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#PecesSueltos presenta: The Shaggs

- Por: helagone

“A Loose-Fish is fair game for anybody who can soonest catch it.” Moby Dick

Si la música se parece al mar, y lo habitamos todos, hay especies raras, que se ven poco y extraña vez son capturadas. Aquí surcamos las olas para hacerlos más evidentes.

The Shaggs

Por Alejandro Guerrero
@elAleGuarrero
A través del tiempo hemos podido disfrutar de verdaderas joyas que (por angas o mangas) han pasado desapercibidas para el oído común. Decir cuál ha sido la mejor banda es una tarea ociosa e inútil, sin embargo, esta entrega esta dedicada a (sin duda) LA PEOR BANDA DE LA HISTORIA:
La verdad no sé qué sea más desconcertante: la historia alrededor de esta peculiar agrupación o todo lo que ha llegado a decirse sobre ella. A pesar de que el trío formado por las hermanas Wiggin carecía de toda noción de ritmo y musicalidad, cuentan entre sus no pocos fans a frituras de la talla de Frank Zappa, Jonathan Richman, Kurt Cobain (quien las incluyó en la lista de sus cincuenta álbumes preferidos), Deerhoof y The Moldy Peaches; todos ellos han expresado su admiración y respeto por la extraña música que en palabras de la periodista Susan Orlean resume como “el mejor o el peor grupo de todos los tiempos”.
La neta es que hay bandas que tienen más nociones musicales y son realmente mucho peores que The Shaggs, pues la música de éstas últimas, es sincera, al chile, y no se andan con las clásicas poses mamalonas que hoy en día suelen ser común denominador dentro de la escena avant-garde noisera de la experimentación sonora. Simple y sencillamente, si alguien lo hubiese querido hacer intencionadamente, no le habría salido, sin embargo las hermanas Wiggin, sin tener ni puta idea de tocar, y ¡obligadas por su padre!, crearon el trío y sacaron este disco absurdo y surrealista, feo y pueril, demoniaco y celestial, vomitivo y cautivante, atonal y experimental… aunque no fuera su intención.
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La superstición que creara a la Filosofía del Mundo
Según la leyenda, la madre del padre de las niñas predijo durante su juventud, al leerle la palma de la mano, que se casaría con una mujer rubia y que tendría dos hijas tras la muerte de aquélla, predicciones que se hicieron realidad. Sin embargo, también habría advertido que sus hijas formarían un popular grupo musical. De esta manera, el testarudo padre se empecinaría en cumplir con la premonición de su difunta madre, por lo que inmediatamente sacó a las niñas de la escuela para comprarles instrumentos y pagarles clases. Así nacerían The Shaggs, grupo compuesto por Dorothy “Dot” Wiggin (voz principal, guitarra y composición), Betty Wiggin (voces/guitarra rítmica) y Helen Wiggin (finada baterista en 2006).
Desde 1968 a 1973 las hermanas tocarían varias veces en su pueblo, Fremont, New Hampshire, casi siempre en el ayuntamiento. Se dice que durante su primer concierto, el público se quedó tan estupefacto y asqueado que comenzaron a lanzarles latas de sodas. Esto no mermó los ánimos del buen Austin Wiggin Jr (padre de las niñas) que, empedernido y soñador, creía firmemente en el brillante futuro de sus hijas por lo que ahorró lo suficiente para la grabación del álbum que las consagraría dentro de la historia de la música, el mítico: Philosophy of the World.
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Novecientas de las mil copias resultantes, desaparecieron misteriosamente; no obstante, en 1980, el sello Rounder Records reeditó el álbum y esto permitió que llegara a más gente… como nosotros. He aquí pues este álbum difícil de digerir que sin duda es una abierta invitación a desbaratar cualesquiera que sean tus nociones preconcebidas sobre lo que la música puede -o debe- ser, para llevarte a preguntarte hasta qué punto es relevante la intencionalidad, el feeling, la grasa y los ovarios (o huevos, según sea el caso)… no ya sólo en la música sino en el arte en general.
Dense pues un buen pasón de la chida, que ningún otro grupo ha sonado tan desconectado de la realidad y tan dramáticamente al margen de las nociones más básicas de musicalidad como The Shaggs y, aunque sea por su ínfima calidad, Philosophy of the World sigue siendo relevante hoy en día, manteniendo intacta su capacidad para sacar lo peor de quien lo escucha.
Si no vomitas, no estás vivo.