por Ayamel Fernández G.
@JabonZote
Desde 1965, cada 8 de septiembre se conmemora el Día Internacional de la Alfabetización. Así como en otros “días internacionales”, es la UNESCO quien llama a la a la reflexión sobre el tema y -en este caso-, a la participación en la erradicación del analfabetismo. La importancia del tema es indiscutible, al parecer. Pero aquí hay lugar para un par de cuestiones, a las cuales nos vamos a aproximar en este texto. En primer lugar, ¿qué pasa en México? ¿Cuáles son las cifras y qué está pasando con la alfabetización en este país? Y en segundo lugar, ¿qué es ser analfabeta? ¿Qué sentido e implicaciones tiene la alfabetización?
1. Leer y escribir en México
Históricamente, el analfabetismo -y el rezago educativo en general- han sido temas de interés en la política social del país. Tenemos que tener muy claro que el fenómeno del analfabetismo, va de la mano con la pobreza, la injusticia y marginación social. Desde el siglo XIX, hasta la actualidad, los esfuerzos del Estado por alfabetizar a la población ha sido una constante. A mediados del siglo pasado, los procesos de urbanización y de fuerte migración del campo a la ciudad, evidenciaron las condiciones en las que la gente del campo vivía -y sigue viviendo-, entre ellas el analfabetismo. Para la década de 1970, según datos del INEGI , el 25.8% de la población no sabía leer ni escribir.
Como decíamos, el Estado guarda una relación directa con esta causa. En el artículo 3º de la actual Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos se enuncia que es el estado mismo el que garantiza la educación al pueblo. Pero tal vez la última gran acción del Estado para terminar con el analfabetismo sucedió hace justo 36 años, el 31 de agosto de 1981. Ese día se creó el Instituto Nacional para la Educación de Adultos con el objetivo de terminar con el analfabetismo y el rezago educativo. En ese entonces alrededor del 20% de la población no sabía leer ni escribir. El INEA (Instituto Nacional de Educación para Adultos) ha resultado un proyecto provechoso en cuanto a las cifras se refiere, pues se han creado institutos estatales que trabajan específicamente en cada entidad y para la década de 1990, los niveles de analfabetismo estaban en un 12.4%. Cabe recordar que las categorías de “analfabeta” se aplican para personas de 15 años o más que no tienen acceso a la lectoescritura. De igual forma es fundamental recordar que el fenómeno del rezago educativo y el analfabetismo son propias de toda América Latina, habiendo países como Guatemala en los que los niveles de analfabetismo llegan a casi el 25% de la población total y habiendo países como Cuba que han sido declarados libres de analfabetismo es decir que los niveles están por debajo del 1%.

Alfabetizacion3

Volviendo a México la tasa de analfabetismo, según la encuesta intercensal de 2015, es de 5.5% o sea, casi 5 millones de personas. Como todos sabemos, estas cifras son aproximaciones. La dinámica de las encuestas nos permiten inferir que hay mucha gente que no es encuestada. De igual forma es sabido que mucha gente recibe su certificado sin saber realmente leer y escribir, por lo que se estima que en realidad, entre el 7 y el 8% de la población total es analfabeta. La cuestión se complejiza cuando se ubican a las personas más desfavorecidas dentro de este sector de la población. Siendo así las mujeres de edad es avanzadas las personas donde se concentran más los niveles de analfabetismo; el 13% de las mujeres de más de 65 años son analfabetas.
En el año 2014, la Secretaría de Educación Pública y el INEA, impulsaron la Cruzada Nacional contra el Analfabetismo. Un proyecto con miles de voluntarios y con millones de pesos invertidos. El curioso nombre del proyecto nos revela la idea que se tiene sobre este fenómeno y nos ayudará a pensar en lo que realmente significa ser analfabeta así como sus implicaciones sociales y políticas.
2. La lectoescritura de la palabra es la lectoescritura del mundo
Las cruzadas fueron creadas para “recuperar” lo que estaba en las manos del otro. Una guerra contra algo que no empata con los ideales e intereses de un grupo poderoso o que pretende serlo. La “cruzada” en contra del analfabetismo nos lleva a pensar en cómo se ha entiendo dicho fenómenos. En este caso, el analfabetismo se ha visto históricamente como una enfermedad la cual hay que erradicar, como una manifestación de la inferioridad y la incapacidad de la sociedad. Esta visión simplista ha funcionado como una herramienta ideológica que, en pos del progreso social, no revela las complejas raíces y causas históricas del analfabetismo. Partiendo, como decíamos, de que el analfabetismo es inseparable de la pobreza y la marginación social podemos observar la complejidad del asunto. Las personas que no saben leer y escribir están excluidas de una forma de vida: la cultura escrita. Esta condición les impide ser verdaderos partícipes y actores dentro de la realidad social, esto debido a que la cultura escrita impera en el mundo contemporáneo. Este es un fuerte problema social, pues la cultura escrita es un vehículo de la palabra. Y qué es la palabra sino una herramienta de creación y acción del mundo social.
Alfabetización2
Varios estudios se han hecho en torno al acto de leer y escribir. Desde las propuestas teóricas y metodológicas de la pedagoga Emilia Ferreiro, en las cuáles se toca el tema de la alfabetización en un mundo computarizado y digital, hasta la importancia de la participación y las prácticas sociales que aborda Judy Kalman. Pero sin duda alguna, la lucha por la educación liberadora y popular en América Latina fue abanderada por Paulo Freire. Y él mismo puso a la alfabetización como una proceso ineludible en el camino a una sociedad más justa y democrática a través de la educación. Consciente de las implicaciones sociales del analfabetismo, Freire no sólo propuso una nueva forma de entender la alfabetización sino que creó un método -que materializaba dichas ideas- para alfabetizar: el Método de la Palabra Generadora. Método que, junto con los métodos cubanos como el “Yo sí puedo”, siguen siendo utilizados en América Latina incluyendo al INEA. Entonces, Freire nos recuerda que la alfabetización es un acto creador y de conocimiento, y no un proceso mecánico. Y por ende, las relaciones entre el educador y el educando deben ser horizontales, dialógicas, incluyentes y ambos deben ser partícipes del proceso educativo. En su texto La importancia del acto de leer (1981), Freire dice:

La lectura del mundo precede a la lectura de la palabra, de ahí que la posterior lectura de la palabra no puede prescindir de la lectura de aquel.

De forma que al escribir la palabra, también reescribimos nuestro mundo y lo transformamos con un acto consciente. Aquí la alfabetización adquiere un carácter ético y político; debe ir más allá del dominio de los códigos del lenguaje escrito, sino que la constante significación de las palabras y del mundo es la verdadera tarea.
Volviendo al sinuoso mundo de las cifras, podemos pensar en la poca confianza que podemos tener en éstas. Incluso podemos pensar en los analfabetas funcionales que pueden decodificar las palabras pero no pueden aplicar tales conocimientos de formas eficientes en sus prácticas cotidianas. Así pues, las cifras esconden realidades que no pueden seguir siendo invisibilizadas y silenciadas. No se trata de generalizar y negar el trabajo del INEA y el gobierno, sino de cuestionarlas y complementarlas desde distintos lugares. Se trata de ver el tema en su complejidad y las estructuras sociales y las causas históricas de estas situaciones. El analfabetismo es una de las tantas formas de opresión, marginación y exclusión que se viven actualmente. El panorama parece desolador.

Alfabetización4

3. Pequeño epílogo
“La reflexión sin acción es palabrería y la acción sin reflexión es activismo ciego”, diría el mismo Freire. Así pues, hagamos un espacio para esa idea. Después de la creación del INEA, una escuela llamada Centro Activo Freire comenzó a hacer campañas de alfabetización en comunidades rurales en 1982. En 1985 se integró el Colegio Madrid, que hasta la fecha ha realizado casi de forma ininterrumpida campañas de alfabetización y educación con adultos. Las campañas se han ido ramificando; más escuelas públicas y privadas se han sumado a la creación de estos espacios. Si bien la parte cuantitativa no ha sido la prioridad, los espacios de diálogo y de trabajo comunitario (desde la alfabetización hasta otras formas de trabajo con las comunidades) son las que prevalecen. Año con año, cada verano, decenas de estudiantes viajan de manera autogestiva a una comunidad rural a trabajar bajo las ideas de la educación popular y liberadora. Acá los links para conocer más de los tres proyectos que actualmente se desarrollan en la Ciudad de México y uno que tiene su sede en la BUAP, en Puebla:
– Proyecto de Alfabetización y Educación con Adultos del Colegio Madrid
Campaña de Educación con Adultos Logos-Vives-IE
Campaña ¡Alfabetiza! ADECO-Colegio Bilbao.
Campaña de Alfabetización del CUPS, BUAP.
 

En vivo