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#PecesSueltos presenta: El Personal

- Por: helagone

“A Loose-Fish is fair game for anybody who can soonest catch it.” Moby Dick

Si la música se parece al mar, y lo habitamos todos, hay especies raras, que se ven poco y extraña vez son capturadas. Aquí surcamos las olas para hacerlos más evidentes.
Por Alejandro Guerrero
@elAleGuarrero

El Personal

México es un país de machos que en el fondo son bien putos. Se dice que Guadalajara, “la perla tapatía” es la capital nacional de la homosexualidad así como uno de los bastiones más importantes para la fe católica del país. Esta aparente contradicción ha creado el clima ideal para que un sinfín de manifestaciones artísticas e intelectuales emerjan de ese caldo de cultivo en constante pugna antagonista… esta es la historia de una de ellas.
A mediados de la promiscua y llena de cocaína década de los ochenta, un grupo de amigos se comenzaría a reunir con la intención de disfrutar fusionando viejos ritmos, con la trepidante música de rock que hasta entonces, había sido vetada de los medios masivos de comunicación así como de los principales foros artísticos del país (ver el funesto capítulo de Televisa v.s. la encuerada de Avándaro).
Nacería así, una de las bandas que, a la postre, significarían un parteaguas en la historia de la música local y nacional. Pioneros del reggae en Guadalajara, mezclarían magistralmente géneros tradicionales como el son y los boleros, con ritmos caribeños como el calipso, el ska y la cumbia; todo esto sobre una consistente base rockera sobre la cual se verterían líricas de contenido contestatario, ecologista y hasta subversivo para los persignados estándares de la época, la sociedad y la cultura jalisciense.
El constante uso y recurso de la cábula fue bien explotado por El Personal, su estilo particular de escribir letras auto paródicas de contenido humorístico que trataran sobre pasajes de la vida cotidiana en la urbe tapatía, se volvió su sello distintivo. Alejados de las temáticas clásicas de amor y sufrimiento, la agrupación prefirió revolucionar sus contenidos con un toque sarcástico, irreverente y divertido, el cual se puede apreciar en la gran mayoría de sus temas.
Rolas como “Dale de comer al conejito” o “niño déjese ahí” expondrían asuntos delicados que hasta la fecha son un verdadero reto a tratar entre padres e hijos: la sexualidad y la masturbación.


La primera alineación de El Personal inicia solamente con Julio y Andrés. Los hermanos Haro pasaban las tardes en el departamento de éste último, creando y afinando las letras que acompañarían sus ingeniosos ritmos. De este primer encuentro surgen canciones como “Dale de comer al conejito”, “Centerfold Blues“, “Broche de Oro“, “El último camión” y “No te hagas“, mismas que quedarían grabadas en el cassette que productores de la Ciudad de México escucharían para dar pie al pronto debut de la banda, en el conocido bar El 9, donde alternarían con otras incipientes agrupaciones, llamadas Café Tacvba, La Maldita Vecindad y Las Insólitas Imágenes de Aurora (posteriormente Caifanes).
Ante la solicitud para que El Personal debutara en la capital, en tres meses Andrés Haro reuniría a una banda completa, integrada por Alejandro López Portillo en la batería, Carlos Domínguez en los xilófonos y coros, Óscar Ortiz en la guitarra, Juan Miguel López Portillo en los teclados y los hermanos Haro en el bajo, voz y melódica, respectivamente.

La maldición de la banda
A un año de su debut y justo cuando la agrupación comenzaba a extender su fama de boca en boca, un desafortunado suceso cimbraría al interior de ésta. La muerte de Pedro Fernández (baterista de la sexta alineación) sería el golpe letal para la desgastada salud de Julio Haro, quien también infectado por el VIH. moriría en 1992. Esta dolorosa perdida provocaría casi la disolución de la banda, quienes tras una exhaustiva búsqueda y tras vivir el duelo de la muerte de Julio, incluiría en sus filas a Lalo Parra, segundo vocalista quien también moriría desafortunadamente en 1995.
Tras esos lamentables sucesos, la banda tuvo que parar. Estuvieron fuera de los escenarios durante un largo tiempo hasta que en años recientes, el fervor y la nostalgia de Andrés, haría que la banda resurgiera como un homenaje a sus muertos.

El nacimiento de un mito
Muchas han sido las grandes bandas que trascendieron la muerte para volverse un mito. El Personal de Guadalajara es una de ellas pues, en voz de Andrés Haro: “es un grupo más de pláticas y recuerdos, a que efectivamente lo hayas visto alguna vez en vivo”; para él la banda tiene “buenas letras, canciones bien hechas, fusiones de ritmos, desparpajo, irreverencia y originalidad”. A su criterio, Julio creó “las letras más maravillosas y fenomenales”, incluso lo considera como “uno de los mejores letritas que ha dado la lírica mexicana”.
Por eso acercarse al legado de esta escandalosa agrupación, es una obligación para todo melómano que se precie de serlo así como parada obligada para todo rockero que celebre a Café Tacvba como la mayor banda mexicana de todos los tiempos… si usted es una de esas personas, pásele a lo barrido y experimente esa época hoy tan lejana en años pero tan cercana en realidades; que cimentó el glorioso y maltrecho rock mexicano de hoy en día.
Dense pues estas rolitas, alejen sus prejuicios, tóquense rico y denle de comer al conejito que yo no más no me hallo.