Amo de las redes sociales, del meme, el hashtag y el mame, Enrique Peña Nieto se propuso desde el inicio de su carrera política ser una imagen. Llegó al poder con una campaña basada en su galanura y el cuento de hadas que protagonizó con una actriz de telenovelas. La campaña fue construida como teleserie, y financiada desde las más oscuras esferas, tan oscuras que no sabemos a ciencia cierta cuánto dinero se gastó para construir un presidente.
Con poca experiencia política, es el presidente más joven y el que llegó a la grande sin haber tenido antes un cargo federal. Su partido lo hizo saltarse a varios en la fila para construir un monumento de novedad y frescura que muy pronto se destiñió. Con antecedentes como el ataque de Atenco durante su gobierno en el Estado de México, la campaña que empezó a construirse desde 2006 se desmoronó cuando el candidato tuvo que actuar, hablar y reaccionar ante las preguntas de los periodistas sobre temas básicos como sus libros favoritos y la muerte de su primera esposa, y ante los cuestionamientos de los estudiantes de la Ibero respecto de la represión durante su gobernatura, que lo llevó a esconderse en un baño.
Con los gritos de fraude como coro en su toma de posesión, el bonito velo acabó el 1 de diciembre de 2012 con la masiva represión a la protesta social. Esa práctica se extiende en lo que va de su mandato, durante el cual la violencia ha ido creciendo. El desplome de la economía, la aprobación de 13 reformas constitucionales perversas, la represión, la violencia, el desempleo, y un largo etcétera, son elementos que se han aderezado con chistes voluntarios e involuntarios de un presidente que se parece cada vez más a Johnny Bravo.
Hagamos un breve repaso de esas cosas que nos dan mucha risa, lo que nos permite seguir viviendo en este sexenio que cada vez está más de la mierda: #YaSéQueNoAplauden, la erección del estado de Hidalgo, #NoEraAlbur, #NoSoyLaSeñoraDeLaCasa, la caída de la banda presidencial y del pastel, Boca del Río capital de Veracruz, Okinawa ciudad de Chihuahua, y la inolvidable infrestructochor.
Les dejamos el éxito del sexenio, que sólo puede competir con la canción que su bella esposa inspiró después de sus aclaraciones sobre la Casa Blanca.