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#NationalGeograffiti: La Barranca celebra aniversario con nuevo CD y viejo LP

- Por: helagone

Por Christopher Nilton Arredondo
@niltopher
La Barranca, agrupación surgida a finales de 1994, celebró 20 años de carrera con el lanzamiento de Fatalis, disco inspirado en su musicalización al clásico del cine silente, El fantasma de la ópera, de Rupert Julian. A ese lanzamiento se suma la aparición, por primera vez en LP, del primer álbum de la agrupación, El fuego de la noche.
Esta vigésima celebración de carrera es, entonces, una especie de alfa y omega; el primero y el último de sus discos se reúnen en la misma mesa de novedades en las tiendas. Por lo curioso del episodio, aquí algunas palabras que puedan guiarnos en su consumo.
 

Alfa y Omega, la relación entre primer y último álbum

Una buena parte de las canciones del disco debut de La Barranca, El Fuego de la noche, muestran una gran tendencia de la agrupación a hacer música del tipo rock pesado, definida por el riff en las cuerdas graves de la guitarra distorsionada (característica de Led Zeppelin). Mientras, el Fatalis destaca por ser una obra instrumental que combina el estruendo de la banda de rock con arpegios y acordes disonantes (presumiblemente disminuidos) de piano.
Puedo escuchar que el germen de todo el Fatalis está en la primera pieza de El fuego de la noche: el arpegio introductorio de “Reptil”, canción con la que abre el “nuevo” vinil, sería adecuado a la idea que José Manuel Aguilera tiene de musicalizar películas de terror salvo por su tempo acelerado frente a las piezas más lentas del Fatalis.
En “Reptil” aparecen también los vibratos recurrentes de Fatalis. En éste último, los vibratos se justifican, supongo, con la idea de imitar un violín o un Theremin, ambos instrumentos comunes en la musicalización de escenas de tensión creciente.

Por último, las piezas más “rudas” y los cambios más drásticos al interior de las canciones del Fatalis corresponden a la tendencia Zeppelin del riff distorsionado en las cuerdas graves de la guitarra.
¿Qué quiere decir todo esto? Varias cosas o ninguna: puede interpretarse que el Fatalis es una compra sin pierde para los fans inventariados de La Barranca. También quiere decir que los recursos de la agrupación, aún con esos 20 años de carrera, siguen siendo básicamente los mismos, ya sea eso signo de constancia en su estilo o de limitación.

El fantasma de la rockópera, ¿ponerle en la madre a un filme?

Aunque el Fatalis no se vende como la musicalización de El fantasma de la ópera, sino como un trabajo inspirado en la pieza fílmica, sabemos que muchas de sus melodías fueron interpretadas por la agrupación durante la exhibición del clásico de 1925 en la Cineteca Nacional en noviembre del 2013.
Dos puntos a considerar: primero, Philip Glass compone en 1998 la música original para la reedición de Dracula, de Tod Browing. El compositor declara que su intención era que la música refiriera la época que vemos en pantalla (Siglo XIX) y escoge un cuarteto de cuerdas por su poder evocativo. El gran acierto de este soundtrack, para los críticos que quedaron satisfechos con la versión de 1998, es que la música no le roba protagonismo a la película, pues no interviene con los efectos sonoros originales.

El segundo punto: en el video de Queen, “Radio Gaga”, escenas de Metropolis de Fritz Lang acompañan la canción que pinta visiones futuristas a partir de la nostalgia por un medio que pierde popularidad en el presente. En este video, el filme está en un segundo plano; lo relevante es la canción de Queen.

Ver El fantasma de la ópera con rock en vivo puede ser una experiencia estética contracultural tan agradable como ver el video de Queen, pero también podríamos prescindir del filme. A pesar de las secciones suaves de piano, La Barranca del Fatalis sigue siendo La Barranca, un grupo de rock con riffs distorsionados a lo Led Zeppelin.
Pero no tiene la culpa el Indio sino quien lo hace Fernández: fue la Cineteca Nacional quien nos vendió un concierto de rock como un filme clásico revitalizado.
Creo que no conviene escuchar el Fatalis como musicalización de El Fantasma de la ópera porque, si así fuera, nos toparíamos con un disco pretencioso, kitsch según Umberto Eco, en el que se quiere meter a la fuerza el rock en un contexto que lo rechaza.
En cambio, sí conviene tener en mente a la hora de escuchar el Fatalis que es, ante todo, un vil disco de rock. Buen rock, mal rock, ya lo dirán ustedes.