texto y fotos de Rodrigo González Olivares
@Eneas
Lo que está ocurriendo en Venezuela es, en esencia, una “guerra retórica”: es la oposición intentando convencer al mundo de que esto es una dictadura y, por otro lado, el gobierno queriendo caricaturizar a los opositores como terroristas. Ninguna de las dos narraciones es totalmente cierta.
El objetivo opositor es obligar al gobierno a que realice elecciones generales anticipadas (es decir, no quieren que Nicolás Maduro termine su mandato constitucional) y que liberen a los “presos políticos” (sobre todo a Leopoldo López, el autor intelectual de las “guarimbas” de 2014 que dejaron más de 40 personas muertas). Esto se pretende porque estiman que el chavismo está debilitado –después de una guerra económica que comenzaron cuando Hugo Chávez llegó a la presidencia– y podrían hacerse con el control del gobierno “por la vía democrática”, para terminar con el proyecto de la Revolución Bolivariana.

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Opositores de Voluntad Popular marchan en Caracas

Por su parte, el gobierno llama terroristas a la parte opositora para restarle legitimidad a sus protestas. Es verdad que la oposición, cuando marcha, cae en actos vandálicos (llegaron a quemar, incluso, un edificio del Tribunal Superior de Justicia) que ya han cobrado algunas vidas. Sin embargo, la violencia no ha llegado a los mismos niveles que en 2014 (las guarimbas) o al intento de golpe de estado de 2002 que organizaron contra Chávez. La diferencia es que ahora los medios digitales maximizan la percepción de la violencia y, coordinados con medios de todo el mundo, han logrado generar la matriz de opinión de que Venezuela es una feroz dictadura.
La manifestación más grande que ha organizado la oposición ha sido de unas 10 o 15 mil personas (en una ciudad de algo más de 2 millones de habitantes), en su mayoría circunscritas a la zona Este de la Caracas (Chacao, Altamira) con brotes en otras zonas. Aquí vale la pena anotar que Caracas está tan polarizada como la sociedad: la zona Este, en donde habitan las clases medias/altas y las zonas Centro y Poniente, en donde habita la mayor parte de la población de medios y bajos recursos. De hecho, existe una plaza que sirve como división geográfica de ambas zonas, la Plaza Venezuela. Estas dos zonas de la ciudad tienen una visión tan diferente del rumbo del país que, si llegaran a encontrarse manifestaciones opuestas, sí que se armaría una desgracia: si se ven, se matan (ya existe un antecedente de que esto ocurre, en el 2002, con el famoso episodio de Puente Llaguno).
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Una simpatizante presume la figurita de Chávez que ella misma hizo

Maduro se preguntaba hace unas semanas: “¿Qué puedo hacer? Si permitimos que su marcha llegue al centro de la ciudad, ¿se imaginan qué pasaría?” Por eso la policía se ha concentrado en no permitir que la manifestación opositora pase “de este lado”, para evitar la violencia –no estoy cómodo defendiendo a la policía en algún contexto, pero sí reconozco que sin esas acciones, esto ya habría acabado en masacre hace rato. La gente opositora, al sentir que no puede cumplir los objetivos de la marcha, ataca a la policía y ahí es en donde se arma el relajo que tanta visibilidad ha tenido en los medios internacionales.
Esta situación ha visto incrementada su intensidad por la andanada de la Organización de los Estados Americanos en contra de Venezuela. Lo que se busca en ese “ring” es propiciar una intervención extranjera en el país. Por eso la canciller Delcy Rodríguez anunció el retiro de Venezuela del “Ministerio de las Colonias” (como le llaman a la OEA), pues consideran que esa organización sólo le sirve a los fines geoestratégicos de Estados Unidos.
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Henrique Capriles Radonski: gobernador, empresairo, líder opositor

Así las cosas van marchando. Es importante notar que en Venezuelalos, los  medios los tiene la oposición: el gobierno tiene algunos canales de televisión y periódicos, pero el dinero y los medios internacionales están de parte de la oposición (incluso medios de “izquierda” como The Guardian o Aristegui han contribuído al fuego).
En Venezuela se juega el todo por el todo de una vía económica y social alternativa al capitalismo en América Latina. Si cae Venezuela, cae el modelo en Bolivia y Ecuador. Esto lo saben muy bien los opositores y por eso le están metiendo todo lo que tienen a esta nueva intentona.
 
Marcha chavista en la Avenida Bolívar en apoyo a Nicolás Maduro
Marcha chavista en la Avenida Bolívar en apoyo a Nicolás Maduro

 

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