Hay que aceptarlo, pocas cosas se nos complican tanto en la vida como la economía. Cada vez que escuchamos la palabra se nos viene a la mente una mezcla de términos ajenos y pensamiento mágico. Lo cierto es que la economía, como buena ciencia social, puede explicar nuestra vidia cotidiana de muchas más maneras de las que imaginamos.
Con eso en mente, en el año 2005, se publicó Freakonomics, escrito por el economista de la Universidad de Chicago, Steven Levitt, y el periodista del New York Times, Stephen J. Dubner. La idea era utilizar la economía para ofrecer explicaciones no convencionales para situaciones de la vida cotidiana.
El libro explora la trampa entre maestros, luchadores de sumo y un negocio de bagels. La relación entre la legalización del aborto y la descenso de los índices de criminalidad. Las patrones sociales en la asignación de nombres a los niños. Y la economía del narcomenudeo. El libro se convirtió en un éxito de ventas. Además de contribuir a la divulgación de la economía como disciplina.
Sin embargo, no faltaron los críticos que acusaron a los autores de manipular las estadísticas. Otros académicos afirmaron que la economía poco tenía que ver con las explicaciones de Levitt y Dubner, quienes recurrían a la sociología y otras disciplinas. Pese a las críticas, la influencia del libro se extendió rápidamente.
Pronto, el libro se transformó en un blog, en cortos cinematográficos y en un podcast radiofónico que se graba desde distintas escuelas de Estados Unidos. Levitt y Dubner han invitado a otros economistas especialistas en diversas áreas para explicar detalles de nuestro propio comportamiento. Por ejemplo, para enseñarnos cómo funciona el comercio, nos cuentan de un experimento que hicieron al enseñarle a un grupo de chimpancés cómo funciona el dienero.
Y bueno, tal vez después de conocer Freakonomics, la economía nos sigue pareciendo magia negra, pero al menos les garantizamos que pasarán un muy buen rato y aprenderán algo de la naturaleza humana.