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#AlTiro. Sobre el pretendido derrumbe de las leyes ambientales

- Por: helagone

por Alan Heiblum
@AlanHeiblum
México se distingue por ser el cuarto país con mayor biodiversidad del mundo. Nuestra riqueza es tal que, aun cuando no existe el elefante mexicano, 7 de las 8 especies de tortugas marinas desovan en las costas mexicanas (la única que no lo hace es la especie Natator depressus porque es endémica de Australia). Ahora bien, es de todos conocido que las tortugas marinas son altamente vulnerables y están en riesgo, pero que existen leyes para su protección. El proyecto de la nueva Ley General de Biodiversidad (LGB), en una violación frontal de los acuerdos internacionales, elimina dicha protección. Afortunadamente sí prohibe la exportación de marfil.
Todo se remite al infausto 25 de octubre del 2016, cuando la senadora Ninfa Salinas del partido que lleva las siglas “Verde” y “Ecologista” aunque nunca ha dado pruebas de ello ni ha sido respaldado por ninguna institución reconocida como tal, presentó el proyecto de la LGB como intento de unificación de las actuales leyes que protegen la biodiversidad, entre las que se cuentan la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente (LGEEPA) y la Ley General de Vida Silvestre (LGVS). Lo desafortunado aquí es que las leyes que se pretenden derogar fueron cuidadosamente manufacturadas y sirven como ejemplo internacional de derecho ambiental, todo lo contrario, la LGB fue rápidamente fabricada y contiene, como bien han apuntado en consenso los especialistas, fallos de contenido, visión y forma, además de omisiones y ambigüedades que resultan, por decir lo menos, sospechosas y apuntan a una relajación de las medidas precautorias que protegen la vida.
De la misma manera que el proyecto de la LGB no especifica los parámetros que se deben considerar para ver si un desarrollo turístico afecta o no a un manglar, en el proyecto de de la LGB se habla de “especies forestales” que, al ser un término legal inexistente, abre la posibilidad a interpretaciones particulares que beneficien iniciativas relacionadas con la explotación y comercialización de los sitios naturales pero no su protección.
No importa si la lectura es superficial o profunda, a todo nivel la iniciativa deja ver sus lagunas. El proyecto de la LGB hace de la Ley General de Pesca y Acuacultura la encargada de regular todo lo relacionado con las especies acuáticas. El problema es que el término “especies acuáticas”, en lugar del usado en las leyes actuales “especies cuyo medio de vida total sea el agua”, incluye anfibios, reptiles, aves y mamíferos marinos, que a todas luces, necesitan mecanismos de protección especiales y diferenciados.
Aberrante, el proyecto de la LGB deja sin protección al 97% de las especies de flora y al 99.99% de las especies de insectos del país (se salvan dos mariposas y una mosca). Por si fuera poco, el proyecto de la LGB deroga los artículos preexistentes sobre el trato digno y respetuoso de la fauna, por lo que vulnera a un sin número de animales silvestres al tiempo que desprovee de herramientas legales a aquellos que buscan protegerlos.
El proyecto para la LGB se originó sin una invitación a los especialistas pertinentes ni estuvo abierto a mayor dialogo ni debate. Antes de que se pudiera aprobar en la COP 13 la sociedad civil logró mandarla a revisión. En el colmo de lo lamentable, encontró en las horas siguientes al siniestro aniversario del sismo del 85, una perfecta cortina de polvo para ser aceptada sin mayores consecuencias. Ahora la ley espera el dictamen de los senadores, de llegar a ser aprobada, México habrá faltado al privilegio y la responsabilidad implícitos en su megadiversidad.
Brigada por brigada, de voluntario a voluntario, es necesario que esta información fluya, el diálogo aflore y la inconformidad sea manifiesta. Ahora que estamos volviendo a pensar el país no hay lugar para leyes mal concebidas. E incluso si se tratase de una iniciativa afortunada, hoy menos que nunca hay espacio para madrugones ni procedimientos que no impliquen una inspección rigurosa, un debate exhaustivo y una consulta amplia y abierta. Si alguien pensó que nos agarrarían derrumbados se equivocó, estamos con un puño en alto a la escucha de señales de vida, y cuando el dedo índice comience a orbitar, seguiremos en la acción conjunta pero no regresaremos a la pretendida normalidad.

29 de septiembre del 2017, 23:23.
CDMX.
seir