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Ceremonia 2015. Crónica de Claudio Martínez, fotos de Juan Leduc

- Por: helagone

Ceremonia 2015

Texto de Claudio Martínez
@claudifonos
Fotos de Juan Leduc
@nosoyjorge
Camino al concierto, Juan, Szendrix y yo, nos detuvimos a echar una tortita y comentábamos que el Ceremonia podría ser el heredero del ya lejano MxBeat (que también se hacía en Toluca); un festival con buenas bandas, costos menos elevados que los de la Ciudad de México y en un lugar accesible y abierto. Habría que averiguar a lo largo de la tarde qué tanto estábamos en lo correcto o si estábamos inflando de más el evento.
Pa’ no hacer el cuento largo, llegamos, nos registramos, nos metimos y arrancamos:
Adentro del festival las guías impresas en lonas señalaban tres escenarios; por un rato sólo reconocimos 2, el de Vans (que era el segundo en importancia) y el Corona como foro principal. A éste llegamos cuando comenzaba a tocar Füete Billete, banda que forma parte del movimiento Hiphopero de Puerto Rico, quienes dejan escuchar en sus letras su preferencia por la marihuana y en más de una ocasión su lado machín. Aún no había mucha gente dentro de las instalaciones pero con ellos los asistentes comenzaron a dar sus primeros atisbos de baile.

Mientras comenzaba la siguiente banda descubrimos que el tercer escenario era una carpa geodésica llamada Camp Roswell, que por dentro bien podría ser en lo que se convirtió el cuarto de Syd (El niño rocker de Toy Story), pero entonces no pasaba nada allí porque no era el momento.
Sintetizadores, máscaras, gruñidos y el punch que hacía falta se dieron cita con mucha más gente de la que se había visto hasta ese momento y The Wookies lo sabía, se hizo un corto silencio que anticipó la llegada de beats contundentes que avisaban “Esto es una fiesta”.
Kaytranda hacía lo propio en el otro escenario cunado se dejó caer la fuerza de Tláloc; la gente se resguardaba en las lonas que encontraba y nos apelotonamos detrás de la consola. En cuanto la tormenta bajó, la gente corrió para llegar lo más cerca posible del DJ y seguir bailando y brincando.

Nos fuimos a asomar finalmente a la carpa de Camp Roswell donde ya tocaba Raido, la lluvia había concentrado a más de uno que se movían y contoneaban como si nunca fuera a dejar de llover. Aunque la lluvia ya había parado, pero ¿quién se anda fijando?
Nat Szendro tenía ganas de escuchar a Melody’s Echo Chamber y no opusimos resistencia a pesar de que el nombre de la banda sugiere una experiencia parecida a la misa de la 7. Pero se salieron con la suya y nos pusieron en nuestro lugar: una mezcla entre Trip hop y Shoegaze en francés y en inglés, contrastes muy definidos entre secciones, compases irregulares, rolas en 5/4 y una voz increíble. Un verdadero hallazgo.
Había que ir a ver a Pusha T, un hiphopero del Bronx que ha colaborado con innumerables raperos, hizo que se vieran las manos arriba de la multitud, invitando a sumarse a su “Good music movement”, haciendo cimbrar el lugar cuando tocó Runaway de Kanye West.

Chet Faker era mi gallo y no sé quién es el responsable pero tomó varias malas decisiones: el volumen de su micrófono estaba muy abajo, traía una banda con dos integrantes que lo hacían sonar mejor, pero que se empastaban cuando entraban las secuencias, y el ingeniero era muy pinche (tal vez ni era el suyo). Faker tocó todos sus hits y algunos fueron coreados pero nunca se sintió la vibra de estar frente a algo único. Por lo menos tuvo un cierre bastante digno con “Talk is cheap” a pura voz y tecla, sin duda su mejor momento de la noche.
Disco Ruido se aventó a tocar con dos cantantes, mucho poder y un gran espectáculo audiovisual. Cerraron con “Mrs. Love” que la gente cantó a voz en cuello, pero sin duda lo que mejor sonó y tal vez a lo que habría que poner más atención es a su material más nuevo: Radio Futura.
La noche seguía avanzando y el festival ya había llegado al tope de su capacidad, lo cuál era de esperarse pues se venían los headliners.
Jungle fue sin duda la banda que sonó con más claridad y que se tomó más en serio la responsabilidad de hacer un espectáculo de calidad; siete músicos en escena, sonido impecable, batería y percusionista comprometidos en sintonía para dar fuerza al funk/disco oscuro característico de la banda, complementado con guitarras de funk suave pero contundente.

Una banda que ha enloquecido a varios rockeros de la última década es The Horrors, oscuridad melódica con coros reconocibles que dieron al público lo que esperaba. “Still life” y “So now you know” fueron ovacionadas y la gente se entregó. Aunque para mi gusto (y aquí debajo pueden poner sus mentadas) a estos hijos bastardos de Robert Smith les sobra tiempo en el escenario.
¿Siguen ahí? ¿No los perdí a todos en el último comentario? Bien.
¿Qué les puedo decir de Snoop Dogg? Es una de las figuras más prominentes del hip hop, tiene un número de hits incontables, colaboraciones con la crema y nata de la música. En pocas palabras es el Dios al que se le estaba rindiendo tributo esa noche. Pareciera que todos estabamos allí para ver ese cierre.
Él y dos MC’s más fue todo lo que necesitó para que la gente se volviera loca. No hace uso de intervenciones visuales, ni lleva una banda completa, ni intercatúa en demasía. Tal vez porque considere que no es necesario o porque puede ser un mamón, pero para ser justos ¿qué más puede necesitar alguien que compuso un himno marihuano como “Young, wild & free” y que tiene a todo el Ceremonia cantándolo? A ver, aléguenle algo.

Yo no sé si algún día dejaré de extrañar lo que me generaban los MxBeat del principio de este siglo, pero lo que está haciendo el Festival Ceremonia acerca de nuevo la posibilidad de una buena experiencia en un festival de gran nivel.