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#Monorriel: Jacob Two-Two’s Time Trials, viajes en el tiempo y Rock en vinil

- Por: helagone

Por Christopher Nilton Arredondo
@niltopher
Casi como prueba del determinismo científico o de la mano invisible de la Protección Cronológica conjeturada por Stephen Hawking, Jacobo Dos Dos no puede evitar que sus viajes en el tiempo terminen con la destrucción de un invaluable vinil de la colección de su hermano Daniel.
Los temas de viajes en el tiempo son frecuentes en las caricaturas. Sin embargo, en algunos relatos los hechos se desarrollan en un tiempo flexible y con tendencia al cambio; mientras que en otros, como el universo de Jacobo, las leyes naturales están ahí para cumplir una suerte de predestinación: el tiempo es inmutable. Peor aún, cada intento de Jacobo no sólo fracasa en salvar el disco, sino que empeora las cosas a su alrededor.
Si el pequeñín confirma duramente la aporía de Tipler (“si alguien viaja al pasado se vuelve parte del pasado, por eso no puede cambiar ni el pasado ni el futuro”), los espectadores confirmamos la genialidad del guion para el humor verbal y situacional. Por ejemplo, el doble significado de la palabra “funny”, más que un chiste reiterado es un leitmotiv que pasa del papá de Jacobo a su amigo Buford, y de ahí a su vecino espía.
Pero si la narración no es lo suficientemente interesante para agradar y conmover, tal vez el contexto lo haga; Jacobo rompe “I Wanna Hold Your Hand”, de los Beatles, originalmente lanzado en 1964 y nunca antes reproducido. Daniel, el mayor de sus hermanos y el más cool de ellos, saca el disco de un mueble repleto de vinilos “ordenados alfabéticamente desde The Animals hasta Zappa”. En el fondo de tonos morados del cuarto de Daniel, es posible reconocer los trazos de una serie de logos y portadas famosas para cualquier rockero tradicional: Black Sabbath, The Rolling Stones, Queen y Frank Zappa son algunos de los artistas que podemos reconocer en la “máquina del tiempo musical” que Daniel usa para regresar a la “época de lo cool”.
A nivel personal, siempre vi a Jacobo Dos Dos como una animación entrañable, en la que el personaje se hallaba en las situaciones más típicas en las que podía encontrarse un niño de 10 años, a pesar de los elementos sobrenaturales de la serie: sentirse ignorado en casa, acosado por autoridades escolares malintencionadas, etcétera. Este episodio en particular, retrata la inadecuación frente a las figuras que admiramos; Daniel, demasiado cool para ser hermano de Jacobo, le da sobrenombres condescendientes luego del accidente con el disco, cuando el anhelo de Jacobo es ser tratado como igual.
Vale la pena echarse los 23 minutos de esta producción canadiense, por su buen sentido del humor, su inocencia e imaginación a la hora de plasmar la visión infantil y, desde luego, por sus referencias musicales.