“A Loose-Fish is fair game for anybody who can soonest catch it.” Herman Melville, Moby Dick
Si la música se parece al mar, y lo habitamos todos, hay especies raras, que se ven poco y extraña vez son capturadas. Aquí surcamos las olas para hacerlos más evidentes.
Dory Previn
por Iván Cruz Osorio
@IvanCruzOsorio
Parece un lugar común que las grandes mujeres artistas surjan de ambientes familiares traumatizados, pero, en efecto, en muchos casos resulta inherente a una obra honesta, una vida tocada, dañada. Dory Previn (1925-2012) es una representante más de esa clase de artistas. Durante los años 50 y 60 realizó numerosas composiciones para películas junto a su esposo André Previn, pianista y director de orquesta con gran trayectoria en el medio. Quizá una de sus composiciones más cercanas a los mexicanos sea “The Faraway Part Of Town”, incluida en Pepe, cinta que fue la internacionalización de Cantinflas, y que cantó Judy Garland. Su actividad como compositores los hizo ser nominados en múltiples ocasiones al Premio Oscar. Desde ese período, Dory demostró ser una gran letrista.
A mediados de los años 60, Dory comienza a experimentar diversas fobias como su miedo a volar en avión, y posteriormente sufre una crisis psiquiátrica que la lleva al hospital. No obstante, sigue escribiendo para películas, que le acarrean nominaciones al Oscar. Mientras tanto su esposo, instalado en Londres, comienza una relación con la actriz Mia Farrow. En 1969, Dory descubre que Farrow está embarazada de su esposo, lo que deriva en su divorcio y en una dura canción: “Beware of Young Girls”. El divorcio trae una nueva crisis psiquiátrica, por la cual le recetan electrochoques. En 1970 firma con Mediarts para iniciar su carrera como cantautora. Debuta con el disco On My Way to Where (1970), del que destaca la rola “With My Daddy In the Attic”, que describe el abuso sexual al que fue sometida por su padre:
Este disco marca su carrera como solista. Canciones en que sus estados emocionales, sexuales, psicológicos y traumáticos son expuestos como en “Mister Whisper” que señala sus episodios de psicosis. El disco es un éxito entre los críticos musicales que elogian la audacia de sus letras. Su segundo disco fue Mythical Kings and Iguanas (1971) en la que Previn indaga en diversas facetas del amor y la búsqueda espiritual. Resulta ser un disco con gran aceptación popular y entre los críticos. Destacan canciones como “The Lady With de Braid”, en la que describe sus amores fugaces:
Su tercer disco Reflections in a Mud Puddle (1972) es un disco dividido en dos momentos. La cara A es una aguda autocrítica de su vida diaria. Y la cara B, una suite titulada “Taps Tremors and Time Steps (One Last Dance for My Father)”, una excepcional pieza sobre los problemas psicológicos de su padre que la afectarían durante su vida adulta y en la relación con sus parejas.
El disco fue votado como uno de los mejores discos de 1972 en la revista Newsweek. Previn tenía tres discos por los que era reconocida como una letrista notable al nivel de Bob Dylan y Leonard Cohen. Pero para Previn la música siempre fue una manera de expresar, de hacer catarsis y curarse, no una carrera para ser mejor que otros, no la búsqueda económica, no la fama.
En 1972 publica Mary C. Brown and the Hollywood Sign, un disco temático sobre el suicidio de una actriz desde la letra H del anuncio monumental de Hollywood. El disco tuvo críticas negativas y éstas cancelaron el plan de llevar las canciones a un espectáculo en Broadway.
En 1973 sale a la luz Live at Carnegie Hall, su disco en vivo que fue fuertemente celebrado por el poder de transmitir sus letras e interpretación. Dory Previn grabo dos discos más y escribió sus memorias, las memorias de una enferma de la vida y de cómo pudo seguir adelante con la música y su nueva familia. Previn se retiró para recuperar el sentido de la vida, murió a la edad de 86 años en 2012. La acompañaban en su lecho su esposo el actor Joby Baker y sus hijastros.
