La mente humana es uno de los recovecos más misteriosos que quizá jamás llegaremos a conocer. Y es misterioso no sólo por lo que no hemos llegado a descubrir, sino también porque lo que sabemos ahora de la mente es, en ocasiones, muy perturbador. Desde 2002, la Organización Mundial de la Salud, junto con la Organización Panarmericana de la Salud, instauraron el Día Mundial de la Salud Mental para promover la atención de desórdenes mentales que frecuentemente son dejados de lado para privilegiar la atención física.
Para conmemorar el Día Mundial de la Salud Mental, les dejamos 8 padecimientos extraños que, por un lado, han sido un grandes cubrimiento, y por otro, siguen marginando pacientes de la atención que necesitan y merecen.
* Síndrome de Cotard
También llamado delirio nihilista, este síndrome consiste en que el paciente cree estar muerto. Los pacientes creen que sus órganos se han paralizado o que se hallan en estado de putrefacción. Eso los lleva a pensar que no necesitan cuidarse o alimentarse, o que no morirán de manera natural, pues se han convertido en almas en pena. Los síntomas del Síndrome de Cotard incluyen que los pacientes tengan alucinaciones olfativas, como percibir un olor putrefacto saliendo de sus cuerpos, y visuales, como ver gusanos deslizándose por su organismo.
* Akinetopsia
Este padecimiento consiste en una ceguera del movimiento. Los pacientes con esta enfermedad están imposibilitados para interpretar la movilidad, por lo que ven el desplazamiento de los objetos como una serie de imágenes estáticas. Esta idea de ver todo en slow motion puede detenerse con la administración de antidepresivos o con cirugía cerebral.
* Paramnesia reduplicativa
Relacionada con pacientes que padecen Alzheimer, o que han sufrido daño cerebral, esta enfermedad genera en los pacientes la sensación de que lugares, escenarios e incluso ellos mismos han sido duplicados o cambiados de ubicación. La Paramnesia reduplicativa ha sido diagnosticada en sujetos con una especia de trauma cerebral y únicamente afecta la orientación espacial, aunque esto puede generar que se viven o perciben universos paralelos.
* Trastorno de Identidad de integridad corporal
En este trastorno los pacientes se ven impedidos para reconocer ciertas partes de su cuerpo, por lo que sienten la imperiosa necesidad de amputárselas. Aunque las extremidades de los pacientes están sanas, ellos las sienten como elementos extraños y desagradables. En los últimos años se ha relacionado este trastorno con la necesidad del paciente de sufrir una discapacidad.
* Síndrome de Capgras
Este trastorno afecta la capacidad de identificación de los pacientes. Quienes sufren Capgras continuamente creen que sus familiares, en especial los cónyuges, han sido sustituidos por impostores. ello se debe a que no reconocen son capaces de relacionar los vínculos emocionales con los rostros. Lo más extraño de la enfermedad es que parece ser selectiva, pues sucede únicamente con poco familiares del paciente, no con todos.
* Amok
Trastorno exclusivo de habitantes de Java e Indonesia en el que los pacientes, en su mayoría hombres entre 30 y 35 años, tras sufrir una fuerte vergüenza social, huyen corriendo destrozando todo a su paso. Las personas que padecen esta enfermedad suelen ser matados por la comunidad al ser vistos como amenaza, y quienes sobreviven aseguran no recordar nada de los sucedido.
* Síndrome de Diógenes
Esta enfermedad toma su nombre del filósofo griego que hacía un llamado a abandonar las necesidades materiales. Así, los pacientes, generalmente de edad avanzada, deciden abandonarse en todos los aspectos: suelen recluirse en su casa, perder cualquier contacto social, evitar cualquier tipo de higiene personal y del lugar en que viven, por lo que recolectan grandes cantidades de basura. El Síndrome de Diógenes está relacionado a procesos de depresión extremos, y casi siempre vinculados a una pérdida importante.
* Síndrome de París
En un inicio se adjudicó esta enfermedad solamente a ciudadanos japoneses que visitaban la Ciudad Luz. Ahora se ha extendido el diagnóstico a casi cualquier turista que visita París. La enfermedad consiste en una desilusión extrema entre la visión idealizada de la ciudad, que se presenta en películas y series, y la hostilidad de los ciudadanos franceses. Los síntomas de este síndrome van desde una tristeza incontrolable hasta ataques de ansiedad, mareos y taquicardias.
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