A nadie le queda duda que el enemigo común del mundo mundial es ahora Donald Trump. El líder del mundo libre tiene a la prensa y a los políticos de casi todos los países parados de pestañas y sin mucha certeza de cuál será el siguiente paso. Ayer, en su primera comparecencia ante el Congreso estadounidense, Trump corroboró que, a diferencia de los políticos a los que estamos acostumbradoS, él al menos en discurso no se alejará de sus promesas de campaña, en especial las que atañen a nuestro México lindo y querido.
El presidente naranja se ha convertido en la némesis de nuestro país, y también en el chivo expiatorio de todos los males que nos aquejan. Si bien Trump no se ha cansado de amenazar a los migrantes y de poner en jaque a la economía mexicana a base de tuitazos, lo cierto es que muchas de las cosas que la opinión pública de nuestro país condena y reprueba del presidente estadounidense son cosas de todos los días en México. Como dicen las tías: es más fácil ver la paja en el ojo ajeno que la viga en el propio, y para comprobarlo, aquí les dejamos 8 cosas que nos indignan de Donald Trump, pero ya ni percibimos de nuestro gobierno y medios de comunicación.
* Cero preparados para la vida
Una de las cosas que más se le ha criticado a Donald Trump es su poca preparación en el campo político, detalle que se extendió a la mayor parte de su gabinete. Aunque en México no cantamos mal las rancheras. Enrique Peña Nieto llegó a la presidencia sin ningún tipo de experiencia a nivel federal, el único cargo del alto nivel había sido la gobernatura del Estado de México, a la cual llegó también meteóricamente. Si hablamos del gabinete, podemos hacer escándalo por la poca preparación o los antecedentes de los elegidos de Trump, pero nosotros también tenemos a un Secretario de Educación que quiere privatizar la educación pública, tenemos como funcionaria a una ex luchadora (saludos Carmelita Salinas), y ni siquiera tenemos que mencionar los múltiples desplantes machistas, racistas y sexistas que han salido a relucir en las oficinas del gobiernos mexicano: desde diputados diciendo que votarían la ley contra la trata de mujeres como usuarios, hasta el secretario de Desarrollo Social afirmando que no puede dialogar con una legisladora pues no es psiquiatra, pasando por el presidente del INE burlándose de un líder indígena.
* Militarizar las fronteras
Sí, Donald Trump ha decidido que los migrantes son los enemigos del pueblo estadounidense. Ha amenazado con militarizar las fronteras y desplegar a la Guardia Nacional, y nosotros POR EXPERIENCIA, podemos decirle que así no se detiene la migración ilegal. Así es, México ha militarizado las redadas migratorias desde hace más de diez años. Aunque la ley mexicana marca que sólo el Instituto Nacional de Migración puede detener a los migrantes, los retenes y redadas militares y policíacas se realizan a diestra y siniestra a lo largo de nuestro país. Y si nos clavamos a las condiciones de detención, las formas de discriminación, violencia y miseria que tienen que enfrentar mientras cruzan por nuestro país, estamos sumergidos en la pura crueldad.
* Some bad hombres
El decreto migratorio de Donald Trump se caracteriza por la criminalización de los migrantes, a quienes mete en el costal de pandilleros, violadores y narcotraficantes. Acá en México no hay una legislación que los catalogue de esa manera, pero sí se les criminaliza de facto. Conocidas son las historias de centroamericanos y caribeños que sufren discriminación a tal grado que no les permiten abordar el transporte público porque la gente los asume como delincuentes, o no les venden comida porque dan una mala imagen a los negocios. Recientemente se dio a conocer que albergues de Tijuana que han avisado a migrantes extranjeros que tendrán que abandonar el lugar pues se espera una gran cantidad de migrantes mexicanos sean repatriados y tendrán prioridad para obtener apoyo. Mención aparte merece la manera en que el gobierno mexicano ha enfrentado la famosa guerra contra el narcotráfico que ha criminalizado a miles de personas. Bajo la premisa del combate al crimen organizado, los muertos no importan si son narcos.
* Guerra contra los medios
Si alguien no ha bajado la guardia contra el presidente Trump son los medios de comunicación. Los periodistas han emprendido la gran batalla contra el empresario, que ha respondido llamándolos los “enemigos del pueblo estadounidense”. Este enfrentamiento lo han adoptado los medios de comunicación mexicanos, aún cuando son pocos periodistas los que tienen una actitud crítica hacia el poder. Tanto así que ninguno hace eco de los embates que el gobierno mexicano ha cometido contra varios medios de comunicación. Y no hablamos sólo del caso Aristegui, sino de las pésimas condiciones que todos los periodistas deben ejercer su labor, y que sólo ha empeorado en los últimos diez años.
* Con todo por las armas
Los días más recientes, se dio a conocer que Donald Trump había decidido aumentar el presupuesto para armas. Con una declaración incendiaria, como las que acostumbra, que afirmaba que EUA “tenía que empezar a ganar guerras de nuevo”, puso a temblar a todo el mundo. El poder armamentístico y potencial destructivo de Estados Unidos es superior al de casi todos los países. El problema está cuando un gobierno invierte en armas, no para defenderse de una amenaza externa, sino para pelear una guerra al interior de sus fronteras. En este caso está México, en los últimos años, se ha incrementado el presupuesto del Ejército y la Marina de manera exponencial, pasamos de 90 millones de pesos en 2014 a 900 millones en 2017. Además son recursos que no están sujetos a transparencia, por lo que no sabemos a qué se destinan.
* El hombre detrás de la silla
Steve Bannon se ha asumido como el hombre que en realidad gobierna a la nación más poderosa del mundo. No es la primera vez que escuchamos que la figura que se sienta en la silla presidencial es sólo un títere. Esa historia nos la sabemos de memoria: y no sólo por el lugar común de que Peña Nieto es la marioneta de Carlos Salinas de Gortari, sino porque se ha comprobado hasta el cansancio que el ahora presidente mexicano fue construido por poderes fácticos. Puede ser que México no tenga a un Bannon, pero es claro que hay muchos intereses que manejan las políticas que salen de Los Pinos.
* Fake News
Otro de los hechos más condenables de la administración de Donald Trump son el manejo de conceptos como “noticias falsas” y “hechos alternativos” para adecuar lo que sucede a los intereses propios. Y nuestro gobierno bien podría adoptar como lema esa declaración del presidente estadounidense en que dijo que básicamente todo ataque a lo que él diga constituye una falsedad. Con Enrique Peña Nieto todo es cuestión de percepción: los ciudadanos percibimos que hay corrupción, malentendemos sus acciones como conflictos de interés o francos delitos. De Los Pinos han salido numerosos comunicados que desmienten publicaciones y declaraciones periodísticas, pues se alejan de la realidad, aun cuando son comprobables. De igual manera, la negación es la única explicación que sale de presidencia ante cualquier hecho contrario a sus intereses.
* No es mi presidente
Marchas van y vienen con la misma consigna: no es mi presidente. Ambos personajes llegaron al poder sin el apoyo del voto popular, y evidenciaron fallas claras en los sistemas electorales de ambos países. Aunque hay que decir que la poca aceptación popular no se restringe a lo electoral, sino al poco empate con las ideas y las formas de gobernar que ha impuesto los dos copetudos y que, pese a lo que parece ser el rechazo popular, mantienen una base de simpatizantes
Así es, muchachos y muchachas, dos copetes un camino, como diría Bronco. Y no es que tengamos que ignorar lo que sucede en Estados Unidos y que es muy condenable, sino también atender todo lo malo que tenemos por acá. Tampoco olvidemos que, con todo, Trump en sus primeros meses de gobierno ya ha comparecido ante el Congreso de su país, cosa que no puede decir Enrique Peña Nieto a un paso de terminar su mandato.