TODO MENOS MIEDO

EN VIVO

EN VIVO

#VamosAlStandUp. Tío Rober, Mónica Escobedo, Cojo Feliz, Coco Celis: las espinas de la flor

- Por: hellagone

La pregunta no sobra ¿existe el stand-up mexicano? El stand-up es un género muy específico que parece estar buscándose un lugar en nuestro país, aunque los principios están un poco desdibujados. Como grandes seguidores del género, decidimos seguir la temporada completa del Stan Up Mostaza de Comedy Central para ver la oferta, reírnos un rato y, quizá, empezar a repensar el humor en México.

Por Óscar Muciño
@opmucino
Viñetas Julián Cicero
@pizzafrianofm
La risa es una expresión encarnada. Su manifestación más evidente está en una serie de movimientos y sonidos realizados por el cuerpo, su deleite no puede fingirse o por lo menos es más patente que el disfrute intelectual. La risa es una respuesta a un estímulo creado expresamente buscando esa reacción. La verdadera risa no puede fingirse y por ello se ha dicho que es más difícil hacer llorar que reír.
El show Vamos al stand-up comenzó con una breve presentación de la anfitriona de la noche, Mónica Escobedo, quien mostró lo que ella considera lo mejor de su arsenal humorístico, su situación de mujer en soledad que, aunque la disfruta, el viento se lo recalca, habla sobre cómo puede notarse la soledad de una mujer porque no se combina calzón y brassiere, porque en las redes sociales se toma selfies para lucirse ante su tía que le pregunta en las fiestas, otra vez sola verdad hija. Mónica además conversa con el público, hace comentarios ingeniosos sobre las parejas que han asistido a la velada cómica.
mónica
Coco Celis es un comediante a resaltar, el personaje que elabora durante su rutina está oscilando entre el autismo y la oligofrenia. Coco sale al escenario bailando la canción Take my breath away, perteneciente al soundtrack de la película Top Gun, la canción junto con su baile aparecerá en distintos momentos de su rutina. Los chistes de Coco son “sofisticados”, no recurre a un humor convencional, sino que raya en el chiste negro y absurdo. Chistes sobre regalos de navidad, sobre masturbación (donde el micrófono se vuelve en una símbolo fálico) con una canción de Barry Manilow de fondo, sobre bailes desganados de teiboleras. Cada chiste es un enramado que van constituyendo la rutina cómica que me ha parecido hasta ahora la más alejada al concepto que tenía de stand up mexicano.
coco
El tío Rober sale al escenario con una canción de Guns and Roses. Su show se apoya más en el grito, en la intensidad y el odio, despotrica en contra de los tejocotes, sobre su madre, sobre la menstruación y lo mal negociante que es el diablo. El tío acude al escenario a descargar una bilis producto de desmetaforizar tradiciones o situaciones cotidianas. Desciende del humor de Polo Polo en su uso de las expresiones verbales, en sus interacciones con la audiencia, pero tiene más observación, ha “contemplado” más, es más iracundo que desmadroso.
tío robert
El día cerró con El Cojo Feliz, quien incorpora la enfermedad y la actualidad en su rutina no sólo hace en la rutina escarnio de su pierna enferma, también nombra a otros comediantes (diseñadores gráficos a los que nos les quedó de otra), la pobreza, las películas de superhéroes, las aguas malas, el dolor de caballo, las porristas en Japón e imagina manifestaciones de gente con su misma discapacidad.
cojofeliz
Tres discursos muy distintos se presenciaron, los tres con una muy buena respuesta. Si como decíamos al principio, la risa está encarnada y hay medios para hacerla salir a la superficie, acá tenemos tres personajes que funcionan bien con la audiencia mexicana: el desadaptado, el fúrico y el enfermo. Tres personalidades que no sólo generan conexión con el público, sino que lo reflejan y lo dejan aflorar sentimientos que comúnmente guardamos o callamos.
Los tres exagerando y aprovechando estas características para generar un discurso que contiene recursos más elaborados y que se entrelazan tejiendo una rutina con atinados rollingags y referencias de actualidad, que cuentan con reflexiones que a pesar de ser absurdas dejan un germen de duda o que instalan una forma de ver en el espectador. Uno ya no verá de nuevo a alguien con bastón sin pensar que podría ser un cínico, o a alguien aledado sin imaginar que es un cabroncete, o podrá a su tío vociferando contra las piñatas.
Si el chiste blanco son los capullos de una flor humorística, estos tres comediantes no son pétalos de esa rosa, sino las espinas necesarias para protegerse ante una realidad cruel y sin sentido. Y es que el humor es un arma cargada de futuro.
No se pierdan mañana a
StandUp8Julio