Por Paulina Moreno
@wabisabe
El domingo pasado ocurrió la sexta edición del que sea quizás el evento ciclista más importante de la Ciudad de México, según escuché por ahí porque, a pesar de llevar varios años pedaleando, no me había enterado de que existía. La verdad es que andar en bicicleta poco a poco me ha ido mostrando que en esa categoría de “ciclismo” se encuentran muchísimas y muy diversas actividades.
Se conoce como Gran Fondo a una carrera de bicicletas en la que el objetivo es recorrer una cantidad importante de kilómetros en una sola jornada, en algunos textos marcan que será una distancia entre 120 y 200 km, aunque es común que también se ofrezcan carreras en el mismo evento de menor distancia. El primer Gran Fondo fue el Nove Colli, en 1970, en Cesenatico. Muy pronto la tradición ciclista italiana se contagió por todo el mundo aunque con sus modificaciones para cumplir con las condiciones en otros territorios, con la inclusión de otros tipos de bicicletas (además de las de ruta), con diferente distancia, ritmo, etcétera… mismas que los más puristas del Gran Fondo siempre considerarán que no deberían llevar ese nombre, pero en fin.
En nuestro Gran Fondo la distancia era de 117 km con una ruta que salió del Zócalo por Tlalpan hacia el sur, siguió por Churubusco y continuó hacia el norte por el Circuito Bicentenario, Calzada Vallejo y Mario Colín hasta entroncar con el Periférico Norte y de ahí hasta el puente de Tepalcapa en Cuautitlán Izcalli, donde fue la primera parada de hidratación. Regresamos por el Periférico hacia el sur, luego tomamos el segundo piso hasta Tlalpan y de ahí hasta el centro de la ciudad para llegar a la plaza Tlaxcoaque muy cerca del metro Pino Suárez. Un recorrido que quizás sea mejor ver en un mapa:
En mi experiencia el trayecto fue muy satisfactorio, sentí la emoción maravillosa de dejarme ir a toda velocidad por las curvas y las bajadas del Periférico, el dolor delicioso de las pendientes y la sorpresa muy grata de pasar en bicicleta por lugares que nunca hubiera imaginado . Por ejemplo, cuando pasamos junto al aeropuerto de la ciudad que siempre había pensado que estaba muy lejos de mi casa o las icónicas Torres de Satélite, ver el WTC desde el segundo piso del periférico, el Hospital Angeles, Perisur, y todas esas construcciones que están al lado de esta vía de alta velocidad que durante todos los otros días del año está reservada al club automovilista, incluso Tlalpan por la que ya había rodado, esta vez nos prestó sus carriles centrales para el sprint final.
Quiero aclarar ahora que no soy ciclista “profesional”, apenas sé como reparar una ponchadura. Francamente mi objetivo era pasearme por la ciudad y ver si aguantaba el recorrido, con la idea siempre de que en cualquier momento podía parar, subirme al metro y llegar a mi casa, por ello rodé con el grupo de 117 km B, que salimos unos minutos después de los A que eran los más pro.
Me enteré del evento en Facebook y ahí mismo me ofrecieron un boleto de cortesía, fue por eso que decidí asistir. Quizás no tenga la experiencia de haber participado en otras carreras de este tipo, pero he ido en rodadas foráneas autogestivas con mis amigos de Bicitekas a Teotihuacan, Cocoyoc, Texcoco, Tlaxcala. Menciono lo anterior porque, en mi opinión, este evento tuvo fallas en cuanto a la organización, noté que algunas vías fueron cerradas de forma poco favorable para los automovilistas, en Periférico Norte había carros parados para que pasáramos los ciclistas y estaban muy molestos. Yo me pregunto si no se les notificó de alguna forma o se les ofreció una desviación para que no estuvieran ahí estacionados. En cuanto a los 4 “puntos de hidratación” que habían anunciado los organizadores, yo sólo encontré uno en el que me ofrecieron una botella de agua a la mitad y no había ninguna clase de snack, servicio mecánico, médico. La parte del recorrido desde Cuautitlán Izcalli por todo el segundo piso hasta el sur en Periférico y Tlalpan no incluyó ningún punto, a pesar de haberlo anunciado, el sol de la mañana ya se encontraba en todo su esplendor y además era la parte del recorrido con las pendientes más inclinadas. Yo me acabé mi bebida y muy rápido empecé a sentirme deshidratada, lo cuál bajó mi rendimiento y disfrute del camino. Otros amigos me comentaron que les tocó que cambiaran las rutas y abrieran las vialidades a los autos sin dar ningún tipo de notificación; aun cuando habían rodado a la velocidad media que mencionaron como requisito en el evento y dentro del tiempo que se había marcado, de pronto se encontraron entre los autos. También se permitió la entrada en un tramo al segundo piso a personas que no venían al evento, que venían muy despacio, sin casco, corredores, patinadores, niños pequeños, poniéndonos en riesgo a todos. Hubo grandes esperas de hasta 40 min en puntos para terminar de desviar la circulación de automóviles que nos rompieron el ritmo a muchos. Al cruzar la línea de meta la entrega de medallas fue todo un tema porque no alcanzaron para todos.
Me parece que estos incidentes no deberían de ocurrir en un evento de este tipo, ya que la diferencia entre rodar por tu cuenta en las calles de una ciudad que te pertenece y hacerlo en esta ocasión era la promesa de que existiría una estructura organizada que velara por tu seguridad en todos los aspectos. Ciclismo para todos es el nombre de los organizadores, no sé si este Gran Fondo Mx fue en verdad para todos o sólo para el que lo podía pagar, para el que llegó primero o para el que vendió las entradas.
Mucha gente compartió comentarios negativos sobre la organización del evento en Facebook y el fundador del Gran Fondo Mx escribió un mensaje reconociendo las fallas, rescatando lo positivo del evento y prometiendo que el próximo año se mejoraría la organización en todos los sentidos, me parece que esto fue muy adecuado y espero que así sea.
Mi comentario final es sobre una publicación que puso el fundador pidiendo a los asistentes que fueran honestos sobre sus capacidades físicas y rodaran en la categoría que les correspondiera, yo creo que debería de empezar por ser honesto él en la convocatoria que decía claramente que el nivel requerido para el evento era cualquiera, que todas las bicicletas estarían permitidas, que habría hidratación, que existirían las condiciones de seguridad para todos los asistentes y que a todos los que llegáramos a la meta nos darían una medalla, esto no ocurrió. Me pregunto si así fue porque la convocatoria tan abierta tenía el objetivo de vender el mayor número de entradas sin importar si se garantizaba la seguridad de todos los asistentes, insisto ciclismo para algunos, no para todos