Por Christopher Nilton Arredondo
@niltopher
Lo que llamamos rock pop ofrece un espacio para los caprichos estilísticos de los intérpretes. Eso tuve en mente mientras escuchaba a dos bandas mexicanas de, según creo, rock.
Por un lado, unos pujantes Felipe el hombre, originarios de Nuevo Casas Grandes, Chihuahua, presentaron su LP homónimo con un toquín en el Foro Indie Rocks el 17 de julio pasado.
Al parecer la banda la está haciendo en grande: el concierto en el Indie Rocks mereció una de las crónicas de mayor impacto lírico que he leído recientemente (hablo, desde luego, del texto de Emilio Revolver), además de un encabezado de Berenize Rosales de valor poético incalculable, de esos que aprisionan una serie de conceptos e ideas de difícil transmisión, haciéndolos accesibles a todos: “Felipe el hombre, rock crudo eructado desde el desierto”.
Ante esta bibliografía no me queda nada por agregar, pero trataré de resaltar algo que caracteriza esa voz del desierto. Entre las cosas que componen la música en un nivel básico está el ritmo; buena parte de la música popular revela una preocupación por el ritmo, y Felipe el hombre parece tener particular interés en esa distribución de golpes fuertes y débiles.
A pesar de que existen piezas como “Más”, donde la batería hace alarde de virtuosismo cuasi melódico, es posible que la crudeza de la que habla Rosales venga de la obstinación rítmica que, desde la batería, se extiende al bajo y a los riffs de guitarra, que combinan notas aisladas con copiosas secciones de rasgueos.
El efecto de Felipe el hombre, hablando de estilos que se corresponden, me recuerda a las composiciones del Noel Gallagher del High Flying Birds y del Don’t Belive de Truth, que en piezas como “Lyla” o “Soldier Boys and Jesus Freaks” muestra su devoción por el compás de 4/4, marcados cada uno con golpes constantes y casi palpables.
Por otro lado, Pino Banks, cuyos integrantes son egresados de la Escuela Superior de Música, estuvo enlistado en el cartel de actividades del Festival Tortillas con Chile el pasado 19 de julio, un festival cultural dedicado a la información y reflexión sobre temas de interés social (que no son temas para gente de percepciones salariales moderadas, sino de interés para la sociedad en general).
La banda ha dejado señales en la red desde 2011 (un año antes de la aparición de Felipe el hombre) y, sin embargo, parece menos prolífica que los chihuahuenses. Andan en YouTube tres videos musicales y algunos demos más en Vimeo, donde también se encuentra una larga e interesante entrevista hecha por el sito Cygnus, de hace tres años.
Entrevista a Pino Banks from wearecygnus on Vimeo.
Cygnus en exclusiva entrevista con la banda mexicana Pino Banks. Nos hablan de su musica, sus influencias, además de una interesante discusion acerca del estado de la música actualmente en el mundo, la era digital y sus desventajas y beneficios.
http://wearecygnus.com
En esos tres videos que menciono, “Confusión”, “Desahuciado” y “Una noche más”, hay también un ritmo destacado, pero distinto; también usan riffs de guitarra y una voz de frases cortas metidas en el clásico 4/4, pero la instrumentación (que, a diferencia de Felipe el hombre, agrega teclados) resalta menos los tiempos fuertes.
En “Confusión”, por ejemplo, tenemos un diálogo rítmico entre bajo y batería que contrapuntean las notas largas del teclado y una guitarra rítmica que entra a contratiempo, como un entretenimiento al oído entre golpe y golpe. Estas instrumentaciones, ritmos y coqueteos genéricos (teclados que evocan canciones de vodevil y hasta la reproducción, a manera de coda, de una frase Stevie Wonder en “Desahuciado”) son lo que hizo que en el cartel del Tortillas con Chile aparecieran como “banda Funk-Jazz”, lo que sea que eso signifique.
De la colonia Roma a la colonia Centro, del viernes 17 al domingo 19 de julio, son intervalos de distancia y de tiempo medibles; sin embargo, experimentarlos puede ser muy distinto entre persona y persona, a pesar de compartir lindes geográficos, cronológicos y hasta sociales. De igual forma, Felipe el hombre y Pino Banks coexisten en una ciudad musical llena de contrastes; así de curioso es el rock.
