A John Rogers por su refugio friki
A Stan Lee por todos estos años #OrgulloFriki
“- Muere. Muere. ¿Por qué no mueres? ¿Por qué no mueres?
– Bajo esta máscara hay algo más que carne y hueso. Bajo esta máscara
hay unos ideales, Señor Creedy. Y los ideales son a prueba de bala.”
Guy Fawkes V de Vendetta
Cuando en mi cabeza comenzaba armar el boceto de este volumen cinco de #PunkRockJesus, el cual no estaría dedicado a la música sino a otros de mis gustos/vicios como los comics y las novelas gráficas, específicamente a una serie que cumple tres décadas pateando cabezas, justo en ese momento me llega la noticia de la muerte de Stan Lee. Entro en la disyuntiva de continuar con la idea de escribir sobre V de Vendetta o escribir sobre “el hombre”. Y es que como buen friki de más de cuarenta años, el impacto que tuvo Marvel Comics en mi vida es notorio hasta la fecha.
Para los que sufrimos burlas y golpizas en la escuela secundaria y parte de la preparatoria sólo por ser diferentes, el universo de los comics nos salvó la vida. Nos ayudó a ser más llevadera nuestras diferencias en un mundo donde serlo implica que serás atacado con todo con lo “normales” tengan a la mano. Por eso la muerte de Stan Lee en un primer momento me llevo a pensar en hacerle una especie de homenaje, escribiendo sobre su obra. Desde Spider Man hasta DareDevil. Al final decidí que no. Si bien Marvel Comics (mucho más que DC) sigue teniendo un lugar especial en mis recuerdos y en mi biblioteca, ya no es tan importante como lo era antes. Tomé la decisión de continuar con la idea original y escribir sobre V de Vendetta a treinta años de su publicación.
Para hablar de esta serie, que con el paso del tiempo terminó convirtiéndose en una novela gráfica, tenemos que hablar de Alan Moore y David Lloyd, los dos creadores del proyecto. Moore que desde sus inicios ha sido un escritor que mantiene una actitud contestataria, anti-autoritaria, después de dejar The Swamp Thing, comenzó a desarrollar la historia de un comic que reflejara las revueltas que se estaban dando contra las políticas sociales y económicas de Margaret Thatcher, el surgimiento del Frente Nacional y el resurgimiento de la extrema derecha. Ya con Llyod, en el proyecto deciden usar la figura de Guy Fawkes y dibujar una máscara con su cara tratando de englobar en este mítico personaje del siglo XVII lo que querían reflejar en el comic.
Si escribiera que en esos años cuando se publicó me pateó la cabeza, estaría mintiendo. No tenía la edad para entenderla del todo (aunque su arte me hubiera encantado), y en México no se publicó hasta después de la adaptación al cine hecha por los Wachosky. Aunque sí conocía el trabajo de Alan Moore por The Swamp Thing y su aparición en Batman, en una maravillosa serie donde el villano no lo es y el vigilante nocturno trata de ayudarlo. Una serie que está dentro del trabajo más anarquista y primitivista de Moore.
Leí V de Vendetta a mediados de la década de los noventa. Me lo encontré hurgando en una librería de Arizona. Sin mayor referencia, la portada con esa máscara, que desafortunadamente se convirtió en un símbolo de las luchas anti-sistémicas, y el nombre de Moore fueron motivos suficientes para que me lo comprara. Ya tenía más referencias del trabajo de Alan y me parecía de lo mejor. Un escritor como pocos en el mundo de los comics y las novelas gráficas. Después de leerlo, pasó a tener un espacio en el que tenía mis libros sobre activismo y anarquismo. Era más que un libro “de dibujitos” como decía mi madre. Era todo un manifiesto de lucha. Después vino la película y todo se fue al carajo.
No me malentiendan, tanto los Wachosky como McTeigue logran mantener la esencia visual del comic. En esa parte no pierde nada. Sin embargo, no fueron capaces de entender el espíritu contestatario, anti-autoritario que tiene la historia, quedándose a medias y convirtiéndola más en una historia de amor con algo de activismo de supermercado. Quiero creer, que este aligeramiento no fue a propósito, que los estudios lograron suavizarla para venderla como activismo de consumo y no como una idea de resistencia. Cualquiera que sea la razón, para Alan Moore no hay disculpa posible. Es una mala adaptación y a veces estoy de acuerdo con él.
A treinta años de su publicación, cuando las palabras de Margaret Thatcher de “No hay alternativa” parecen volverse proféticas o peor aún una realidad, con la amenaza de Natalie Portman de una segunda parte (WTF??) y un Alan Moore alejado por completo del mundo gráfico, sólo nos queda esperar ese cinco de noviembre cuando arda todo y nosotras salgamos a las calles sin máscaras de Guy Fawkes que sólo sirven para engordar los bolsillos del capital.
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Jorge Tadeo – @primaindie