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Postal 74. Helados chidos

- Por: helagone

por Erika Arroyo
@WooWooRancher

La situación es la siguiente: un plátano yace desnudo sobre un plato de cristal, abierto por la mitad aloja tres obscenas y deliciosas bolas de helado con crema batida encima.
Con esta oda a un Banana Split comenzamos a salivar en Postales. Bienvenidos.


Sencillos, dobles, con cubierta de chocolate, chispas de sabores, en carritos, en camionetas, en puestitos con cubetas, en charolas caminantes, los helados son el oasis de soledades, convivios y antojos jamás pasajeros.
¿Cuál es su sabor favorito?
¿Lo prefiere en barquillo, canastilla, en vasito?
¿Otra preguntita?
Pase a la caja a pagar, por favor, sería un delito dejar que se le derrita esa delicia en la mano.

Concéntrese por un momento, respire muy profundo, gesticule por un momento hasta relajar los músculos faciales. Eso es, ahora aproxime su mano lenta y delicadamente a la diminuta cucharita, tome una pequeña porción y acérquela a su boca. Cierre los ojos. Sí, eso es el paraíso y sabe a cereza.


Pase, pase por acá, pruebe este de café y qué me dice de este de vainilla. Tiene vaina, no vaya usted a creer que nosotros revendemos mantecados embotellados. Estos son helados chidos, los meros buenos.


Continuamos en esta ruta sin saborizantes artificiales ni conservadores, la ruta de Postales.


Hey, tú, amigo diabético, no temas, sólo por hoy hemos traído un poco de este manjar dulce con un mágico sustituto. Sólo una probada, resiste, sabemos que la tentación es fuerte pero deja que sea tu alma y no tu paladar la que se encargue de saciar mentalmente ese deseo azucarado.

En esta postal el sol brilla, brilla para que tú, sí tú, tú, quién más, por Dios, puedas derretirte con nosotros en esta fuente de sodas con sabores para llenar cada rinconcito de tu ser. No hay una sola nube que se asome siquiera para amenazar la posibilidad de pedir otro de mamey, beso de ángel o cacao. Si tienes a tu lado a un insípido fanático del napolitano te recomendamos acompañarle a terapia y apoyarle en su rehabilitación espiritual.

Gracias por acompañarnos esta noche, le recomiendo ampliamente dejar absolutamente todo lo que está haciendo y acuda de inmediato a su heladería de confianza. Desde la cabina de NoFM levanto mi helado mental en su honor.