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#PecesSueltos presenta: The Ex

- Por: helagone

“A Loose-Fish is fair game for anybody who can soonest catch it.” Moby Dick

Si la música se parece al mar, y lo habitamos todos, hay especies raras, que se ven poco y extraña vez son capturadas. Aquí surcamos las olas para hacerlos más evidentes.

The Ex

Por Edgar Matute @esematute

Facilidad debe de ser la palabra que ocupan aquellos jovenzuelos vigorosos deseosos de hacer una banda de punk. Facilidad para componer canciones con unos cuantos acordes y un coro, a sabiendas de ser desafinados y ejecutantes “particulares” de algún instrumento. Aquella facilidad que les da esta música para gritar voz en cuello todos los atropellos que necesiten. Sin dudar de esto, también con facilidad se pueden asignar los instrumentos que cada uno de los miembros de la banda ejecutará, se puede dejar al azar quién tocará la batería, las guitarras y el bajo, y al azar nadie se la puede hacer de pedo, por lo tanto cada quien tendrá que quedarse con su instrumento, al fin tocarán en una banda de punk y posiblemente esa forma rancia de tocar podrá ser su marca. Un nombre corto: facilidad también. En los lejanos setentas unos chicos holandeses de una villa llamada Wormer decidieron crear una banda de esta forma: punk, al azar y con un nombre corto: The Ex (Países Bajos, 1979).
Ese prefijo monosilábico que titula a la banda, y que nos recuerda al pasado, se escogió por la facilidad con la que puedes rayar una pared en menos de dos segundos. Y es que en esos momentos, como ahora, rayar una pared es quizá la forma más rápida y barata de promocionar tu banda, aunque un nombre tan corto puede pasar desapercibido.

Una banda que comienza con facilidad, al contrario de lo que pensamos, tiene la particularidad de irse transformando en compleja, justamente por la facilidad, aquella que se le atribuye a dejarse influir. Si bien The Ex comenzó siendo una banda anarquista de punk, su sonido perméo en su villa, de la cual surgieron un número considerable de bandas, al punto de llamar a ese movimiento local de punk el “wormerwave” (podríamos arriesgarnos a traducirlo al lenguaje de Castilla y ponerle “La movida wormera”). El anarquismo implícito en sus letras críticas, sarcásticas y puntuales puede verse a lo largo de estos más de 30 años de carrera.
Sus discos de  gran calidad comienzan con All the corpses smell the same, y es que aunque todo huela a muerto siempre existe la esperanza de que las conciencias se sacudan al ritmo de los instrumentos. Para seguir, su primer EP llamado Disturbing domestic peace, un poco más de 20 poderosos minutos en donde cada una de las cortas piezas que componen el disco le hacen un homenaje a ese punk contestatario, punk crudo, anarquista, de calidad. Ese disco es con el que se dan a conocer dentro del registro fonográfico del mundo.

Para su segundo material, History is What´s happening, igual duro, canciones cortas. Quizá estos dos primeros discos nos sugieren a una banda preocupada por el mundo, con canciones pegajosas que podrían hasta convertirse en himnos de marchas. Esta línea músical punk anarquista de letras directas en poco tiempo fue tan sólo el calentamiento de lo que vendría a ser aquel grupo experimental que conoceremos a continuación.

Para 1983, The ex ya había sacado algunos EPs y sencillos. Ya eran conocidos en la escena local, habían lanzado en el mismo año Dignity of labour, donde nos narran la historia de una fabrica de su barrio, y Tumult. Con estos dos discos comienzan a darle más rienda suelta a los instrumentos y sus piezas duran más que esos escasos dos minutos que antes ofrecían.

En 1984, comienzan a jugar con otras herramientas musicales, enriqueciendo sus composiciones. Sale a la venta su álbum Blue prints for Blackout, paulatinamente su sonido no va adquiriendo otro rumbo, sino se va cargando de los elementos encontrados en el camino. Este año tiene suma importancia ya que comienzan a experimentar con violín, marimba, acordeón y oboe. También es el año en el que hacen su primera colaboración el grupo kurdo Awara, algo que ellos definen como “su primer encuentro con la música no-occidental”. Ahora con todos estos elementos puestos sobre la mesa anarquista tienen y les sobra para partir madres.

Ya para finales de los años ochentas, The Ex comienza a colaborar con personajes de lo experimental, tal como ese muchacho líder de la banda neoyorquina, Sonic Youth. Su influencia se siente Too many cowboys, disco de 1986.

Llegamos a un punto importante de su carrera, después de 10 años, de bastantes movimientos en la alineación de la banda, de hacer suyos diferentes movimientos como la guerrilla en El Salvador o la Guerra Civil Española, conocen a Tom Cora, cellista importantísimo de música experimental. Para este tiempo el bagaje de la banda era bastante amplio y tenían claro que querían que su música occidental sonara lo menos occidental posible. Surgen dos grandes discos de su colaboración con Cora, quizá dos de los mejores álbumes de su carrera, Scrabbling at lock y And the weathermen shrug their shoulders, de este último cualquier parecido con algunas melodías del Kid A, seguro es mera coincidencia.


Colaboraciones después, ya influidos por la música Klesmer, sonidos Kurdos, experimentación disonante, y con mucha más hambre que empachados después del festín, llegan a África, a Etiopía para ser preciosos. Ahí conocen a Getatchew Mekuria, un septuagenario músico tradicional con el que también participan, primero en un concierto afortunadamente grabado, y después en su disco Turn, una de las mejores canciones está dedicada a él.


The Ex es una longeva banda de punk, o como ellos irónicamente se definen, experimental trance-dance avant-afro-pop improv music, más lo que seguramente se vaya agregando. Una banda que se debe conocer, de esas dignas de ser peces sueltos, exploradores voraces y pensar que todo comenzó por la facilidad y el azar.