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Belle & Sebastian. Un perro y un niño en México

- Por: helagone

Por Óscar Muciño
@opmucino
Gracias a la generosidad de mi prima Ale me vi con un boleto para ir a ver al grupo Belle & Sebastian, quienes se presentaban el 26 de agosto en el Foro Pepsi WTC. En realidad casi no los conozco ni he oído, pero con la idea de que todo resultaría una sorpresa me dispuse a asistir.
Sabía que su nombre lo tomaron de la caricatura de un perro y un niño que nunca vi, también había escuchado, guiado por la mano de alguien, alguna canción; pero lo que más recordaba eran las portadas de sus discos, similares a fotogramas del cine francés del nouvage, tendencia que ocupan también en los vestuarios de sus videos, y que además utilizan toques descuidados, parecidos a las portadas con fotografías en tones ocre que usaban los Smiths.
La noche previa al concierto busqué los set list de la presentaciones recientes para no ir tan destanteado. El domingo anterior se habían presentado, junto a Spiritualized y Morrissey, en el festival FyF en Los Angeles. Esa noche tocaron 11 canciones.
El día del concierto nos reunimos, poco antes, mis amigas Lilí y Gabi (como las galletas), y Julián (el repartidor de Pizza Fría), los tres conocían a la banda y estaban con muchas expectativas. Aunque no llegamos para escuchar a los teloneros, Camilo VII y Gepe, sí estuvimos puntuales para ver el show principal; el retraso fue parte de una estrategia para economizar gastos.
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Debo reconocer que tampoco conocía el Pepsi WTC. No esperaba un lugar tan amplio, con balcones y una vasta pista general. Y menos que estuviera incrustado en medio de un área entre los cafés y restaurantes ubicados en la planta baja del edificio, rodeados de arcos que gritan una pretendida modernidad. Otra sorpresa. Pensé que a ese foro tal vez de niño acudí a un La Mole Comic Con.
Ya adentro, a las nueve y media salieron al escenario los integrantes de Belle & Sebastian, el primer tema que tocaron fue “Nobody’s Empires”, canción que me decían es de su último disco, del año pasado, para tocar después “Allie” de ese mismo disco. En Los Ángeles su segundo tema fue “I’m a cuckoo”.
Descubrí que la banda está formada por muchos músicos, algunos de ellos ejerciendo varias funciones, como Isobel Campbell quien además de tocar el cello también toca el teclado.
Durante el show, para celebrar esta visita a México, cuando ejecutaron “The stars of track and field” proyectaron imágenes de las olimpiadas de 1968 (año de nacimiento de su frontman), sin que faltara la clásica imagen de Enriqueta Basilio subiendo al pebetero de C.U y secuencias de varias competencias. Este detalle también lo tuvieron en Los Ángeles, donde el concierto se llevó a cabo en el Coliseum y pasaron imágenes de los juegos olímpicos de 1984.
Además de reafirmar que en su música hay un sabor dulce que se va decantando en una melancolía de esa que en ciertos momentos hace bien, dieron muestra que más allá del rock-pop-folk que acostumbran tienen afición por los arreglos electrónicos, por ejemplo, con su canción “Electronic Reissance”, exhibieron imágenes digitales cercanas al Dej Stil para dar paso a que en las pantallas aparecieran visuales de videojuegos que iban de los ochenta a los noventa, de Atari y a las consolas de 8 bit, un Q-Bert, un Galaxy y juegos de sky invernal y carreras. Belle & Sebastian es una agrupación que busca jugar con la nostalgia que generan.
Luego, mientras tocaban “Perfect couples” se proyectó el video de la canción, video cargado de secuencias que se vuelven significantes por sus repeticiones, como las del chico del traje café. Después de esta canción interpretaron “Piazza, New York Catcher” para delicia de sus fans pues no la tocan frecuentemente en sus shows.
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Otro momento importante de la presentación fue cuando el público le cantó el “happy birthday” al vocalista Stuart Murdoch, quien un día antes cumplió 47 años. Más tarde, cuando tocaban “The boy with the arab strap” el grupo invitó a subir al escenario a personas de la audiencia, contagiando un ambiente de camaradería con el público.
A esa canción siguieron “Legal Man” y “Judy and the dreams of horse” para luego dar paso al encore de la banda, quienes regresaron a tocar la bailable canción “We are the sleepy heads”, de su disco The Life Persuit.
Gritabamos “otra, otra” para un segundo encore cuando las luces del lugar se prendieron, señal inequívoca que la fiesta había acabado. Salimos para encontrarnos con el viento que comienza a presagiar al invierno, hubo que refugiarse en los puestos de playeras para después volver a casa alegres, la cual creo es la principal sensación que la música de Belle & Sebastian intenta impregnar.