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8 puntos para indignarse por la crisis humanitaria de los migrantes haitianos en México

- Por: helagone

Tal pareciera que en México estamos cruelmente acostumbrados a las crisis humanitarias sufridas por los migrantes. Pero sólo de algunos: defendemos a nuestros migrantes, alzamos voces y brazos ante las amenazas de Donald Trump o la “cacería” de latinos en Arizona, pero somos indolentes ante los que pasan por nuestra frontera sur y cruzan México en busca de un poco de vida (lo de vida mejor ya está fuera de discusión). Mucho se ha hablado sobre los ciudadanos centroamericanos que son abusados y maltratados en México, pero poco sabíamos, hasta hace unas semanas, de un fenómeno migratorio muy particular: el de los haitianos.
Apenas el 8 de octubre, la Comisión Nacional de Derechos Humanos emitió medidas cautelares para proteger a los miles de ciudadanos haitianos varados en Tijuana y Mexicali. Aunque desde abril pasado, organizaciones no gubernamentales advirtieron de la crisis humanitaria que se gestaba en Baja California, el caso no ha recibió mayor atención del ojo público hasta la declaración de la CNDH. Aún así, más allá de negar la crisis y de prometer ayuda, el gobierno mexicano no ha creado un plan de acción para atender a la población haitiana.
Aquí les dejamos ocho puntos para conocer un poco más de la crisis humanitaria vivida por los migrantes haitianos. Indígnense, lloren y ayuden, que hace mucha falta.
* Huyendo del desastre
La historia de la inmigración de Haití hacia México, y hacia otros países de Latinoamérica, comenzó después del fuerte sismo que azotó al país isleño en 2010. Con Haití casi destruido, varios países ofrecieron traslados humanitarios. México puso como única condición que los migrantes tuvieran a un familiar o alguien que los recibiera en nuestro país. El censo de 2000 señaló que en México habitaban 350 haitianos, para 2010 la cifra había aumentado a 1,800. En los últimos dos meses han entrado por Tapachula más de 20 mil haitianos. Todos los migrantes están en un limbo jurídico pues, si bien en nuestro país no existe la figura de migrante ilegal, sino irregular, no hay ningún tipo de protocolo que haga frente a la situación en que se hallan miles de haitianos.

* El fin del sueño brasileiro
La elevación del número de migrantes haitianos en nuestro país se explica, en gran medida, por la crisis económica y social en Brasil. El gigante sudamericano ofreció en 2010, durante su momento de gloria, un programa específico para Haití que incluía becas y trabajos, sobre todo en las obras de construcción para el Mundial de futbol y los Juegos Olímpicos. Con la debacle económica brasileña, casi 50 mil haitianos optaron por migrar a Estados Unidos. La mayoría lo hace por tierra, viajando meses por Perú, Ecuador, Colombia, Panamá y Centroamérica. Evidentemente los riesgos a los que se exponen son grandes y son invisibilizados por las autoridades migratorias de todos los países.

*  La llegada al ombligo del mundo
Los migrantes que logran llegar a nuestro país optan por entregarse a las autoridades en Tapachula. Esto, en teoría, les facilita el traslado a la frontera norte del país, pues obtienen un salvoconducto que les permite estar en nuestro país de 20 a 30 días, plazo en el que deben presentarse ante las autoridades estadounidenses para solicitar asilo. Según Humberto Roque Villanueva, subsecretario de Población, Migración y Asuntos Religiosos de la SEGOB, los migrantes no deben de preocuparse por su estadía, pues, aunque México no concede asilo, sí hay refugio hasta que obtienen una ficha migratoria de Estados Unidos. Según el funcionario, si los migrantes “optaran por trabajar y desarrollarse en México, la situación se restablecería en menos de un año.” Lástima que los haitianos no quieran quedarse en nuestro país, y quién puede culparlos.

* A la caza de los “morenitos”
A la violencia cotidiana que sufren los migrantes en nuestro país, hay que agregar el fuerte racismo al que se enfrentan los haitianos. Desde su llegada a Chiapas, se les niega la venta de comida, de cualquier trabajo informal, e incluso, de acuerdo reportes de este mes, el transporte conocido como Tijuaneras se ha negado a vender boletos de camioneta a los haitianos. La empresa asegura que “la conducta de los negros es riesgosa, además de que el hecho de que no hablen español causa problemas entre los pasajeros y los choferes”. En la parte norte de México, también se han registrado graves muestras de racismo, desde quejas porque “los negros andan por la calle”, hasta la creación de grupos en redes sociales que llaman a cazarlos. Tanto las autoridades estatales como federales han negado la existencia de estos grupos; sin embargo, han hecho particular hincapié en evitar la discriminación de cualquier tipo contra los migrantes.
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* De migrantes a migrantes
Wilner Metelus, del Comité Ciudadano de Defensa de los Naturalizados y Afromexicanos, ha denunciado que, tanto en Tapachula como en Baja California, las condiciones en las que viven los haitianos son infrahumanas. Para poder solicitar la ficha migratoria estadounidense, los migrantes primero deben registrarse en alguna organización de la frontera. Ahí los proveen de alimentos y habitación, supuestamente. Sin embargo, actualmente sólo hay un albergue, con capacidad para 70 personas que hospeda a más de 350 personas, entre ellas niños y mujeres embarazadas, que disponen sólo de dos baños. Por otro lado, los migrantes denuncian que hay organizaciones que únicamente brindan el desayuno. A ello hay que agregar la negativa de comerciantes de venderles alimentos. Por otro lado, el rechazo a los caribeños ha aumentado pues se considera que ocupan el lugar de nuestros migrantes, y que quitan el trabajo a la población de paso. Pese a que Tijuana y Mexicali son ciudades acostumbradas a la población en movimiento, el rechazo a la gente de raza negra es plausible.
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Ni asilo ni refugio 
El panorama adverso ante el que se encuentran miles de migrantes haitianos no tiene fin, de hecho irá en aumento. Como declaró el padre Alejandro Solalinde, la movilidad continuará. Y ante el restringido funcionamiento del departamento de migración estadounidense, el limbo de migrantes sólo crecerá. El gobierno del vecino del norte ha pedido al mexicano que regule el flujo de migrantes, a ello hay que agregar que poco a poco han reducido el número de fichas de migración que entregan, de 300 a 70 por día. Se calcula que diariamente llegan entre 300 y 350 migrantes a la frontera por lo que el panorama es alarmante. Por otro lado, desde el 22 de septiembre, la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos decidió eliminar el Estatus de Protección Temporal, ofrecido en 2010 a los haitianos, y únicamente ha dejado la figura de asilo, para la cual cada ciudadano debe acreditar que se encuentra en riesgo si regresa a su país. Los ciudadanos a los que no se les concede el asilo son deportados a la isla.
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Regreso a la nada
Como lo declaró Wilner Metelus, Haití no tiene la capacidad para recibir de vuelta a los miles de ciudadanos que podrían ser deportados si no reciben el asilo. Si el país caribeño no había podido restablecerse del todo después del sismo, una nueva emergencia ha surgido tras el paso del huracán Matthew que dejó más de mil muertos en Haití. Según Metelus, actualmente el 70% del ingreso de Haití depende de la ayuda internacional, por lo que no podría enfrentar de ninguna manera el regreso de los deportados. Sin embargo, también declaró que la incapacidad para enfrentar el problema es también de las autoridades de los países que reciben a los migrantes, entre ellos México. Aún cuando el gobierno mexicano no puede deportar a los migrantes haitianos, mantenerlos en las condiciones en las que viven demuestra una incapacidad y/o el poco interés en resolver el problema. Es más fácil solidarizarse y tratar de enviar ayuda humanitaria a los damnificados del huracán Matthew, que atender la emergencia en el propio territorio nacional.
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¿Por qué nadie habla de esto?
Condiciones sanitarias infrahumanas, racismo latente, violaciones a mujeres y niños, falta de alimento y trabajo, son sólo algunas de las graves violaciones a los derechos humanos que viven los migrantes haitianos. Lo más grave, no obstante, es la ceguera del gobierno mexicano para enfrentar una evidente crisis. El Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, rechazó la evaluación de la CNDH y la existencia de una crisis migratoria. Pese a que las autoridades estatales han solicitado la intervención del gobierno federal para garantizar las necesidades básicas de los migrantes, Gobernación insiste en minimizar la situación y responsabilizar al gobierno de Estados Unidos por la lentitud del proceso. Por otro lado, únicamente puede garantizar que los niños no serán recluidos en estaciones migratorias, aunque después de los 11 años habrá que buscarles una alternativa de no reclusión aún no existente.

Así es, muchachos y muchachas, al parecer nuestro gobierno está dispuesto a dejar que la emergencia crezca, y, puesto que para Haití no hay un #PrayFor, ni campos de refugiados, sólo nos conformamos con seguir pidiendo clemencia para NUESTROS migrantes. Si nos preocupa tanto la crisis siria de migración, ¿por qué no demandar que nuestros HERMANOS de Haití sean tratados con respeto e, incluso, naturalizados de manera rápida y eficiente?
Si después de llorar por nuestra especie, quieren ayudar. Pueden contactar a:
Casa del Migrante en Tijuana
Tel. 01 664 682 5180
www.migrante.com.mx
Facebook- @CasadelMigranteTijuana
Desayunador del Padre Chava
Tel. 01 664 688 2790
Facebook- @PST.DesayunadorP.ChavaTj
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