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#NoVotarOVotar. Disidencias enlazadas.

- Por: helagone

Disidencias enlazadas

Mariana Favela
@favulas
Pasaron las elecciones (¡por fin!) y sigo leyendo en Facebook mensajes como ‘a ver si con números entienden que anular no sirve de nada’, ‘¡malditos apáticos!’, ‘¡su voto está lleno de sangre!’, ‘su voto sólo legitima este circo de muerte’, ‘ahora son responsables de las desapariciones y del Estado represor’. Los leo y me pregunto ¿qué pasaría si toda la energía que la oposición, la verdadera oposición, la cotidiana, la de quienes no militamos en ningún partido y no aguantamos más la innombrable violencia y la corrupción de este país, que pasaría si toda esa energía y creatividad se organizara, se escuchara en lugar de desacreditarse e insultarse? Me pregunto si no tendrán parte de razón las distintas posiciones.
Voy a jugar a la abogada del diablo. ¿No es cierto que NO existen mecanismos institucionales para que el voto nulo y el abstencionismo impacten en el sistema político mexicano? Incluso si nadie fuera a votar, la rata ganaría con su propio voto, de ese tamaño es la democracia simulada de este país. ¿No es cierto también que ese voto nulo jugó un papel decisivo en la definición de varios distritos? Miren como Morena llora porque, contra sus expectativas, Iztapalapa todavía no está definida a su favor. ¿No tienen razón quienes critican al sistema en su conjunto cuando dicen que incluso si se llega a ‘ganar’ las elecciones nada cambia porque los políticos no responden a agendas ni proyectos sino a intereses de grupo? ¿No tienen razón cuando dicen que tenemos que cambiar las cosas de raíz? Mancera llegó con 60% del voto en 2012 y desde entonces gobierna con y para la agenda de Peña. ¿No es cierto también que las elecciones pueden decidir si llega uno u otro partido? Miren cómo la Ciudad de México borró al PRD del escenario, está muerto y ni los chuchos irán al entierro porque seguro ya están corriendo rumbo al CEN del PRI. Les salió caro pendejear al electorado y si alguien cree que quienes votaron por Morena votaron por el Peje, los menosprecian. Ahora es cuando hacerle saber al Peje que el voto no es por una persona y que los siguientes en desaparecer pueden ser ellos.
¿Y si cada posición tuviera algo de razón? No, esperen, para decir eso tendríamos que partir de la base de que todos los que nos rodean no son una bola de pendejxs excepto, claro, nosotros.
Más interesantes que la cascada de insultos han sido las expresiones del tipo ‘ya voté, ahora espero poder juntarme con amigos anulistas y abstencionistas para ver en serio cómo cambiamos este país’, o ‘no voté pero yo voto todos los días y por eso me organizo’, ‘¿por dónde empezamos?’. Una pregunta, ¿a quién le conviene que las disidencias se desgajen atacándose entre ellas? Si nuestra discusión es entre quienes no creen que las elecciones sirvan para nada y quienes creen que no son suficiente, ¿no podemos aceptar esa diferencia y ponernos a construir lo que sí va a ser suficiente? Es pregunta.
Yo me quedó con el ‘¿cómo empezamos?’ y tengo dos propuestas muy simples. La primera es no permitir ser encasilladas ni usar las etiquetas establecidas. Llamarnos ‘anulistas‘, ‘abstencionistas‘ o ‘votantes‘ tiene tres riesgos: 1) nos reacomoda en un horizonte político electoral, que ya acordamos, no es el que nos puede ayudar a articularnos. 2) Invisibiliza además el riquísimo abanico de diferentes posiciones; perdón pero llamar ‘apáticos‘ a quienes no fueron a votar sin darse cuenta de que varios, muchos o pocos -no importa- de ellxs se organizan día a día y no sólo durante la coyuntura electoral, es un reduccionismo grotesco e insultante. 3) Podemos no compartir la opinión de quienes salieron a votar y reconocer que el voto, por ejemplo en esta ciudad, es cada vez un voto más pensado. Muchas votaron diferenciado, anularon en algunos casos y en otros no. Escuchar las razones de por qué lo hicieron de ese modo es importante. Comprar las etiquetas establecidas nos encasilla en identidades falsas que no permiten ver algo hermoso: la base de nuestra posibilidad de articularnos es que podemos cambiar de opinión.
Hay una expresión que nos articuló en el 2012 y que en estas elecciones se le escapó a quienes estaban muy ocupados encasillando a todo mundo en etiquetas convencionales; esa expresión es el apartidismo. No, no es anulismo, no es abstencionismo y no llama a votar. Acuerpa la crítica al sistema pero no se desgasta diciéndole a la gente qué tiene que hacer. Por eso no le gusta ni a los revolucionarios iluminados ni a los expertos que siempre saben cuál es el camino hacia la luz de la verdad. Algunas le dicen también antipartidismo, y me dan ganas de abrazar el término, pero creo que puede leerse de mal modo y jalarnos a una lucha contra los partidos y no contra el sistema político en su conjunto. Se pierde de vista algo fundamental, decidimos influir desde afuera de los partidos. Esa lucha es necesaria, habrá quien decida hacerla desde dentro, suerte. Pero hay quienes queremos hacerla desde afuera, denos chance, también hacemos falta. Bien por los independientes, nadie les dice que no vayan, pero nuestro lugar es otro y no tenemos por qué pelear, pero tampoco tenemos por qué ajustarnos a su dinámica. Mucha banda apartidista vota o simpatiza con independientes pero su lucha se enfoca en construir alternativas al sistema político electoral, no desde éste.
Y va la segunda propuesta; sacar lo mejor de cada lado. Discutamos las diferencias, no para convencernos de hacerlo de uno u otro modo sino para entender las razones detrás de cada quien. ¿Qué pasaría si en lugar de aniquilarse las disidencias aceptaran sus diferencias y se enlazaran? Me parece que quienes anularon su voto y escribieron las razones en la boleta han aportado, desde su lugar, algo interesante al debate, ¿cómo le hacemos para visibilizarlo?, ¿por qué no se exige conocer los datos desglosados del voto nulo?, ¿fueron para legisladores o para delegados y gobernadores?, ¿se dio parejo?, ¿en dónde anularon más?, ¿influyó eso en los resultados? Sí, otra vez, eso implicaría partir de la base de que quienes anularon tienen algo que decir y no son sólo unos imbéciles copia frases del tuiter. Yo no opté por su vía pero me interesa escucharles.
Mucha gente a mi alrededor votó, y no por una persona o un partido, votaron para castigar, para repartir el poder, para que no lleguen unos que les han hecho mucho daño. Votaron y además estarían dispuestos a organizarse fuera del escenario electoral. No, no son zombies ni bots, son gente comprometida con opiniones diferentes a las mías pero con una intención común: cambiar la pinche situación, prepararnos para lo que viene.
¿Entonces? La propuesta es sencilla, saquemos lo mejor de cada posición, no para construir una sin disensos (qué hueva), sino para ver cómo generamos estrategias que en lugar de devorarse se potencialicen rumbo al objetivo común: justicia, libertad y dignidad. No aguantamos más vivir en estas condiciones, duele, lastima, decepciona y aterra. Dejemos de reproducir lo peor del régimen, enlacemos nuestras disidencias.