TODO MENOS MIEDO

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Somos los dioses secretos. Crónica del cierre de la Gira “Folk the Police”

- Por: helagone

por Andy Mountains
@AndyMountainsss
Fotos de Antonieta Lopez y Erika Arias
Foro autogestión Laberinto, Ocotepec Chiapas el 1 de enero 2017
Si salgo en falda me machetean. Se siente. Me lo advirtieron.
Y es que ellos cantan en Zoque. Repito. Hacen rockanroll en Zoque. En medio de la Sierra Madre de Chiapas. En frente de la presidencia municipal gobernada por el PRI más PRI, el PRI profundo que sostiene la maquinaria del asistencialismo y el sabotaje más violento.
Estoy asustado. Siempre. Pero en el lugar indicado. Y sí, siempre exagero. Estamos salvando el Rockanroll. Ellos, levantaron un forito, pequeñito, pequeñito, más pequeñito que el baño de un Starbucks, y es gigante. La autogestión cuando es precisa es poderosa. En la sierra, Ocotepec, Chiapas. Uno de los municipios más olvidados. Ya llegó la mona, no ha llegado internet, más que en el Hotel del pueblo, administrado por tres niñas adolescentes que estoy seguro que hackearon mi i phone, 10 pesos la hora. Estamos salvando el Rockanroll. No es que necesite ser salvado. Estamos vivos. Y Belafonte canta “Hay Hormigas en el Baño, John” a los muchachos del monte viejo y ellos lo entienden. Eso, de lo que se quiere cantar en la ciudad, de la libertad, de salvar a tu amigo, de cogerte a la morra de tus sueños, ellos lo entienden. Aquí la mecha prende rápido, la vida. Aquí como Pipe (Vocal de la Sexta Vocal, grupo de Ska originario de Ocotepec ) canta: somos fuertes y naturales. Pipe tiene 19 años y ya maneja el escenario como un veterano, yo creo que es por que lo siente desde la lengua, que cantar en tu lengua antigua, más antigua que los Olmecas, te hace libre y libera también al que lo escucha y en mi caso nutre el músculo de la propia voz y la propia lengua. Nos une nuestra lengua, a la que me gusta llamar el Rockanroll. Un espíritu de conexión transhistórica de rompimiento y renovación de formas, de la irrupción.

Los oídos no tienen párpados, pero sí tienen laberintos. Miguel tiene 23 años. Barba tupida. Sonrisa imparable. Es guitarrista de la banda de Ska que canta en Zoque, nació en Ocotepec. Es el mánager más importante de México y no lo sabe porque tiene un alma transparente. Sabe mentir diciendo la verdad, sabe convocar el sismo de adentro que mueve montañas, sabe convocar el entusiasmo. Levantó, junto con sus compas rockeros de Ocotepec, un forito donde nos fuimos a perdernos para encontrarnos “El Laberinto”.
Lleva mes y medio abierto, una especie de foro Alicia en la Sierra. Construido por estos morros hechos de roble que van a decorar los muebles y las mesas del foro después de montar el cable de acero que conecta la electricidad en el municipio vecino. Acá no hay demandas de cerrar o sellos de clausura, acá se les corta la luz si a los vecinos de la acera de enfrente de la presidencia municipal les da comezón.
Las palabras antiguas se entrelazan con las nuevas. Hicimos que la historia se moviera. Seguramente como ha pasado mil veces. Pero es la historia que tiene que contarse, la que va al revés. De la ciudad al campo y el puente, o más bien el túnel secreto, hecho de canciones. Yo soy la Ciudad de México, pero también soy el Rockanroll y eso me conecta con las montañas. Y creo que éste es un espíritu, una técnica secreta de los dioses secretos de mantener todo siempre roto y conectado, del gozo de la vida, de la travesura mortal.

Empieza Belafonte. Con su guitarra acústica y su sacerdocio. Se quita el micrófono y se sienta. Los morros de Ocotepec con su mano en la mona, ya bien entonados lo miran y lo buscan. Las chavitas sonríen cuando suceden los juegos de lenguaje de “Al armar”, creo que les gusta. Escuchan atentas y se abrazan. Belafonte nos abraza con su espíritu de la canción y lo logra, conecta.
“Convocatoria para el Destroy, Convocatoria para el Destroy, Muertos en la Televisión, Muertos en el Reventón”
Canta a Capela y varios despiertan del trance de la mona. Veo a Miguel y entiendo que el Zoque también habla en Blues. Le brillan los ojos, sabe que logramos algo, que levantamos un puente ancestral. Nos dimos canciones y fuerzas.
Luego se suben al diminuto escenario Cojama (que es “Alma” en Zoque), tres muchachos que le dan duro al punk, y es que el Zoque hace que suene mágico. Están verdes aún, pero se desviven y ya son ellos y no otros quienes van de dentro hacia afuera y eso los hace montañas.
Y Andy Mountains One Man Band. Cagándose de miedo. Los tamborazos y la guitarra desatan un slam vicioso y super violento entre los morros. Caras enrojecidas y sus puñitos feroces cerrados y golpeando. Entiendo que estos morros no son como yo a los once años, con pielecita frágil y aterciopelada, sus inocentes caras aguantan verdaderos putazos sin inmutarse, y sin dejar de bailar.
Andy se quita el pantalón. Y Belafonte y Miguel y Edgar se sacan verdaderamente de onda junto con los morrillos. Andy se pone su falda y vuelve al bombo, el asombro se integra al slam. Un puente se levanta. No hubo machetazos.

El “Laberinto” cuenta con tres modestos cuartos con colchones para dar albergue a los invitados. Nos sentamos en la mesa de atrás. Chingos de caguamas frías, gracias a Wilfredo que después de 14 abarroterías logró conseguir hielo. Miguel se queda platicando un rato afuera en la cancha de basquet con los chavillos en mona. Pipe se encarga de la selección musical. Pink Floyd,Shine on you Crazy Diamond” y tenemos uno de los momentos más bellos de mi vida: Edgar Ruiz (el sociólogo del rock y quien tuvo la genial intuición junto con Miguel de construir este encuentro maravilloso) narra junto con Belafonte y Pipe la larga introducción musical de la gran rola de Pink Floyd. Todos en silencio, pero todos gritando por dentro. Irrumpe el legendario riff de David Gilmore como una cascada fría que lo cura todo, veo los ojos de Pipe, y entonces entiendo:

Somos los dioses secretos
Borrachos de agua de maíz quemado y ojos polvorientos
Somos sin embargo los dioses secretos
Nadie puede tocarnos dos veces con la misma mano.
Nadie podrá descubrir nuestra huella en dos renacimientos o en dos muertes próximas.
Nadie podría decir cuál es el humo de
copal que ha sido nuestro
Por eso somos los dioses secretos
El tiempo tiene pelos de azafrán, cara de anís, ritmo de semilla colmada. Y solo para reírnos lo habitamos.
Por eso somos los dioses secretos.
Todopoderosos en la morada de los todopoderosos
dueños de la travesura mortal
y de un pedazo de la noche
¿Quién nos midió que no enmudeciera para siempre?
¿Quien pronuncio en pregunta por nosotros sin extraviar la luz de la pupila?
Nosotros señalamos el lugar de las tumbas
Proponemos el crimen, mantenemos el horizonte en su lugar
desechando sus ímpetus mensuales
Somos los dioses secretos
los de la Holganza furiosa
Y solo los círculos de sal nos detienen
y la burla.

Y salvamos el rockanroll.
(Roque Dalton, excepto el Y salvamos el rockanroll, ese es mío)