Estamos a cuatro semanas de uno de los momentos más importantes para la televisión y para el deporte: el Superbowl. Y es que nos guste o no, le entendamos o no, y vivamos o no en el gringo, la fiesta grande del futbol americano es desde hace bastantes años un evento internacional. El Superbowl LIII ya está en boca de todos, y por muchas razones.
Por un lado, evidentemente está lo deportivo. Pero la verdad eso no es nuestro fuerte. Nos conformamos con mandarles nuestros saludos a todos los fans de los Vaqueros de Dallas, esperamos que les dure el gusto. Y también desear que ojalá que no ganen (¡otra vez!) los Pats.
Y bueno, ya pasando a lo importante, el chisme del Superbowl LIII es que aún no hay talento para el show del medio tiempo. Así es, los legendarios y codiciados 13 minutos de música aún no tienen dueño. A mediados del año pasado se escucharon varios nombres, en especial el de Rihanna. Sin embargo, la cantante de Barbados decidió declinar la invitación en solidaridad a Colin Kapernick.
Recordemos que el jugador ha sido blanco de críticas por hincarse durente la ceremonia del himno nacional. Lo que parecía un mero gesto simbólico tomó una nueva dimensión cuando a Donald Trump se le botó el tapón y se dedicó a criticar a Kapernick. La NFL reaccionó: los 49s de San Francisco no renovaron el contrato del jugador y ningún equipo le ha ofrecido un lugar. Lo anterior ha desatado un pleito legal que no sabemos dónde parará.
Mientras tanto las muestras de solidaridad a Kapernick siguen. Y van desde campañas pubicitarias que lo dejan como héroe, hasta el respaldo de Rihanna y Cardi B, quien también rechazó el show del medio tiempo.
Hasta el momento, la versión más difundida es que Maroon 5 será quien se presente el 3 de febrero en Atlanta. Aunque la banda ha negado el rumor, distintos actores, cómicos y músicos le han pedido a Adam Levine que rechace participar en el show. Igualmente, Jay-Z ha pedido al rapero Travis Scott que decline la oferta que ya había aceptado para participar como invitado.
El show del medio tiempo del Superbowl no sólo es un enorme escaparate. Significa entrar en una reducida lista de leyendas de la música que han realizado shows históricos. Los últimos años, la producción del show del medio tiempo ha iniciado el relevo generacional con presentaciones cumplidoras como la de Justin Timberlake o Lady Gaga. Aunque ha que aceptar que ni siquiera se acercan a lo que hicieran Michael Jackson o The Rolling Stones.
En fin, la presión pública para unirse al boicot al Superbowl pinta para ser una batalla intensa con los gigantes de la publicidad. El mismo Jay-Z o la comediante Amy Schumer han declarado que tampoco participarán de las campañas publicitarias que se estrenan durante el partido.
https://www.youtube.com/watch?v=idg8TNknvDU
El Superbowl es el banderazo de salida para el mundo de la publicidad estadounidense. El precio por un anuncio de 30 segundos se cotiza en 5 millones de dólares este año, pero las ganancias son más jugosas. Nada menos Budweiser reporta un incremento de ventas del 3.9% el día del juego y de 4.7% en los meses posteriores. Así que quién sabe si la presión social será suficiente para parar al mundo de la publicidad.
A final de cuentas el show del medio tiempo del Superbowl ha tomado tintes simbólicos. A estas alturas del partido (y del periodo de Donald Trump), participar en el show significa decirle sí a la NFL y, de uno u otro modo, sí al presidente de los Estados Unidos. El pleito con Colin Kapernick es una de las banderas que el mundo del entretenimiento ha adoptado para mostrar su desacuerdo a Trump y todo lo que encarna.
Por otro lado, deportistas como Serena Williams han decidido participar en campañas que se transmitirán durante el Superbowl y que serán vistas por más de 103 milliones de personas.
Lo sabemos, suena bastante frívolo. Y lo es. Pero si ustedes fueran una banda o artista, ¿rechazarían un concierto con esa audiencia? o ¿con quién preferirían enemistarse, con Donald Trump o con Jay-Z? Y, lo más importante, ¿quién, en su sano juicio, podría competir con un cachorro o un caballo de Budweiser?