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Un vistazo a TEDxMujer

- Por: helagone

Por Alejandra Padilla @nefelibata_a
Emilia Perujo @emilia_perujo
Si la audiencia sale inspirada de las pláticas TED, cumplieron su objetivo: tocarte, generar algo. Asistimos a TEDxCuauhtemoc en la Universidad de la Comunicación a escuchar las charlas de TEDxMujer.” X” quiere decir que son eventos organizados independientemente.
El evento del 28 de mayo fue promocionado como uno de temas de género. El nombre, al menos, era medianamente prometedor: TEDxMujer. Desde ese título surgió la primera pregunta, por qué “mujer” y no “mujeres”. El feminismo desde hace años ha subrayado la necesidad de hablar de mujeres, así, en plural, con la intención de hacer evidente que no hay un modelo establecido de mujer, sino que cada una es distinta por su historia de vida y la circunstancias que la rodean. Para la investigación de género es difícil encontrar espacios de difusión que no sean extremosos –o muy especializados o muy vagos o “poco serios”-. Justamente esa fue la conversación de antesala de nosotras, nuestros gustos, retos, lo problemático de algunos temas y sobre todo de las maneras en las que se pueden concretar los proyectos. A veces plantearse hacer investigación de temas de género es como pedir un micro espacio dentro de un micro espacio.
Los temas presentados fueron diversos, cuatro mujeres y dos hombres compartieron sus intereses e historias personales intentando de alguna forma tener como eje el nombre del evento. Aunque, para ser un evento que incluye la palabra “mujer” en el título, el hecho de que el primer presentador fuera hombre, resultó sorpresivo. El fundador de Género y Desarrollo A.C (Gendes), Mauro Antonio Vargas, habló sobre cómo se acercó a temas de género y por qué decidió crear una organización que trata temas de masculinidades. Sin duda, fue uno de los mejores ponentes. Fue grato escucharlo, trabaja para prevenir la violencia con hombres, a raíz de cuestionarse sus propios privilegios y los costos que vienen con ellos.
Las siguientes dos ponentes, por sí mismas, han vencido grandes retos. La primera, Matilde Jiménez Coello, es una investigadora que centra sus esfuerzos en encontrar formas de prevenir y erradicar la enfermedad de chagas; la presentación fue únicamente sobre su tema de investigación y no tocó experiencias personales. La segunda, Elsa Ávila, ha escalado las montañas más altas del mundo y padece una difícil enfermedad que la ha llevado a replantearse la forma en la que se enfrenta a la vida. Esta última hizo hincapié en las muchas veces que le dijeron que, al ser mujer, no debía escalar montañas; sin embargo, se sobrepuso a esas palabras para lograr las metas que se planteó.
Recibir un premio por estudiar una enfermedad que afecta a pocas personas y es transmitida vía unas chinches, es ser excepcional en el mundo de la competencia y el mérito. Recibir un reconocimiento a la investigación es verdaderamente excepcional, porque es competir con quién sabe cuántos investigadores del mundo que gozan, por el simple hecho de haber nacido, de los privilegios de los que hablaba Mauro Antonio Vargas. Lamentamos que Matilde Jimenez Coello no nos haya contado más sobre eso. Algo similar es haber escalado el Everest, emprender varias veces ese viaje que de entrada tiene un riesgo muy alto, y más hacerlo padeciendo una enfermedad que a lo largo de su vida le ha ocasionado cuatro infartos cerebrales. En un punto se cansó de ser lo que se esperaba de ella, una superheroína que ni se fatiga, ni llora, ni se siente muy mal un día, y decidió que las montañas están en todos lados y se pueden escalar todo el tiempo, que es mejor ser, como dice ella, “una anécdota viva que una estadística muerta” y enseñar a otras personas eso.
Hasta aquí se hacen muy evidentes los estándares que tenemos (todas) para ser visibles, para dar una plática TED, por ejemplo. Tras escuchar a estos ponentes, se nos invitó a comer crepas y a tomar café en un foodtruck fuera del auditorio. La cantidad de personas superaba por mucho las capacidades del lugar del evento, no comimos crepas y volvimos al foro para escuchar la segunda parte de las conferencias.
La primera presentación del segundo bloque estuvo en manos de Marcelina Bautista. Mujer que durante varios años se desempeñó como trabajadora del hogar y, en un momento dado, decidió luchar por el reconocimiento de los derechos de las personas en su misma situación laboral. Así fue como fundó el Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar A.C cuyo objetivo es presionar al gobierno mexicano para que se reconozcan los derechos laborales de las personas que trabajan en los hogares. Los aplausos del público se hacían escuchar cada vez que ella hablaba de algún logro, incluso al final, muchas personas se levantaron de su asiento a modo de ovación. Fue interesante observar que esta situación se diera únicamente con ella, como si fuera una especie de espécimen de circo.
Algo que toca fibras, no porque sea una revelación, pero siempre te pega: lo denigrante que es la sociedad, que Marcelina Bautista tenga que luchar para que el trabajo del hogar sea digno es asqueroso. Ese mismo trabajo (sólo en técnica y materiales) que hacen las trabajadoras del hogar lo hacemos muchas de nosotras todos los días, no nos parece indigno, no se nos ve con lástima ni con reprobación. Su asociación se dedica a dignificarlo, reconocerlo, dotarlo de los derechos que vienen con él, como con cualquier trabajo. Aunque no es cualquiera, esa charla empezó con un comentario muy interesante sobre los vínculos afectivos, en muchos hogares son ellas quienes cargan a los hijos, y muchas veces, aún siendo niñas ellas mismas.
Fue la única exposición que recibió una ovación de pie. Pararse es lo mismo que pensar que ellas no saben escribir, o contar, o que no merecen seguridad social. Fue perturbador.
Las últimas dos presentaciones, fueron la cereza podrida del evento. Adán Salinas Alverdi, curador, museógrafo y director general de la Muestra Internacional de Cine con Perspectiva de Género (MICGénero), mantuvo un ritmo lento, y habló de su historia personal y casi nada de la MICGénero. Mucho menos, habló de los privilegios que ha tenido al ser hombre y cómo esto ha impactado en su desarrollo profesional. Habíamos escuchado a mujeres que deben haber sido voraces, hecho miles de sacrificios (por llamarles de alguna manera a sus decisiones), pasar por interminables filtros, ojos juzgadores, enfrentar las dificultades diarias y las propias de sus hazañas, el menosprecio, demostrar, justificar, haber gozado de sus logros pero también llevado a cuestas la observación y crítica de eso, de su éxito. No es que el organizador de MIC haya recibido todo dado, ni que hacer un festival de cine de género sea cosa sencilla, es que los requisitos para él y para todas las demás son incomparables.
La segunda parte de las charlas fue decayendo y culminó con que la conferencista dijera que el género es tan solo un mandato, un manual, y que los crímenes de odio se deben a que la homofobia consiste en que a los “machos” no les parezca que otro hombre se afemine porque no entienden que renuncie a su privilegio, del que ellos gozan todo el tiempo. Como si el mundo estuviera dividido en heterosexuales y homosexuales –feminizados- o, como se sintió en un punto, en mujeres abnegadas, mujeres imponentes y hombres. Fernanda Tapia, la simpática comunicadora que siempre encuentra cómo hacer referencia a sus enormes senos, subió al escenario con la intención de criticar los roles establecidos de hombres y mujeres haciendo chistes estereotipados que poco o nada aportaron a su intención inicial. Lamentable que, en un evento supuestamente de género, se permitiera a una ponente hablar con un total desconocimiento de la diferencia entre términos como sexo, identidad de género y preferencia sexual.
El género es muy complicado. En el mundo, la mayoría de los muertos por accidentes, abuso de sustancias, homicidios, y en una batalla son de sexo masculino (¿en dónde está el privilegio?). La mayoría de las víctimas de maltrato doméstico son de sexo femenino, independientemente de su etnia, ubicación, ingresos o educación (¿el hogar es nuestro lugar?). Por eso, como público en un país en el que todos los días asesinan mujeres, esperamos que no se nos invite a firmar un documento para obligar a que enseñen a niñas y niños sobre perspectiva de género en kínder y así acabar, por fin, con el problema de raíz. Y con eso cerró el evento TED.
No perdemos la oportunidad de recomendar al equipo de TEDxCuauhtémoc, que la próxima vez que quieran entrarle a un evento en el que vayan a abordar temas de género, se asesoren primero. Nos gustó mucho ir juntas y escuchar la diversidad de puntos de vista, pensar, platicar. En ese sentido TED cumplió su objetivo. Disfrutamos de varias de las charlas, pero no nos gustó el final ni que tuvieran tanta presencia los patrocinadores.
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Alejandra Padilla – Egresada de la carrera de Ciencia Política y feminista. Actualmente es becaria de investigación el en Colegio de México. Ha trabajado en diversas organizaciones de la sociedad civil y se ha especializado en temas de derechos sexuales y reproductivos.
Emilia Perujo- Antropóloga social, investiga vínculos de parentesco contemporáneos y experiencias reproductivas masculinas. Guitarronera y locutora de Ampersand.