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El problema de Alvarado (lo que no nos viene guango)

- Por: helagone

por Israel Pompa-Alcalá
@thesmallestboy
Hoy vi un vídeo donde Nicolás Alvarado es entrevistado por Ciro Gómez-Leyva. En su diálogo, Nicolás se disculpa por el mal “timing” de la polémica nota que lo llevó a renunciar a TV UNAM, no por su contenido. Ciro le reprocha y entonces Alvarado dice que insiste en no pedir disculpas por el texto en sí, pues este se trata de una ironía, una burla hacia sí mismo y sus propias diferencias culturales. El dilema no se encuentra en ello, tampoco en ese absurdo de la “falta de libertad de expresión“*, sino en un hecho que se nos escapa en este debate: la lejanía entre el poder y la ciudadanía. Si bien Nicolás resulta bastante puntual en su argumento, donde señala que utiliza las palabras “jota” y “naca” en términos de reapropiación cultural y que su clasismo/esnobismo proviene de una teoría social acerca de los gustos como referente para generar clases, esto, como él mismo dice, sólo lo entienden muy pocos. ¿Quiénes son esos pocos? Personas privilegiadas, con acceso a educación superior de corte privado, un bagaje cultural heredado y la solvencia económica necesaria para mantener dicho estatus. Por tanto, sí mi estimado Nicolás: tú entenderás la verdadera intención del texto, tal vez igual lo harán tus amigos, tus conocidos, tus comparsas intelectuales y un par de narices respingadas que con tal de no ser botados de la élite intelectualoide dirán que sí, sí, sí a todo lo que les suene enrevesado y lleno de glosa… Pero estás hablando desde una posición que no conecta, comunica o genera siquiera punto de partida para el debate, puesto que hablas en idioma extranjero en un país de carencias.
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El hecho de presentar su opinión o crítica no representaría cosa alguna per se (creo que se exageró el linchamiento en redes del susodicho, motivado por otro tipo de odios y enconos hacia su pasado “televiso”, lo cual resulta un absurdo argumentativo), sin embargo, es síntoma de una enfermedad mayor: los funcionarios públicos viven completamente ajenos a la realidad cotidiana, al pulso social, a aquellos a los que (supuestamente) sirven. Por eso EPN fue incapaz de hacer frente a Trump de manera correcta, pues en su cabeza sólo estaban las ideas proyectadas de Videgaray** en términos de economía y nada más, sin sentir realmente lo que el 90% de los mexicanos sentimos con el candidato a la presidencia de EU. Por eso Alfredo Castillo, presidente de la CONADE, fue a pasear a los Juegos Olímpicos de Río, porque no tiene ni el más mínimo contacto con los atletas, ya que él es funcionario, los demás… básicamente no importan mientras se pueda mantener el poder en manos de los mismos de siempre. Por eso Nicolás cometió un error grave: como periodista puede tener una opinión parcial y subjetiva, pero al estar a cargo de una función pública, es parte de su trabajo medir el clamor social, la temperatura de las personas, e incluso revisar sus propias estructuras académicas para no asumirse como un esnob y ya, sino ayudar a que aquellas ventajas obtenidas por razones tan azarosas como la vida misma, lleguen a mayor cantidad de personas.
El texto de Alvarado sólo hace aún más patente ese mal: la sociedad y sus representantes (políticos, económicos, culturales, sociales) no son capaces de ver en el espejo un mismo reflejo, por tanto, cada uno vive en Méxicos distintos. La falta de empatía es el mayor cáncer de este país, pues por eso existen desde “lords” y “ladys” hasta agentes de gobierno que se asumen clasistas o que son incapaces de defender lo que deben: el bien común. Y eso, definitivamente, no puede venirnos guango.
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* Hay que abandonar el plano y bastante ingenuo discurso de “se corta la libertad de expresión”. La libertad de expresión no se trata de decir lo que quieras cuando quieras, sino de ser responsable de las cosas que enuncias y el cómo enunciarlas. Decir que lo de Nicolás es un ataque a la libertad de expresión es dar pie a que Donald Trump pueda enunciar con total impunidad su discurso de odio racista y xenófobo. No confundir gimnasia con magnesia.
** Videgaray erró tanto el camino que el día de hoy ha sido “renunciado” por parte de la Presidencia de la República. Aunque crean que viven en otro universo, los funcionarios aún están sometidos al juicio de la sociedad.