Por Paulina Moreno
@wabisabe
Una monstruosa Medea, madre del jefe de la mafia italiana en New Jersey, presentada como una mujer profundamente perturbada que se convierte en un hoyo negro que devora y desaparece la felicidad de cualquiera que permanezca a su lado. Sus constantes críticas, quejas y berrinches son soportados únicamente por sus familiares, no se le ve cerca de otros, es arrogante, manipuladora y carente de cualquier traza de empatía. Centrada en sí misma y convencida de que merece un trato especial por encima de cualquier persona o situación, incluso de sus hijos. Una madre que no deseó a sus hijos pensando que sus vidas eran comparables a las de los perros de compañía, que con molestia los toleró suficiente para que crecieran en su casa pero a los que nunca amó.
Livia creció en una familia pobre de inmigrantes italianos y se casó con Johnny Soprano para escapar de sus padres y de las carencias con las que había vivido. En varios capítulos vemos flashbacks al pasado en que notamos que su matrimonio tampoco fue feliz: Livia se encargó de criticar y devaluar a su esposo así como todos los esfuerzos que hacía por mejorar su situación económica. También es llamativo que después de morir, Johnny se convierte en casi un santo en su discurso, todas las características que una vez odió después son exaltadas hasta canonizarlo.
La subtrama más importante que protagoniza en la serie es en la que planea la muerte de su hijo, Tony Soprano, pero nunca con sus propias manos y nunca de frente sino que manipula a todos para lograrlo. Primero ocupando a Junior, su cuñado, como pieza en la jugada diseñada para asesinar a su hijo que, en su opinión, estaba perdiendo la cabeza y no era más que un pobre idiota lobotomizado. Y ¿por qué?, porque Livia se entera de que Tony está viendo a una psicoanalista. Justo es la Dra. Melphie quien le sugiere a Tony en alguna sesión que su madre parece tener un trastorno limítrofe de la personalidad.
Livia constantemente recrimina a sus hijos que la han abandonado, con mayor intensidad a Tony que es el que la lleva a vivir a un asilo, que a nuestros ojos parece un hotel de 5 estrellas donde la atenderán con todo cuidado ya que por su edad ha perdido la capacidad de vivir sola. Pero a sus ojos, no es mas que una clínica donde la han llevado a morir. En su discurso cree que quizás si Johnny viviera esto nunca hubiera ocurrido porque él era un santo. Esta forma de idealización es totalmente correspondiente a esta forma en que son vistas las relaciones interpersonales caóticas y en términos de negro y blanco que puede cambiar en cualquier momento en la dicotomía de idealización y devaluación. De esta forma, me parece que se vive a ella misma también, por un lado idealizando su posición como la mujer del que alguna vez fue el jefe de la mafia pero ahora envejecida, enferma y senil.
También observamos en Livia una inestabilidad en el estado de ánimo, se enoja fácilmente, es irritable y cuando el malestar la alcanza busca aliviarlo proyectándolo en los otros, culpándolos, burlándose y atacando.
Sentimientos crónicos de vacío
Amenaza suicida constante
El intento que hace Livia para hacer que Junior mate a Tony, y también cuando confiesa a Artie Bucco que Tony quemó su restaurante, podrían ser analizados como parte de un discurso paranoide en el que Livia cree que su estabilidad, su “buen nombre”, posición, etcétera, están siendo dañados por una acción que nada tiene que ver con ella.
La actriz que daba vida a Livia, Nancy Marchand, muere antes de que comience la tercera temporada de la serie, pero es sabido que los escritores tenían planeadas más locuras y atrocidades. Se suponía que Livia participaría con el FBI para capturar a Tony Soprano por un fraude de unos boletos de avión y otras aventuras que nunca sabremos. Las últimas escenas con las que se cierra la historia de este personaje en la serie son generadas por computadora, yo la verdad no me di cuenta la primera vez que la vi, pero me parece que es un buen final para ella después de todo.
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El #CasoClínico es una lectura personal de la locura, el rock y los personajes de la cultura pop que me gustan, con el fin de ofrecer un remix con elementos de la psicología y el psicoanálisis.
Paulina Moreno
Psicóloga clínica
Contacto: paulinamoreno.g@gmail.com