Por Christopher Nilton Arredondo
@niltopher
Kang el Conquistador, un despiadado dictador del futuro, viaja al pasado para gobernar la Tierra en el presente. Tras derrotar a los Avengers, la máquina del tiempo de Kang desata el caos en Nueva York, haciendo coincidir a personas y criaturas de otras épocas en una sola. Un policía de apellido Bendis da su informe por radio sobre los raros incidentes. El nombre del oficial es una referencia al guionista del comic, Brian Michael Bendis; un guiño para los lectores de Marvel que se interesan por las versiones animadas de sus superhéroes favoritos.
La prensa de entretenimiento usa un anglicismo multiusos, surgido en el contexto de la programación de videojuegos, para definir este tipo de referencias dirigidas a fanáticos especializados: easter eggs. El “huevo de pascua” de la narrativa fuera de los videojuegos es un fenómeno transtextual, que consiste en incluir referencias de uno o muchos textos en otro; en términos de Gerard Genette es una relación intertextual, o sea de co-presencia entre varios textos, establecida en términos de directa o indirecta, de evidente o sutil.
Lo distintivo del easter egg en la cultura pop es su calidad de juego paralelo a la obra: la dinámica es que el iniciado que ha descubierto el conjunto de referencias, encuentre la mayor cantidad posible de ellas mientras la obra se desarrolla, como quien busca huevos decorados escondidos en un jardín. Es un uso lúdico del relato que sólo pueden hacer quienes se interesan casi obsesivamente por los textos de los que se alimenta la obra.
Como el éxito reciente de las películas de superhéroes representa la apertura de un submundo anteriormente cerrado y menospreciado (el de los cómics), las cintas y series animadas hacen un buen uso del easter egg para afianzar la complicidad con los seguidores de hueso colorado, que reciben un “trato especial” en cada proyección.
Y aunque el juego del easter egg tenga un sabor mercantilista, en el que los “clientes frecuentes” reciben el beneficio adicional de las referencias “oscuras”, la presencia del huevo de pascua tiene un aspecto positivo, en el que los creadores pueden manifestar una comunicación más directa con su público. Stan Lee solía dirigirse a sus lectores, tanto en el panel de créditos de cada número como en la sección de cartas de los seguidores, en un tono amigable que incluía algunos chistes locales, como si fueran parte de un exclusivo club. Es posible que esta forma de interactuar con sus lectores fuera una de las causas del éxito de Marvel durante la Era de Plata de los cómics.
En este caso, reconocer a Bendis o ver intervenida la animación de apertura, mostrando las siluetas de los New Avengers en lugar de las del equipo “original”, indudablemente crea una reacción en el joven, joven espectador, que reconoce a los héroes, sabe de qué va la historia porque la ha visto representada en otro lado (más o menos) y se emociona por lo que verá. Hasta aquí el easter egg es una agradable sorpresa; el problema viene cuando al niño que encontró el huevo su logro se le sube a la cabeza.