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#México20: Valijas diplomáticas , secretarías de Estado y la ética del escritor

- Por: helagone

Por Iván Cruz Osorio
@IvanCruzOsorio
Desde hace algunos días, las redes sociales vieron el ascenso de una discusión baladí en los corredorcillos de la poesía mexicana con motivo de la aparición de México 20. La nouvelle poésie mexicaine preparada por Tedi López Mills, Jorge Esquinca y Myriam Moscona. La disputa, como casi siempre en las polémicas de este tipo, se centraba en los incluidos y los excluidos. Podemos citar otras antologías publicadas en Francia como la celebérrima Anthologie de la Poésie Mexicaine, preparada por Octavio Paz, presentada por Paul Claudel, para una colección de la UNESCO; o una más reciente Un siècle de poésie mexicaine de Claude Beausoleil. Ambas con su respectivo jaloneo de trenza y bigote. Evidentemente estas querellas siempre llegan al callejón sin salida de quién tiene el ego más grandote.
Ahora bien, estas últimas dos antologías no tenían el fuerte apoyo gubernamental de México ni de Francia que tiene México 20; cabe señalar que la polémica subió de tono al conocer que México como País Invitado de Honor de la edición 34 del Mercado de la Poesía de París, llevaría una delegación integrada por los antologados: Paula Abramo, Óscar de Pablo, Luis Felipe Fabre, Silvia Eugenia Castillero, Julián Herbert, Karen Villeda, y uno de los antologadores: Jorge Esquinca. Asimismo asiste la notable poeta Coral Bracho, ni antologada ni antologadora. La Secretaría de Cultura de México organizó la delegación y el programa de actividades. Un poco más de leña al fogón vino con el anuncio de la presentación de otra antología: Avec du soleil sous la semelle: onze poètes mexicains d’aujourd’huide, de Jean Portante.
Antología2
La cuestión de quién está incluido en estas dos antologías, de quién viaja a Francia (literalmente como valija diplomática) o no, es un falso debate: las oportunidades para impulsar estéticas, editoriales, revistas, autores han estado presentes históricamente bajo el régimen del PRI. El PRI se ha encargado de no enemistarse con sus intelectuales, al contrario, le gusta reclutarlos, y para muestra hay muchos botones vivitos y coleando. El asunto es de índole ética. Se trata de una antología y unos representantes que viajan con el aval de dos secretarías de Estado: la de Cultura y la de Relaciones Exteriores, además del recibimiento del Estado Francés. Una antología de poesía encargada por el Estado, lo cual, quiérase o no, implica que a estos autores se les abrirán foros, nuevas antologías en el exterior (Avec du soleil sous la semelle), invitaciones futuras, etc. Autores que por su propuesta estética pueden merecer esto sin apoyo gubernamental. Pero, hay que decirlo, en este momento son poetas con todo el apoyo gubernamental. Pero, hay que decirlo, en este momento son poetas con todo el apoyo que el Estado puede dar a quién lo representa. Lo cual encarna un juego de espejos muy riesgoso, el Estado mexicano avala esta antología y estos autores en París, en un evento muy vistoso y de relevancia cultural para ambos países y, a su vez, los autores acceden a representar al Estado mexicano, con todo lo que esto implica.
Desde mi punto de vista, el poeta, en el estado actual de nuestro país, no puede jugar al escritor distraído o apolítico, debe ejercer sus derechos y obligaciones como ciudadano que sufre, observa y exige el fin de las desapariciones forzadas, de la proliferación incontrolable de feminicidios, de la corrupción política que involucra directamente al Estado que a todos los niveles se ve coludido con el crimen organizado, ese Estado que ahora lleva a una porción de sus escritores a París. Creo que lo más digno y valeroso que podrían hacer estos poetas, que debemos sentir como representantes, es manifestar firmemente que somos un país al borde en muchos rubros. La obligación de alzar la voz está con aquellos que se han declarado poetas militantes como Óscar de Pablo o voceros del dolor ajeno como Julián Herbert. Mi deseo es que aprovechen este foro internacional para hacer un reclamo enérgico. De no ser así, sólo se maquillará, de una u otra forma, al Estado corrupto, represor y omiso. Por lo pronto y parafraseando una frase de la brillante Mariana Favela: “No le tocaron un pelo al Estado, lo peinaron a la moda”.