Es casi imposible pensar en la música sin relacionarla con una imagen, va desde el logotipo hasta las fotos de un concierto o la portada de un álbum. Con esta entrada comenzamos una serie donde recordaremos a diseñadores, ilustradores y fotógrafos del rock, comenzando con estos últimos.
Los fotógrafos que nos acercan a la vida de los seres humanos que nos han inspirado a hacer algunas de las cosas más idiotas o las más perronas de nuestras modestas vidas, los fotógrafos que más que eso, son testigos y partícipes de la obra maestra de muchos artistas, el rock.
Hoy les presentamos al holandés Anton Corbijn, fotógrafo del rock desde 1972. Ha trabajado para la Rolling Stone y Vogue.
Entre las bandas a las que ha retratado están Joy Division, Depeche Mode, Arcade Fire, Bauhaus, Beck, Billy Idol, Bob Dylan, Elvis Costello, Frank Sinatra, Stivie Wonder, U2, ZZ Top y un chingo más. Incursionó al mundo del cine en el año 2006 con la película Control, una biografía del líder de Joy Division, Ian Curtis.
Lo que caracteriza a Anton Corbijn es el revelado en blanco y negro de sus retratos, la textura en la piel de sus modelos que no teme hacer evidentes las marcas, cicatrices y líneas de expresión que dejan las largas giras, los desvelos, las drogas y los amores nunca eternos.
Sin más, acá les dejamos parte de la chamba del buen Anton.