Por Alvise Calderón
El hombre del Whisky, como se le conoce en México, y Whisky Man en otras latitudes, se llama César Ramírez. Este heredero de los guerreros celtas es el fundador de la banda de gaitas que actualmente se plantan frente a los muros agujereados de piedra del ex convento de Churubusco, el primer domingo de cada mes celebrando al Batallón de San Patricio. Fiel a su tradición, creó la Asociación Mexicana de Gaitas y está en proceso para obtener la certificación de la Asociación Mexicana del Whisky. Además de ser el embajador de Jim Beam en México.
La relación entre los irlandeses y el whisky es muy antigua. Pero el vínculo entre el whisky, la historia de Irlanda y la cultura mexicana también tiene hondas raíces. No hay que olvidar que el último Virrey de la entonces Nueva España era descendiente de la nobleza católica irlandesa. Su nombre fue Don Juan O’Donoju. Tampoco a Guillén de Lampart, un V de Venganza del siglo XVII, quién, a sabiendas de su condición de segunda, por ser irlandés, empatizó con la situación de subordinación de los habitantes de América, lo que lo llevó en hacerse pasar por el hijo del rey de España, Felipe III, con el propósito de usurpar el puesto al Virrey y liberar a indígenas, negros y esclavos de su condición de sometimiento. Su lucha lo condujo a ser juzgado por el Tribunal de la Santa Inquisición de la Ciudad de México y quemado vivo el 19 de noviembre de 1659. Actualmente este irlandés se encuentra en la columna de la independencia.
También el Batallón de San Patricio, el cuerpo de desertores irlandeses que abandonaron el ejército norteamericano, al percatarse que sus “rivales”, los mexicanos, eran católicos igual que ellos. Los irlandeses pensaban que se enfrentarían a los mismísimos descendientes de Moctecuzoma o al líder de los Apaches Bendoke, Jerónimo. Lo que no esperaban, es que pasos previos al cruzar la frontera, en el paso a Matamoros, comenzaron a escuchar el estruendoso retumbar de las campanas. Se dieron cuenta que peleaban con sus hermanos de religión. Esto hizo que volteasen las armas contra el ejército estadounidense y se uniesen al ejército mexicano.
Muchos de los soldados irlandeses que fueron apresados fueron ahorcados, y a los desertores del mismo grupo se les hizo una marca en el rostro, con fierro hirviendo, estampándoles la letra “D”, que significaba “deserter”, desertor.
Se dice que en Venezuela, la gente no se enjuagaba la boca con agua, sino más bien con whisky. Pero el whisky es una bebida que nació gracias al ingenio de unos monjes irlandeses, que en el siglo XIV, bajo un clima helado, titiritando de frío se pusieron a planear como preparar un brebaje que los sacase del deshielo. Los británicos comenzaron a exportar y a universalizar el whisky. Llegando al Oriente, África, el Caribe y hasta las islas Malvinas.
En el sur de Estados Unidos, en Kentucky y Tennessee, tierras idóneas para el crecimiento del maíz, elemento esencial con el que se hace el whiskey. Ahí nació la marca Jim Beam. Jacob Beam, hijo de inmigrantes alemanes, fue el creador de esta bebida a finales del s.XVIII, cuando optó por emigrar a las 13 colonias, en Norteamérica. Actualmente el bourbon Jim Beam es la marca mas vendida en el mundo.
Es una realidad que grandes inventos son producto del incidente, de lo no pensado, de la suerte, el destino o el azar. Tales inventos cambiaron al mundo, como los rayos X, el viagra y también el Bourbon. Este último se debió a la escasez de barricas y la alta demanda que había de whiskey. La necesidad obligó a solicitar barricas usadas, que habían servido como contenedores de pescado. Esto obligó a desparasitar y eliminar los aromas marinos que contenían las barricas, por medio del fuego. Así fue que al poco tiempo se percataron que la barrica de roble quemada permeaba de un aroma y un sabor singular, diferente. De allí nació el Bourbon. “Se percataron que el fuego no solo purifica, sino que renueva”, “eso le da un tostado muy especial”. Hoy en día el Bourbon es la bebida nacional de Estados Unidos y es poseedora de la denominación de origen. Así lo decretó su congreso en los años 60, probablemente como la mejor medida que tomó el presidente Lyndon Johnson, tras el asesinato de John F. Kennnedy. “La meca del Bourbon se estableció en Kentucky, como el tequila en Jalisco”. Es importante resaltar que tanto el whiskey americano como el Bourbon son producto de la misma materia prima, el maíz, sólo que guardan procesos diferentes, a según de la casa productora.
El maíz es la esencia del Bourbon, tal vez por ello los mexicanos tengamos tan buena relación con la bebida. Es cierto que también se puede emplear centeno, trigo y cebada. El 51% del bourbon debe estar compuesto de maíz y durante la época de la prohibición, los campesinos y granjeros de esa zona empleaban unos vasos parecidos a recipientes de Gerber, solo que más grandes. En estos se aparentaba contener hojas de menta, pepinillos, rodajas de limón, cuando realmente debajo de esta fauna perenne se encontraba el “oro liquido”, el whiskey. Me contaba una amiga argentina, que en lugares muy fríos, la gente usa el whisky no solo para quitarse el frío, sino también para desempañar el parabrisas de los coches.
Whisky Man nos dice que sus preferencias y gustos en el alcohol están determinadas por el clima y el movimiento de los principales astros de la vía láctea; el sol y la luna. Estos son los designios que guían al metabolismo de César. Por eso bajo los efectos lunares prefiere Jim Beam Maker´s Mark, que tiene entre 5 y 7 años de añejamiento y que ganó la medalla de oro en San Francisco. Según nos dice este sibarita, es recomendable acompañarlo con sabores dulces, con chocolate o con un pastel de trufas o un mole poblano. Mientras que para un día soleado el Jim Beam White que tiene 4 años de añejamiento y 40% de porcentaje alcohólico, es ideal para tomarlo en las rocas, o con agua mineral, incluso para hacer cocteles.
Según nos dice Ramírez: “entre el 4% y el 6% del alcohol que se produce va a parar al cielo”, es decir, se volatiliza. ¿Serán agentes divinos que busquen absorber un porcentaje de esta inspiración etílica? ¿Serán las fragancias del alcohol lo que sirva de cebo para los heraldos? ¿O es más bien la mezcla entre el alcohol y el calor, lo que permite que ese éter se esfume y traspase los huecos invisibles de los dedos? Entre más viejo, más evaporado, ¿podrá ser acaso esta una metáfora de la vejez y de la vida? ¿Se podría hablar hoy en día de la obra de Mark Twain o del Doctor Jekyll de Stevenson si no hubiesen estado bajo la reflexión de un whiskey? No es de sorprender que Sean Connery, Mel Gibson, Willem Dafoe y Robert De Niro sean consumidores asiduos de Jim Beam y Maker´s Mark. Actualmente se vende el Teacher´s Highland Cream, un whisky escoces producido que tiene 4 años de añejamiento y es considerado de uno de los mejores whiskies. Aunque éste no sea muy conocido en México, es la cuarta marca más vendida en el Reino Unido y data de 1830. En Escocia se toma con un chaiser de cerveza oscura, esto se utiliza para bajar la fuerza del whisky. El ritual consiste en beber un traguito de whisky Teacher´s y después un traguito de cerveza.
Tal vez brindar con whisky o bourbon sea un acto patrio y de reflexión histórica, no es difícil de imaginar a Guillén de Lampart sosteniendo un vaso de whisky y pensando como arrojar del territorio de la Nueva España al Imperio español. Tal vez el primer brindis por la historia de la independencia de México, se halla dado con un trago de whisky.