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La gente escucha a The Police y ni se entera

- Por: helagone

Por Claudio Martínez (@claudifonos)
Si eres un nostálgico de la música de tu juventud y gustas de utilizar comentarios como “En los ochenta había mejor música que ahora” o “Todo es una copia de la música de antes”, tal vez te interese leer este breve análisis. Si por otro lado, eres una persona que ha encontrado en más de una ocasión satisfacción auditiva con los nuevos hits y piensas cosas como “¡¿Los ochenta qué?!” o “Esa música de viejitos que escuchan mis tíos”, también puede caerte bien leer este texto.
Primer Acto
Hace un par de años nos encontramos con rescoldos de la particular voz de Sting en la canción Somebody that I used to love, de Gotye. Una rola que se avienta la primera mitad sin mayores sorpresas, y cuando entra el coro resulta inevitable encontrar el parecido con ese timbre tan característico de los setenta/ochenta. Y sí, estoy hablando de Sting con The Police, no esa onda medio pinche que se dedicó a hacer luego él solito (esa es otra discusión que otro día con más calma ¿no?). La canción en cuestión tiene estructuras rítmicas y dibujos melódicos similares a lo que hacía el conjunto de Londres, y todo podría haber parado ahí. Pero no el disco Making Mirrors y la canción Somebody that I used to love, se inflaron de premios en 2012-2013 con Grammy al disco, a la canción y al dueto.
¡Sí, pero los Grammys son bien culeros! Dirá más de uno, y tendrá toda la razón. Pero eso significó una cantidad de ventas estúpida en un sector que supuestamente ya no mantiene sus empresas sólo de las compras de discos.

Segundo Acto
La sorpresa del sector le prendió el foco a más de un creativo de la escena.
¡Habían encontrado el hilo negro!: Camaradas y compañeros de la música, nuestro sector ha hecho un descubrimiento sin precedente, y se los queremos hacer saber: ¡The Police funciona!
Bruno Mars, que ya llevaba varios intentos musicales tratando de sobresalir y consciente de su gran capacidad de vocalización, encontró en ese destello una posibilidad que él podía convertir en una catapulta. Y dicho y hecho: ¿A poco no Locked Out Of Heaven del Unorthodox Jukebox parece la nueva hermana que también está chidita de Roxanne del Outlandos D’Amour?
Hábilmente repitió la fórmula de buscar en sus influencias y utilizar similitudes sonoras en casi todo el disco, por eso a veces suena a Aerosmith o a Michael Jackson. El hawaiano encontró el clavo y le pegó con un tubo.

Tercer Acto
En este año apenas terminando el verano ya había sonando en millones de reproductores dos canciones que son del mismo filum:
1. Rude de Magic, que parece haber sido sacada de un fragmento de So Lonely. No nos extrañaría verla convertida en un one hit wonder más adelante, pero por lo pronto puedo apostar que todos la han escuchado incluso sin saberlo.

2. Maps, de Maroon 5, quienes ya tienen todo el camino andado, que venden discos y conciertos por millones y no necesitan colocarse en la escena, optaron por buscar un sonido fresco para renovarse. Lo único que necesitaban era sonar a The Police y se dedicaron a componer la canción que hasta ahora (dentro de este catálogo) más se parece a una rola que ya existía. Si la escuchan y no les parece un siamés de Message in a bottle, vuélvanla a escuchar.

¿Cómo se llamó la obra?
Mercadotecnia” o “Cómo aprendí a escuchar a The Police sin saberlo”
Partiendo de la idea de que nadie encuentra el hilo negro vamos bajándole de huevos: cada época en la historia tiene su particularidad sonora, su estilo definido y su reutilización del material antes creado, claro que con un enfoque más adecuado a su temporalidad, cuando esto no ocurre es evidente que la intención es buscar un sonido de otro momento histórico. Esto no quita que existan fenómenos musicales que marquen la pauta para desarrollar un nuevo sonido o incluso crear otros géneros.
La música (como casi todos los movimientos artísticos y las contraculturas) han avanzado a pasos agigantados desde que las comunicaciones son más rápidas, masivas, eficientes y apabullantes. Hubo varios años en los que se podía nombrar el género rock y se entendía de qué sonido estábamos hablando; actualmente ese concepto es tan ambiguo como cualquier otro, entre ellos el pop. La división entre estos dos géneros, que hace varios años solían parecer antagonistas, se ha desdibujado muchísimo. Aseverar que el pop es una reverenda chingadera o que el rock suena todo igual es un despropósito y anula la conversación o de menos al emisor de esta estupidez como un posible interlocutor (es decir, eviten decir este tipo de frases).
Lo importante no está en si les gusta o no, el juicio estético es individual y no es tema de debate, y si esta oleada de rolas con un sonido similar son genuinas o no también es una discusión difícil. Existe una maquinaria pesadísima al servicio de la música que está empeñada en que nos guste lo que hace. Oponerse sistemáticamente a cualquier producto mainstream tampoco es un filtro sincero, te puede gustar algún resultado de este esquema y no hay un pedo. Lo que sí es justo decir y resaltar en esta ocasión es la diferencia entre una influencia y la respuesta que se puede generar alrededor de la misma.
Aviéntense cualquier comentario o métanle a la discusión si tienen chance y ganas.
Chido.