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#Voto18. "El PRI es la escuela electoral del país". Entrevista con Fernando Belauzarán

- Por: NoFM

El proceso electoral del 2018 ya empezó, y en torno él, la opinión pública y los contendientes hacen diversas lecturas. Para algunos, la elección del próximo año debe de dar pie a la continuación de un proyecto de nación, y para otros, debe de ser un punto de inflexión. En una arena electoral plagada de actores con agendas políticas radicalmente diferentes, las elecciones del próximo año transcurrirán entre dudas y desconfianza, mientras la viabilidad de la democracia en México es puesta en tela de juicio por la ciudadanía. Ante esta coyuntura, #Voto18 es un proyecto que busca llamar a la reflexión acerca de cómo nos aproximamos a las elecciones del siguiente año, para abrir la discusión hacia sectores jóvenes que por primera vez votarán en las presidenciales, y también hacia grupos de la sociedad absolutamente desencantados de la política. Así entrevistaremos a diversas personas con disímiles perfiles, corrientes ideológicas y edades, con el fin de arrojar algo de luz al respecto de lo que ocurrirá el próximo año y en los venideros.

“El PRI es la escuela electoral del país”
Entrevista con Fernando Belauzarán

por Sergio Pérez Schjetnan

Sergio Pérez Schjetnan: Obviamente todas las elecciones tienen algo especial, una especificidad. ¿Tú crees que estas elecciones tengan una trascendencia en particular?
Fernando Belauzarán: Es una situación distinta el que haya dos candidatos independientes. No serán unas elecciones como las pasadas en las que hubo solamente tres claras opciones, en estas habrá tres y adicionalmente otros dos candidatos, que si bien no tienen opciones de ganar, van a incidir en la elección. Habrá que ver finalmente qué efectividad tiene esto.
Además, tenemos como nunca antes desde que la alternancia, es decir desde el 2000, al gobierno metido en las elecciones. En el 2006, Fox sí se metió, y ese fue un elemento que perturbó las elecciones. Su frase era “No hay que cambiar de caballo a mitad del río” con respecto a las candidaturas de Andrés Manuel y Felipe Calderón. Pero la diferencia está entre querer quitar un candidato de la boleta antes de las campañas y durante. El spot del PRI sigue queriendo que encarcelen a Anaya. El manejo de la PGR de esto ha sido muy faccioso y esto está perturbando las elecciones.
Otro elemento es que nunca antes se ha tenido un Presidente con niveles de impopularidad tan altos como los de Peña Nieto y esto definitivamente será algo que pesará. El hartazgo va a tener fuerza contra el sistema y contra el PRI. Esto lo veo como algo novedoso.
Tendremos que ver dónde está el cambio, pero se me hace extraño que el PRI se esté concentrando principalmente en desprestigiar a Anaya nada más, porque no parece que le trae algún beneficio a Meade. Parece ser que a lo mejor en el gobierno ya aceptaron que su candidato no puede y están decidiendo hacia dónde va a ir su elección entre el primero y el segundo; frente a un Andrés Manuel que ofrece amnistía anticipada a todo el grupo de poder, es decir, que no los van a tocar; frente a Ricardo Anaya que dice que va a establecer una Fiscalía que sirva y una Comisión de la Verdad que se coordine con esta para investigar e impedir la impunidad.
Parece que va a haber el gran canto de las sirenas para que Peña Nieto se defina es la impunidad, porque lo que más ha habido en su gobierno son escándalos de corrupción.

SPS: Hablaste del uso faccioso de las instituciones, concretamente de la PGR y del SAT en contra de un candidato. Es gravísimo el uso de instituciones con fines políticos. Pero a eso habría que sumarle la forma clientelar del voto y la forma dura del voto. ¿Qué tienes que decir al respecto?
FB: Habrá que hablar de la tremenda guerra mediática. Sí hay un candidato oficial y es Meade, y a él le pusieron a la disposición no sólo las instituciones, sino también la fuerza mediática. Recordemos que Peña Nieto gastó en tan sólo cinco años 40 mil millones de pesos de manera discrecional para la propaganda gubernamental. Eso se sintió, y el embate mediático contra Ricardo Anaya ha sido brutal.
Sobre el asunto del voto duro y clientelar, eso es gravísimo; se vio sobre todo en el Estado de México. Sinceramente el PRI es la escuela electoral del país.
Hasta antes de 2008 todos los partidos buscaban hasta por debajo de las piedras, pagarle a la televisión para difundir sus spot. Desde que vino la Reforma de 2007-2008, que sacó a la televisión de la venta de espacios, lo que los partidos buscan hasta por debajo de las piedras, es dinero para mantener el voto clientelar. Mantener clientelas es darles recursos, sostenerlas y luego movilizarlas al momento de la elección, y en eso se gasta muchísimo. Entre más gente vota, menos pesa esa estrategia clientelar. Todos los partidos lo hacen y es uno de los puntos más claros de la descomposición del régimen del país; la corrupción es fuente del financiamiento de la política, y en gran medida ese dinero de la corrupción se va a campañas electorales en donde hay más dinero no fiscalizado que fiscalizado. El dinero fiscalizado es mucho, pero el dinero que se mueve por fuera de eso es mucho mayor.
El dinero que se les da a los partidos para las elecciones es decentemente bien fiscalizado, no es ahí donde está el punto grave, el problema es la cantidad de dinero no fiscalizado que se maneja en el medio. Un dato del Banco de México: cada vez que hay elección, el circulante se agota porque usan ese dinero en efectivo el día de las elecciones para la compra de votos. Es una cuestión perversa. Yo soy de los que piensan que el voto debería ser obligatorio y ya cada quién en la urna decidir por quién vota o si lo anula. Si tú haces que el voto sea obligatorio, haces que el voto comprado pese mucho menos y que deje de ser rentable hacer esto. Como hay elecciones en las que más del 70 por ciento no participa, entonces la compra de voto sí puede llegar a definir una elección.

Basado en la pobreza de México yo diría que, dado el dinero que se gasta en las elecciones, parecería que la compra del voto es algo así como el programa social extraoficial más importante del país, y hay clientelas que están esperando la elección y que van con un candidato y con otro, y que se rentan al mejor postor. La situación ya está muy maleada. Van los líderes y venden a su gente y van de evento a evento. Las elecciones en México ya están muy pervertidas por esto. Por la estrategia de compra de votos, mantenimiento de clientelas y su movilización antes de las elecciones como base de voto. Eso lo hace el PRI, pero también los demás, es algo muy maleado, es un tremendo incentivo para la corrupción.
SPS: Es claro que ya es casi una condición necesaria para ser competitivos en una elección la compra de votos, pero no todos están en las mismas condiciones para hacerlo.
FB: No, claro que no. El que traga más saliva, traga más pinole, y este es el PRI.
SPS: En ese sentido, en el Estado de México se vio la capacidad del PRI de movilizar los votos frente al resto de partidos. ¿Crees que es posible replicar esto a nivel nacional, o que pueda influir esto como influyó en el Estado de México en la Elección Presidencial?
FB: No tengo duda de ello, estoy seguro que lo harán. Eso se ha hecho en todas las elecciones, no sólo en el Estado de México. En el caso del Estado de México fue grotesco porque además pusieron unos topes de campaña altísimos, pero hay una degradación tremendísima del proceso electoral y tiene que ver con eso, con la no fiscalización de los recursos y compra de votos.
En Chihuahua sí se siguió la ruta del dinero de las desviaciones de recursos públicos a través de empresas fantasmas. Es lo mismo que hizo Javier Duarte en Veracruz, y lo mismo que pasó con la Estafa Maestra. Pero lo que sucedió en Chihuahua tiene a Alejandro Gutiérrez en prisión, porque el dinero de la tributación llegó a las campañas de PRI. Sí hay elementos para pensar que los recursos desviados son para eso, y estamos hablando de más de 6 mil millones de pesos, que es lo que ha encontrado la PGR en recursos desviados con este modus operandi a través de empresas fantasmas ¡6 mil millones de pesos! Alguna parte irá para enriquecer a algunos rivales, y otra parte irá para financiar la campaña del PRI.

El daño que hacen es tremendo. Por ejemplo, con los desvíos del SEDESOL a quienes afectan son a los más pobres. El PRI está afectando a los más pobres con el financiamiento de sus campañas electorales, manteniendo clientelas. Es algo muy perverso y es de las cosas que tenemos que cambiar, y para eso es muy importante el Sistema Nacional Anticorrupción y que tengamos un a Fiscalía que si sirva, que no esté sometida a ningún criterio político discrecional.
SPS: Por ahí iría la siguiente pregunta, ¿qué hacer ante el problema de corrupción que hay? Hablaste de las propuestas de Ricardo Anaya para combatir la corrupción, pero también te referiste a López Obrador, del cual en otras ocasiones te has referido como un caudillo justiciero, como a un hombre que metainstitucionalmente piensa que va a eliminar la corrupción.
FB: Y no lo oculta, porque él ya repartió amnistías por anticipado. Ya juzgó, condenó y perdonó, antes de que hubiera cualquier proceso; eso fue lo que dijo la primera vez que mencionó amnistía anticipada en 2016: “ustedes le han hecho mucho daño al país, pero desde ahorita, como quiero justicia y no venganza, los perdono”. Qué padre que el presidente pueda perdonar, pero si el presidente tiene la voluntad de perdonar a capricho, también tendrá la voluntad de condenar a capricho.
Además, el hecho de que en su programa quiera regresar a la designación del Fiscal de la República por parte del presidente, te habla de una clara vocación de retroceso, para que el presidente siga procurando, políticamente, mediante ternas de carnales, la impartición de justicia. Todos estos son vicios en los que anidan la arbitrariedad y la corrupción. El proceso Constitucional es que el Senado, después de una convocatoria pública, hace una lista de diez y los manda al Presidente, quien manda su terna y el Senado designa a uno, quien a su vez, nombrará a los titulares de la Fepade y al Fiscal anticorrupción, quienes incluso pueden ser objetados por dos terceras partes del Senado.
El único de los candidatos que ha dicho que respetará este procedimiento es Ricardo Anaya, de manera que el Fiscal pueda juzgar a cualquiera sin distingos y no le garantiza impunidad al presidente: la gran ventaja de la autonomía, por no decir los cambios que faltan al Artículo 102 de la Constitución, para la profesionalización y la meritocracia, lo cual genera incentivos para no ser corruptos. Solo así se puede terminar con la corrupción, sin politización de la justicia y sin espaldas cubiertas para nadie, empezando por el Presidente de la República.

SPS: Anaya ha planteado una estrategia jurídica para combatir la corrupción, ¿cómo lo va a lograr políticamente? Hay quien ha interpretado la propuesta de Amnistía de López Obrador como una medida para generar un consenso político para llevar a cabo reformas.
FB: Nade bueno viene de la impunidad, porque la única forma de acabar con la corrupción es que haya consecuencias. Y si empiezas perdonado, es gravísimo. Si tú partes de dar impunidad a cambio de apoyo político, esa es una transacción muy perversa y perniciosa, de complicidad. ¿Además, cómo vas a acabar con la corrupción con el puro ejemplo? A Ponce y a Bejarano no les sirvió el ejemplo, y López Obrador no vio la corrupción que había en su propia oficina, la tenía en las narices y no se dio cuenta.
Lo que necesitamos, insistió, es una Fiscalía que sirve y un Sistema Nacional Anticorrupción es hechura de la sociedad civil. ¿Cuál es el problema? El problema no es el diseño, el problema es la captura de las instituciones por la corrupción. La complicidad ha tomado instituciones mediante cuotas y cuates. Quienes deben vigilar, son subordinados de los vigilados, porque les deben el puesto. Entonces, en lugar de cuidarles las manos, les cuidan las espaldas. López Obrador, al igual que Meade en un principio, está planteando seguir con esa perversidad, sin independizar a los vigilantes de los vigilados mediante el nombramiento de: un Fiscal General Autónomo, Fiscal Anticorrupción, Magistrados, y Auditor Superior de la Federación.
SPS: Para cerrar. En estricto sentido, una buena manera de participar en la política es por medio de los partidos políticos. Pero los partidos están muy desprestigiados, de modo que en la sociedad civil y particularmente entre los jóvenes surge una pregunta, ¿qué podemos hacer?
FB: En lugar de estigmatizar los partidos, deberíamos de buscar que haya muchos partidos y que la gente se organice, con un mecanismo virtuoso como la segunda vuelta. Que en la primera, todos los partidos pudieran participar, y luego en la segunda, participaran los punteros. Y que cada fuerza tenga exactamente la proporción de votos que tuvo en el Congreso, y que sea fácil estar en la boleta, pero que sea difícil tener presupuesto público.
En última instancia no hay democracia sin partidos. En otras palabras, el problema no son los partidos sino estos partidos que se han amalgamado con el viejo régimen. Al final de cuentas la transición consistió en que el PRI le dijo al resto “¿quieren el poder? Vénganse a mi fiesta, pero con mis reglas no escritas, con mis códigos y mis privilegios”. Entonces hizo escuela y todo el mundo se aprestó.

La solución no es acabar con los partidos, sino construir nuevos o limpiar los actuales; que sea fácil participar electoralmente, que el presupuesto no sea alto, y segunda vuelta electoral, lo cual supone cambiar el régimen y pasar paulatinamente a gobiernos de coalición o régimen parlamentario para construir mayorías estables, a partir de los acuerdos en la pluralidad. La solución de la democracia no es coartar la pluralidad, sino hacerla funcional.
Y una última cuestión: ¿el cambio hacia dónde? Puede ser hacia la concentración del poder en un personaje magnánimo y justiciero, a pesar de que el Presidente de México ya tiene una tremenda concentración de poder, en donde se anida la corrupción y la arbitrariedad (simplemente el control presupuestal es bajo y la discrecionalidad para manejar recursos). O bien, el cambio puede no ser este, sino distribuir el poder y establecer controles, contrapesos, equilibrios, y vigilancia y rendición de cuentas con participación ciudadana, para que no estemos al garete de quien nos gobierne.
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Fernando Belaunzarán estudió Filosofía en la UNAM, participó en los Movimientos estudiantiles, fue Diputado Federal por el PRD, y es promotor de la coalición Por México al Frente e Iniciativa Galileos.