TODO MENOS MIEDO

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La letra O en Bruxismo, la letra A de Pesadilla

Pesadilla

Ante ese universo avasallante, por un momento, perdí la noción de todo. Ahí estaba, aireado, airado, amenazantemente erguido como un cíclope. La situación, la sorpresa, me llevaron a abrir como nunca antes una boca que pudo haber gritado pero sólo atinaba a formar balbuceante la letra A de Asombro, la letra A de Auxilio, la letra A de Antojo y así luego también la penúltima letra del Gran Cañon, la primera O de la impresión “ ¡Oh Dioses!”, de la expresión ¡”Oh Dios!”…

No me hice para atrás, no. Todo lo contrario: avancé al encuentro con arrojo, como debió de hacerse en las justas medievales. En un santiamén mi boca ocupaba mi cara toda y su enristrada lanza a todo mi yo mudo, mi humanidad enmudecida, humedecida. Nada salía de mí vuelto suspiro, vuelto vagido, vuelto sonido, vuelto nada y todo lo de él entraba para para el asalto y para la conquista. Por un momento sólo atiné a saborear, a sentir. Tragué saliva. Logré tragar saliva. Dolorosa, placentera, casi asfixiantemente pasó una eternidad. Así estaba, ahí estaba, ahí estábamos, cuando de pronto, ay sí un brutal de pronto,  la mandíbula gritó ¡ya basta! y de súbito, como la canción del cine nacional en blanco y negro, se agachó y se fue de lado en busca de su libre albedrío y algo de aire…

Era una pesadilla. Desperté. Mi costosa guarda bucal de resina de acrílico tan recomendada por la no menos económica ortodoncista, en algún momento había abandonado su lugar para irse a alojar a mi garganta. 


Alain Derbez – @Alain_Derbez

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