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Segundo Infinito: horror cósmico sabiamente dirigido

- Por: helagone

por Alan Prats
@al_prats
Albert Weber
@AlberthusWeber
Si bien no es el más amplio y extendido, sin lugar a dudas la CDMX tiene un nicho considerable de público melómano y clavado que reclama experiencias sonoras que pongan a prueba su percepción de la música y el sonido. A ese público –entre el que nos incluimos quienes escriben estas líneas– pocas veces se le presentan oportunidades como la que significó el #SegundoInfinito, llevado a cabo el pasado 13 de mayo en el Foro Indie Rocks del otrora DeFe, el cual reunió un cartel muy propositivo con bandas emergentes y consolidadas, tanto nacionales como internacionales.
Cada uno de los tres proyectos que conformaron el cartel mostraba un sonido particular y diferenciado entre sí. Sin embargo, pese a las diferencias, todos estaban emparentados por un linaje común que desciende en línea directa de la tradición rockera más clavada y experimental del krautrock, el rock psicodélico y el rock espacial.
Precisamente los openers Sunset Images nos acompañaron en la cabina de NoFM para una entrevista #CANÍBAL un par de semanas antes del concierto. Aquella ocasión, además de conversar sobre su propuesta sonora y escuchar algunas rolas del Obscure Daze (2017) en la exquisita edición en vinilo del álbum, Samuel Osorio (guitarra/bajo) destacó la importancia del acto en vivo en su música. Poniéndonos exigentes tal afirmación podría considerarse trillada o incluso un lugar común, sin embargo en el concierto del domingo nos quedó clarísimo que en el caso de los Sunset Images es completamente cierto. No sólo es la potencia y el alto y distorsionado octanaje con el que tocan, sino también su presencia en el escenario: Samuel pasa constantemente de la guitarra al bajo y visceversa, valiéndose de loops ejecutados en el acto, mientras Carlo Martínez (batería) acribilla la batería con una energía descomunal.

Lo denso y ruidoso de su presentación hizo evidente por qué este interesante dúo chilango es relacionado constantemente con el noise-rock y la experimentación sonora en general. Aunado a esto, su escenificación obscura y el soberbio manejo de luces solidificó su presentación como la de una banda extensamente preparada y de clara categoría profesional. Habrá que estar atentos a próximas presentaciones o tal vez nuevo material de este proyecto que ya ha puesto en alto el nombre de la escena local en mecas internacionales como Nueva York o distintas ciudades de Japón.
La fuerte y enérgica presentación de Sunset Images abrió con creces una velada de voladez sonora que para ese momento sólo había mostrado un tercio de su peso y trascendencia. Incluso antes del acto principal, todavía faltaba presenciar a la magna Vía Láctea, proyecto de Carlos Alvarado (teclados), fundador de la legendaria Chac Mool, ambos proyectos seminales para comprender la escena psicodélica y electrónica en México desde los años setenta.

Desde el momento en que los integrantes subieron al escenario se sintió gran aceptación y cariño por parte del público hacia una banda honesta que, a pesar de los años, ha sabido mantenerse como un referente nacional inescapable en su género. Ahora, con una alineación completamente reformada, constituida por la talentosa Fabiola Simac (violín), las impredecibles y multifacéticas improvisaciones de Fish González (guitarra) y los estruendosos dedazos del mismo hijo de Carlos, Uvarigh Alvarado (bajo), Vía Láctea se propuso manifestar texturas y ambientaciones dignas de cualquier catalogación transcendente. Su música, al mismo tiempo explosiva y relajante, penetrante y auténticamente psicodélica, habló directamente al espíritu, no al cerebro o a la razón, y eso justamente lo hizo un manifiesto de trascendencia, un extendido instante de luminosidad.
El set que nos presentaron, repleto de ensoñaciones y trances cósmicos, más allá del mero entretenimiento o disfrute hedónico, estuvo lleno de sabiduría lisérgica, ampliamente reforzada por las estimulantes animaciones del fondo. Una vez más, para los que hemos presenciado anteriormente a alguno de sus proyectos tocar en vivo, Alvarado se volvió a mostrar como el maestro indiscutible del país en el manejo de equipo musical especializado para la creación de ambientaciones sintéticas y densas capas sonoras de psicodélica libertad. No por nada Vía Láctea se mantiene viva, aún después de haber sido la primera banda en México en haber tocado jamás música electrónica, como el mismo Alvarado recalcó con orgullo y conciencia, y de haber traído así elementos del krautrock y de la Kosmische Musik a aquella temprana y apenas emergente escena de música maciza mexicana.


Después llegó el momento más esperado, pero del cual nadie podía saber exactamente qué esperar. Kawabata Makoto (guitarra/sintetizadores) y Nani Satoshima (batería) han tocado juntos desde hace años en Acid Mothers Temple, pero jamás se habían presentado en vivo como Nani ∞ Guru en ninguna parte del mundo hasta el pasado domingo en la Ciudad de México. Desde el primer momento se puede decir que fueron, por mucho, el acto más vanguardista de la noche. Su set estuvo compuesto de largas improvisaciones de un potente tono eléctrico, profundamente inmersivas. Cada pieza empezaba tranquila y por lo general con una serena pero retumbante e inesperada línea eléctrica trazada por los sintetizadores y artefactos de Makoto, a lo que Satoshima iba poco a poco acoplándose más que nada con platillos y ritmos irregulares de una sensación casi matemática. Con el progreso de cada canción estos tamborazos abandonaban poco a poco su predispuesta alineación estética para tornarse en un brillantemente ejecutado torbellino de agresividad y violencia percusiva, un verdadero atasque sonoro de golpes que alcanzaba prolongados estados hipnóticos en el siempre receptivo público. Por su parte, la presencia en el escenario de Makoto –como siempre vestido completamente de negro a la Ritchie Blackmore– resaltaba más que nunca al cambiar de sus sintes a la guitarra, marcando un ritmo improvisado de notas asonantes, acordes envolventes ricamente contaminados de una sucísima distorsión, y más que nada una personalidad única, impredecible, en muchos sentidos mágica y en muchos otros inteligente y razonada también.

Lo luminoso, nutriente e inspirador de Vía Láctea se vio opuestamente correspondido por lo obscuro, penetrante y por momentos aterrador del set de Nani ∞ Guru. Pero el momento cumbre de toda la velada, que le dio un innegable estatus histórico y de culto a todo el festival, fue cuando Vía Láctea subió de sorpresa a improvisar junto con nuestros invitados japoneses. Es aquí donde un intento de reseñar tan solemne momento se vuelve sólo un imprudente intento de capturar un suceso irrepetible de la historia de la música en vivo de esta monstruosa y caótica ciudad. Lo presenciado el pasado domingo 13 de mayo en el Foro Indie Rocks fue una creación dialéctica entre dos colectivos; se creó amor sonoro, se percibió también horror cósmico sabiamente dirigido, y texturas mentales de altísimo valor estético. La correlación tan natural percibida en el escenario entre los cinco músicos presentes fue un claro manifiesto de lo que el mismo Carlos Alvarado expresó durante su presentación a todos los asistentes, y que los que escribimos estas líneas sabemos que mantiene como una filosofía personal: la música como lenguaje universal.

Nani ∞ Guru + Vía Láctea: Jam Sessión (12 de mayo de 2018, estudio de grabación Yox Discos, CDMX)
#SegundoInfinito fue sin lugar a dudas una gran experiencia sonora y un excelente concierto, pero sus logros –notables por sí mismos– no se quedan ahí. En el marco del festival, en un considerable esfuerzo por generar espacios para la colaboración entre artistas mediante la experimentación y la improvisación musical, Otono gestionó una serie de jam sessions de Nani ∞ Guru con bandas mexicanas como Cardiel o Vía Láctea.
Los caníbales tuvimos el honor y el profundo placer de asistir a una de esas sesiones, precisamente entre Nani ∞ Guru y Vía Láctea. Ésta se llevó a cabo el 12 de mayo en el estudio de grabación Yox Discos de la CDMX, dirigido por Adán Gutiérrez en el corazón de la colonia Roma. El recinto no podía ser más adecuado. Ademas de su notable vínculo con la escena independiente de la ciudad y su compromiso con la música alternativa, el estudio proporcionó el ambiente perfecto para un diálogo musical de asociación libre entre estos grandes músicos.

Los miembros de Vía Láctea fueron los primeros en llegar. Kawabata Makoto y Nani Satoshima llegaron mientras Fabiola Simac y Carlos y Uvarigh Alvarado conectaban su equipo. Después de los respectivos saludos y reverencias, los Nani ∞ Guru hicieron lo propio y a los pocos minutos la nave sónica despegó. Los rumbos que ésta tomaría eran inciertos para todos los presentes, incluso para los propios músicos. Lo único cierto al comenzar era que iba a ser espectacular.
El resultado de este histórico encuentro fue un viajezaso musical de aproximadamente dos horas y media en un set de ¡tres rolas!, una de ellas sólo entre las texturas psicodélico-espaciales de la guitarra de Makoto y las envolventes atmósferas emanadas de los teclados y sintes de Carlos Alvarado. La verdad es que sería muy necio de nuestra parte pretender siquiera describir lo que escuchamos. Fue algo indescriptible, pero ciertamente exquisito. Lo que sonó ahí fue único y es irrepetible. Dado que el eje de todo fue la improvisación, no hay forma posible de que eso tal y como sonó pueda ser interpretado de nuevo, aunque, eso sí, nos queda la certeza del registro sonoro en los archivos de Yox Discos. ¿Quién sabe? Quizá algún día, digamos dentro de diez años, un joven melómano japonés se va a enterar de esta legendaria sesión y querrá escucharla a como de lugar. Digamos que unos cinco años después, el mismo joven melómano japonés viaja a México por X razón y se da un rol por El Chopo. Digamos que en su visita al Chopo el joven melómano japonés se encuentra un bootleg titulado “Nani ∞ Guru + Vía Láctea: Jam Session (12 de mayo de 2018)”…