Por Abril Castillo Cabrera
@imlittlealice
Ayer en la mañana tenía que escribir una nota sobre la imagen. Quería hablar del estilo y cómo este se mal entiende como algo formal, cuando en realidad es algo transversal a la forma y al contenido. Como muchos suelen quedarse en la forma, sus imágenes resultan huecas, no conmueven ni dicen nada. ¿De dónde tomar el contenido? Hace falta valor para encontrarlo, porque estoy convencida de que no puede encontrarse afuera de uno mismo y saber que somos nuestro único sostén puede ser desolador.
El miedo como sentimiento primigenio toma el control de las decisiones más cotidianas y también de las más animales. No damos un paso si desconocemos el camino, no hablamos si no estamos seguros de lo que queremos decir o a veces callamos si sabemos que lo que diremos no agradará.
Hablaba el otro día con amigos ilustradores y nos preguntábamos qué es lo peor que puede pasar si no entregamos algo a tiempo o lo entregamos mal. Las consecuencias para un ilustrador nunca son de muerte, como para un médico o un piloto. Pero hace un par de días asesinaron a cinco personas en la Narvarte, a un par de cuadras de mi casa. Hasta anoche se había confirmado la identidad de Rubén Espinosa, un fotoperiodista, Nadia Vera, Yesenia Quiroz Alfaro. Otras dos mujeres continúan en el anonimato (y millones más en México). Un hombre que se dedicaba a hacer imágenes fue asesinado por lo que éstas mostraban y el discurso que contenían.
En México se vive una ola de violencia que desde hace varios años se incrementa. Rubén Espinosa, a quien torturaron y mataron el 31 de julio de 2015, huyó hace poco más de un mes de Veracruz y estaba exiliado en el DF. Nuestro país es uno de los más peligrosos para ejercer el periodismo, Veracruz es el estado con más periodistas muertos. Rubén Espinosa fue el número 13 de su estado y suman 88 a nivel nacional en los últimos años.
Algunos de sus colegas lo etiquetaban como “guerrillero” porque apoyaba a los nóveles y les recomendaba rechazar los regalos del gobierno de Javier Duarte. Un gobierno declarado admirador de Franco, que compra periodistas para que sólo publiquen boletines de prensa e imágenes avaladas por ellos; que les da coches o tablets para que cierren los ojos cuando vean algo indebido y se callen.
¿En este país sólo tienen derecho a vivir aquellos con los ojos anulados y la boca cosida? ¿El resto debe huir, dejar atrás su hogar, sus amigos, a su perro para de todas formas ser torturado y asesinado en el falsamente atribuido santuario de México, el DF?
Cuando le preguntaron que como guerrillero cuáles eran sus armas, dijo que la ética y su cámara. ¿Cuáles son las nuestras? Vivimos sometidos a modas y a discursos impuestos. Como ilustradores tenemos que aprender a decir las cosas como las vemos, sin temor a equivocarnos aunque no siempre acertemos o no, todos estén de acuerdo o no les guste nuestro punto de vista. Todo es una prueba y error en las formas, pero el discurso debe ser consistente. La pregunta no es cómo hacer una imagen bella sino cómo comunicar una idea. En el camino la belleza aparecerá gracias al manejo de las bases: tener una buena técnica (la cámara fotográfica) y ser sincero (la ética).
Quien haya decidido hacer de su oficio la creación de imágenes y no se atreva a decir lo que piensa por medio de ellas, a asumir la consecuencias (que pueden ir desde perder el trabajo, el pago, futuros clientes, pero también poner la vida en juego), no ha vencido su miedo y no es muy diferente de quienes simplemente deciden quedarse callados.
Última entrevista de Rubén Espinosa en SinEmbargo.mx
http://www.sinembargo.mx/02-08-2015/1435661