El orgullo nacional se alimenta de pequeños momentos. A veces muy tontos momentos. Y uno de esos momentos es cuando un gringo no soporta el chile en los dulces para niños que en la tierra del nopal se consumen como si fueran anfetaminas. Un chicano que no habla muy bien español puso a prueba a sus compañeros de trabajo simplemente para demostrar que ser potencia mundial no incluye tener un buen paladar. Disfrute el video.