Algunos artistas de vuelven monolitos incuestionables e irrepicables. Su trabajo parece estar escrito en roca, y no hay manera de retomarlo sin cometer pecados imperdonables y que avivarán el fuego de ese extraño montruo de millones de cabezas llamado La Fanaticada, incapaz de reconocer que si por algo sus ídolos alcanzaron la cúspide fue por no tenerle respeto a casi nada, se toma el derecho de decidir qué va y qué no, como si realmente importara.
Una de esas figuras incuestionables es sin duda Pink Floyd, y no es para menos. Pero puede llegar al ridículo. Por si no se acuerdan, una de las discusiones más pendejas del año pasado fue alrededor de quién podía hacer un cover a la banda. Pendejadas, no obstante, es cierto que realizar una versión del cuarteto es verdaderamente complicado. La verdad es que en cuestión de cover sólo los Flamming Lips se han llevado la corona de, por lo menos, evitar el ridículo.
Pero lo cierto es que siempre que sale un cover a la banda, seamos honestos, todos estamos esperando algo más o menos como esto:
Sin embargo, las grandes sorpresas de la vida vienen siempre de los lugares de donde menos las esperamos. Y les anunciamos que por fin escuchamos, porque nosotros somos representantes dignos de La Fanaticada, un cover digno y a la altura de uno de los mayores clásicos de Pink Floyd: Wish You Were Here. ¿Quién se aventó esta joyita logrando hacerse de la canción y otorgarle otra cara y un nuevo aliento? Pues Cody Jinks, un cantante de country.
No sabemos ustedes, pero incluso el legendario riff, que ya no puede cansarnos más y hemos escuchado en todas las calles de cualquier ciudad masacrado por algún hambriento bien intencionado, nos suena nuevo e impecable. La voz también le da un nuevo toque, la instrumentación, todo. Hasta el verdadero espíritu de la pieza sale a relucir. ¿Tal vez Pink Floyd trató de hacer una tonada country más bien fallida y todos nos la tragamos?
La Fanaticada guarda silencio. ¿Atacará o aceptará con resignación?