gómez Durán y Ana Lilia Pérez se centra en las licitaciones otorgadas irregularmente a las empresas de Luis Francisco Molleda que, en colusión con delegados y funcionarios de alto nivel, les han dejado ganancias multimillonarias.
Si en 2012, EPN hizo malamente famosa esa frase de “No soy la señora de la casa” para justificar su ignorancia sobre el precio de la tortilla, acá les dejamos 8 puntos para entender por qué tenemos que conocer al Señor de las Compras Públicas, y la manera en que se adjudica y se gasta el dinero de todos.
1. No choqué, me chocaron
Todo empezó un día de 2014, al entonces delegado de Iztapalapa, Jesús Valencia Guzmán, se le pasaron las copas un buen día, chocó y deshizo una camioneta… que no era suya. El vehículo estaba a nombre de la empresa Amexire, importante proveedora de bienes y servicios de la delegación. Ese accidente descubrió un importante conflicto de interés, una Casa Blanca a menor escala, que involucraba a las empresas del grupo Molleda.
2. El grupo Molleda o el inicio de una gran amistad
El grupo empresarial en cuestión pertenece al empresario tabasqueño Luis Francisco Molleda, con participación del ex funcionario del ISSSTE Carlos Barrera Ríos. El consorcio está compuesto por al menos nueve empresas que, a partir de 2009 y gracias a sus vínculos con funcionarios, son proveedoras de materiales, uniformes y obra pública de delegaciones como Tlalpan, Coyoacán, Magdalena Contreras, Iztapalapa y Benito Juárez, así como de dependencias entre las que se cuentan Conagua, la SEP, Semarnat, Pemex y Lotería Nacional.
3. Total, todo queda en familia
El crecimiento de las empresas Molleda se hizo a base de esfuerzo, al final no crean que no cuesta trabajo juntar a toda la parentela y compadriza para armar un buen negocio. Una vez solucionados los pleitos entre amigos, cuñados, esposas y compadres, la cosa fue más bien simple: tras la creación en el 98 del grupo textil Brac; Molleda y Barrera, sólo necesitaron que éste último consiguiera un hueso. Y en el 2000 llegó uno bastante grande como director del Sistema Integral de Tiendas y Farmacias del ISSSTE. El ascenso del funcionario coincide con el crecimiento y proliferación de las empresas que comparten domicilios, apoderados legales y, sobre todo, concursos en distintas licitaciones públicas.
4. Lo importante no es ganar, sino competir
El problema con el grupo Molleda, más allá del conflicto de interés del funcionario/accionista, está en que la mayoría de los contratos firmados con dependencias gubernamentales se obtuvieron por medio de licitaciones irregulares o adjudicaciones directas. En todos los concursos en los que ganó una empresa del grupo resultó que el resto de los competidores también eran empresas presididas por Molleda. Es decir, si caía águila ganaban y si caía sol también. Por si esto fuera poco, a los delegados y directivos a veces también les daba por ahorrarse los concursos y otorgaban los contratos por adjudicación directa, a dedazo, pues. De esta manera, entre 2012 y 2015 las empresas Molla han obtenido contratos por más de 250 millones de pesos. Ya sabemos por qué no les dolió la camioneta deshecha por el borrachales de Jesús Valencia.
5. Atínale al precio
Dentro de las transas de las empresas Molla, y de los funcionarios que los contrataron, se cuenta el sobreprecio de los materiales que vendían a las instituciones. Ya se mencionó el precio del cubrebocas, y de uno en uno tal vez no alcanzamos a dimensionar el tamaño de la estafa, pero imagínense que estas empresas se han llevado contratos como estos: $24,980,000 por herramientas menores, $49,483,124 por juegos infantiles en Coyoacán; $47,754,000 por zapatos para médicos del ISSSTE (que no le han entregado a ningún médico); y así cientos de compras que se han realizado a un sobreprecio que oscila entre el 180% y el 9000%.
6. El Espacio es Público y también inexistente
Un gran detalle del grupo Molleda fue el que hicieron en el Centro Cultural Valle Sur de Iztapalapa. En 2013, se otorgaron contratos para materiales para cursos artísticos en el centro, y fue concedido a la empresa Summit AM. Así, se gastaron más de cuatro millones de pesos en tablets, pigmentos, computadoras, equipo electrónico y de impresión, nada mal para un centro cultural. El pequeño detalle es que el centro no existe. En la dirección en la que se supone que debería estar, hay en realidad una unidad habitacional de departamentos; y el teléfono de contacto del centro corresponde a uno de los depas. Cuando se le preguntó al ex delegado de Iztapalapa, ahora diputado, sobre este asunto, respondió que había que arreglarse con la contraloría porque quién es él para andar revisando actas constitutivas.
7. Ya les dije, pero no me hacen caso
La Auditoría Superior de la Federación, los institutos de transparencia, organizaciones civiles como México Evalúa, entre muchas otras instituciones han llamada la atención sobre las irregularidades en estos contratos. Investigaciones se han abierto y permanecen abiertas sin mayores consecuencias. Las instituciones anticorrupción han hecho llamados para evitar hacer adjudicaciones directas de contratos, pues no están sujetas a mecanismos de transparencia. Sin embargo, pese a las continuas violaciones de la ley, no hay ni siquiera una sanción a los funcionarios públicos ni a las empresas que realizan este tipo de prácticas.
8. Vivir fuera del presupuesto, es vivir en el error
Lo más importante de este reportaje es que no perdamos de vista cuáles son los entes gubernamentales señalados en estas adjudicaciones irregulares. La delegación Iztapalapa, una de las que concentra la mayor cantidad de población en pobreza, fácilmente puede gastarse millones de pesos en la fiesta navideña para, en palabras del ex delegado, “subir la autoestima de la delegación”. Pemex puede presumir una de las crisis más graves de su historia, seguir despidiendo empleados y aún así otorgar contratos por hasta por $40 millones para compra de uniformes; la SEP, que se dio el lujo de presumir que se ahorró $12 millones al no pagarle a los maestros faltistas, fue quien gastó más de $2 millones cuando debió invertir $27 mil pesos. Eso sin echar de lado las condiciones en las que se encuentran la mayor parte de las escuelas públicas del país. Como dicen las tías, es poco el amor y desperdiciarlo en celos.
Así es, muchachos y muchachas, este es el pequeño gran consorcio que se lleva impunemente nuestros impuestos. Y todo esto se da a conocer en un momento en que nuestros queridos senadores no acaban de aprobar el Sistema Nacional Anticorrupción, y se resisten a hacer públicas sus declaraciones patrimoniales, de intereses y fiscales. No se pierda las tres partes de este gran reportaje que pueden consultar acá. Después de vomitar un poquito piense qué haremos al respecto.