El sábado pasado tuvo lugar Muertos de Día, presentado por Los Blenders en Galera, con un cartel de amigos y afinidades: The Froys, Los Diabólicos, El Tormento, Bratty, Axel Catalán, Señor Kino y Hawaiin Gremlins.
Debo escribir una reseña del evento y no hallo cómo empezar, por ello he estado repasando momentos del concierto, pensando en qué he escuchado comentarios sobre que no hay bandas nuevas, en que es muy molesto ese sonsonete de “los millennial esto los millennial lo otro”. No avanzaba en el texto y salió el cartel de Vive Latino. Como cada año, se discutió, como se discute el del Corona. También pienso que mientras todo eso pasa, paralelamente siguen organizándose conciertos de “rock urbano” (esa odiosa etiqueta) en municipios del Estado de México; que hay esfuerzos auto-gestivos en toda la República.
Me critico por haber llegado a pensar hace tiempo que ya no hay energía del público en los conciertos, lo que pasa es que no iba a los conciertos correctos.
Quisiera abordar algo de cada uno de esas ideas en el texto, pero percibo que evado lo central de Muertos de Día: la gente, la comodidad, la euforia, la emotividad, la entrega, el atrevimiento, los disfraces; y todo en conjunto ocurriendo. Una comunicación fraterna y entrañable entre público y bandas. Slams en todas las canciones y a la menor provocación, un ambiente denso que olía a mariguana, no porque se fumara sino rezumado por la ropa sudada de los asistentes.
Decir que, si alguien duda de que musicalmente hay una renovación de gusto y estilo, la ventana está ahí, abierta. Es más, nunca se ha cerrado. Incluso son varias ventanas, quien quiera ver que se asome. El círculo joven de la población mexicana se renueva, lo usual. Y desde hace unos sesenta años los jóvenes forman bandas de rock para otros jóvenes. Un ciclo que no para.
Y el sábado hubo una muestra de algo vivo feliz y lleno de energía de ese ciclo. Las bandas del cartel tienen afinidades sonoras, a su música podrían amontonárseles nombres de géneros. Es lo de menos, lo interesante es haber sido testigo de una camaradería invaluable, la que se tiene con las canciones con las que creces. Los tiempos que vienen están alright, frescos y salvajes.
PD. Gracias a todos lo que sin preguntar por qué y para qué dejaron que les tomáramos fotos.
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Óscar Muciño – @opmucino