TODO MENOS MIEDO

EN VIVO

EN VIVO

El malviaje no siempre es agresivo. Pre-fiesta del #Nrmal por #Beyond

- Por: helagone

Por @vikingomorales@vidaleando

Fotos por Beyond

Disclaimer: Los que suscriben somos gente con principios bien claros, es decir, somos unos mamones que sólo escuchan guitarras distorsionadas, bajos estridentes y baterías que suenen a martillos apocalípticos. Nuestra visión de cualquier evento siempre se ve mermada por estos elementos. Así que las opiniones vertidas en este texto no deben ser tomadas muy en serio o sí, si el lector es un miembro de nuestro gremio.
8 de marzo, día internacional de la mujer y nos encontramos en la puerta de Bajo Circuito, un recinto al cual acudimos por primera vez y que al parecer promete mucho. Logramos escuchar desde la fila las últimas notas del soundcheck que hacía alguna de las bandas que se presentaron esa noche. Al entrar a esa “cueva” debajo de un puente vehicular nos recibe un espacio muy agradable y bastante más grande que otros bares de la zona. Las comparaciones se hacen porque somos dos tipos bastante ociosos y la verdad es que las ansias que teníamos por presenciar el show eran muchas.
El contexto está establecido mientras escuchamos de fondo a Magaly Fields y al mismo tiempo hay una discusión con un amigo por whatsapp. A él le parece que es muy persignado querer reflexionar e interiorizar las actitudes machistas. La violencia empieza a brotar en el texto y a la par una lluvia de riffs, psicodelia y una batería incesante se convierten en el soundtrack perfecto para esta banal charla por escrito.
El primer riff se presentó con el ímpetu de una manada de toros descendiendo por las rugosas colinas de la distorsión; la batería se proponía reacomodar las placas tectónicas. Nos sentíamos atónitos al ver que eran dos cabrones invocando tal estruendo; para el momento que la tercera rola comenzó, nos quedó claro que ellos destilaron el poder de un power trío en un scourge duo.
El público empieza a corear bajo la dirección del personaje que está sentado en un trono argento hecho de percusiones. Nos percatamos que a su izquierda hay un sujeto de complexión delgada que lleva un instrumento que a primera vista parece una guitarra, después nuestras miradas conectaron diciendo “las guitarras no suenan como si estuvieran torturando a un unicornio, ¿o sí?”
Ahora bien, a nuestro parecer pueden llegar ciertos pasajes monótonos; sin embargo este dúo es una gran propuesta y estamos ansiosos por verlos masticar fuego en el escenario más seguido. Si eres posmo, el pedido ya no te pega y te gustan las emociones fuertes definitivamente debes escucharlos.
 

 
Después de un rato en el cambio entre músicos llegaron las capas y capas de ruido, el shoegaze de Mint Field se hace presente con una plasta de guitarras y un maldito bombo que se escucha más que todo el resto de instrumentos, pero hay un ruido ahí que molesta aún más que ese tambor. La gente no se ha callado, no dejan de platicar y es como estar escuchando un vinilo sucio. Un desagradable zumbido que empieza a provocar un dolor de cabeza que hace a los latidos sentirse en el resto del cuerpo.
Cabe destacar que la banda logra muy bien hacer un paisaje acústico. Es como un grueso óleo que se va sumando mediante una danza viscosa, erigiendo somas que reverberan sobre su propio eje. A medida que la canción avanza estas texturas te envuelven haciéndote sentir en el interior de Leviatán, una bestia que respira a través de lentos y gruesos rugidos. El denso oleaje termina con una “disculpa” por el feedback que estuvo haciendo de las suyas durante la escasa media hora que se sintió como una noche entera. Y es aquí donde debemos detenernos un segundo y platicarles un poco de Beyond, la joven productora que se ha dedicado a llenar de psicodelia la escena independiente de lo que antes llamábamos Distrito Federal, estos chavos hacen una labor súper heróica para una población que consume lo que los medios masivos le recetan.
Regresando a las fallas de audio pues no nos queda mucho más que un extenso e ilustrativo: chaaaaaaaaaale.

Después del acto de Mint Field, subió Laure Briard al escenario. Por suerte la sonorización mejoró considerablemente y no tuvimos más opción que levantar nuestra bebida al ver a nuestro chingón el Patricio, de Divine Losers,  trepándole al fuzz de la Lira. El acto empezó al clásico estilo francés: algo tibio. La dulzura de Laure junto con la fritez de su tecladista parecían traer encadenados al resto del grupo que parecía ansioso por treparle y darle al overdrive.
Por otra parte, una veta muy interesante que salió a relucir fue el planteamiento escénico del acto; no es a propósito, pero sale muy bien. En ciertos momentos uno se sentía en tierras bretonas viendo a Morgana Le Fay cantar a las orillas del lago rodeada de sus más poderosos invocadores. El estilo evolucionó a un psych playero à gogo que nos remite a una escena de Austin Powers, la cual siempre resulta de lo más cliché y monótono, digamos que entre Mint Field y Laure Briad podríamos hacer una mezcla heterogénea en la que encontraríamos con facilidad los elementos de cada una de las bandas, pero sin duda nos mataría de hueva o simplemente asesinaría a un millar de neuronas, más o menos como Vampire Weekend pero en aire comprimido.

Poco tiempo después y entre un ambiente de aterradora flojera, salen al escenario los Boogarins, el acto principal de la noche que la verdad prometía muchísimo, pero hay un fenómeno horrible que le ocurre a un centenar de bandas: o son malos o son priístas. Todo se queda en mal augurio. La verdad es que en sus discos, la propuesta de estos brasileños siempre nos ha volado la cabeza, pero en vivo… no hay nada; parecen un promocional de turismo invitándonos a abrazar a Gaia en Río de Janeiro. Esto pues si te baja la libido que de por sí andaba famélica por un fuego que iniciaron los Magaly Fields.
No queremos ser injustos con Boogarins, el nivel que tiene cada músico es excepcional y parece que se divierten mucho en el escenario; hay una sensación de comuna que los comunica inmediatamente con su público y la neta eso está bien hippie. No es un juicio, es una reflexión porque atreverse no lo es todo, no sólo es una cuestión de ejecución, es tambien un asunto de actitud y presencia.


Al final de la noche nos vamos con un sabor bastante agridulce, los materiales en estudio de las agrupaciones que presenciamos nos habían dirigido hacia otro lugar, un espacio mágico lleno de luces, colores y sueños surrealistas, pero también cabe aclarar que la noche del pasado miércoles nos generó una enorme expectativa por lo que sucederá con los músicos que se presentaron. Además somos contradictorios y no podemos atrevernos a decir que nos la pasamos mal del todo, hubo momentos gloriosos y Beyond jamás nos defraudará, lo sabemos porque se dedican a producir eventos de primerísima calidad.