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!No memes!

- Por: helagone

Por Jesús Arelle
@EpigmenioCross
En la novela 1984, la Neolengua es utilizada para disminuir la imaginación y el hambre intelectual de la sociedad ¿estará pasando esto con los memes? Es arriesgado inclinarse rápidamente por esa opción, sin embargo sí es importante hacernos esta pregunta, ya que muchas veces caminamos hacia el futuro sin saber por dónde estamos pisando, masticando en nuestras mentes las verdades más sabidas, como diría el profeta del nopal, Rodrigo González.
Hoy vivimos una realidad sumamente complicada, muchos factores influyen en la construcción y transformación de nuestra percepción del mundo respecto de la cultura popular global. La Internet, por ejemplo, pasó de ser una mera herramienta de trabajo para facilitar el libre acceso y flujo de la información a convertirse en el receptáculo infinito de nuestras opiniones, experiencias y sentimientos con el surgimiento de las redes sociales. Al mar de información que es la nube, se anexa la versión virtual de nuestras vidas; o por lo menos, la versión que queremos “compartir” con el mundo virtual de la Internet.

Pensar que el mundo virtual, lo que contiene y compartimos, crece y se transforma de manera independientemente a las estructuras que moldean y encarrilan a las sociedades, es, sin duda alguna, una verdadera muestra de ingenuidad. Lo que se genera dentro de las diversas plataformas que existen en Internet, son una viva y dinámica representación de una parte de nosotros. Lo que cambia en Internet resuena en el eco del mundo material y viceversa. El lenguaje que se genera dentro y fuera de la nube se refuerza recíprocamente, a tal grado, que las expresiones utilizadas comúnmente por el grueso de la población que participa dentro de estas dinámicas, se mueven de un terreno al otro. Los memes, ya no son entendidos y utilizados sólo por ciertas personas en comunidades dentro de la Red, cómo lo fue 4chan en sus buenos tiempos, sino que escapan a las reglas originales de su uso, al mundo fuera de las computadoras. Se han vuelto un chiste local, que, contradictoriamente puede entender todo el mundo.
La estructura social avanzada, en nuestro panorama occidental, enmarca, en todo aquello que produce, un pequeño y casi imperceptible rasgo de totalitarismo, tan sutil y enmascarado, que cuando es señalado parece más un síntoma de paranoia esquizofrénica que un momento de lucidez. De lo anterior, surge la necesidad de cuestionarnos el origen y el rumbo de las cosas que la sociedad crea y acepta como parte de la realidad. Los memes son, por definición, una forma de interacción social popular en la que se utilizan referencias culturales para sintetizar y transmitir un mensaje, siempre apelando a los productos y a la ideología que emana de la cultura pop. Es decir, la creación de un meme, inserta en el lenguaje una forma de sintetizar ideas universales en la Red de manera instantánea.
¿Qué implica todo lo anterior, los memes son una forma de evolución lingüística o un retroceso de la manera en que nos comunicamos? Es aquí donde se abre la discusión, personalmente, pienso que es ambas cosas, el lenguaje está evolucionando para volverse más instantáneo. El mundo de hoy se caracteriza por buscar que todo lo que consumimos sea rápido e instantáneo, quizá restándole valor al objeto en sí. Lo que me remite de nuevo a la novela 1984 de George Orwell, en la que el lenguaje llamado “Neolengua” o Newspeak, en inglés, está diseñado para acortar las palabras y eliminar ciertos conceptos con los que el status quo no se siente cómodo, reduciendo así la capacidad de profundizar en nuestras ideas.
Los memes y la Neolengua son similares por la manera en que encapsulan ideas generales en lugares comunes dentro de una fracción diminuta de lenguaje, cómo puede ser una imagen o un emoji, remplazando conceptos y reduciendo el repertorio lingüístico del cual podríamos hacer uso. Dante Tercero con sus Poemojis, demuestra que, en efecto, se puede hacer uso de imágenes comunes y universales para expresar, por medio de la interpretación, ideas y sentimientos sin tener que recurrir necesariamente a palabras.
Los memes son populares por la facilidad que tenemos de identificarnos con ellos, se vuelven virales, son citados en el habla y hasta usados para promover productos. Son producidos en masa por nosotros mismos y su carácter perogrullesco refleja una verdad ineludible: el uso del lenguaje cambia y se transforma al mismo tiempo que las nuevas tecnologías, mientras que nosotros sigamos creando canales nuevos, el lenguaje se adaptará a ellos y así también nosotros al lenguaje