“A Loose-Fish is fair game for anybody who can soonest catch it.” Moby Dick
Si la música se parece al mar, y lo habitamos todos, hay especies raras, que se ven poco y extraña vez son capturadas. Aquí surcamos las olas para hacerlos más evidentes.
Francis Bebey, el hijo pródigo de Camerún
Por Alejandro Guerrero
@elAleGuarrero
Peces Sueltos se encarga de urgar en los confines de la red para, semana con semana traer para ti, artistas y bandas cuyo legado a la música universal ha pasado desapercibida gracias a las abrumadoras fuerzas del showbizz y el recalcitrante mainstream cultural. Hoy presentamos a uno de los talentos más prolíficos y multifacéticos que ha dado Camerún a la humanidad: Francis Bebey, hijo de un ministro protestante quien pasará los primeros años de su vida en un ambiente familiar intelectual rodeado de libros e infinidad de discos de diversos géneros, en la ciudad portuaria de Douala.
Aparentemente habilitado para tocar cualquier instrumento que pasara por sus manos (desde la guitarra hasta la flauta pigmea), Bebey emigró a París a mediados de los años 50 para estudiar música en la Sorbona. Fue ahí donde, frustrado por lo que percibió como un gran prejuicio y menosprecio hacia los ritmos de la música tradicional africana, ideó su plan maestro: usar la tecnología occidental para esparcir su apreciación por la música y cultura africana que tanto amaba.
Acérrimo defensor de la negritud, Bebey también se desarrolló en el campo de las letras: escribió poesía, algunas novelas e innumerables artículos periodísticos, encaminados a promover los valores comunes de la civilización negra. Esto lo llevó a ser galardonado en 1968 con el Grand Prix Litteraire De L’Afrique Moudio por su primera novela: El hijo de Agatha Moudio.
De igual manera se desarrolló en el ámbito de la comunicación, ganó su licencia para transmitir por la Studi-ecola de la Radiodiffusion Outre-Mer de Paris. Conforme comenzó su carrera como periodista radial en África y Francia, trabajó para el servicio de información de la UNESCO de 1961 a 1974, año en el que abandonó esta labor para dedicarse enteramente a la música.
Todas estas referencias globales se amalgaman en su música, la cual se caracteriza por un sonido fuertemente experimental que mezcla influencias de ritmos latinoamericanos, occidentales y, por supuesto, africanos. Es común encontrar todo un abanico de colores en sus composiciones, ya que la instrumentación está representada por un universo sonoro que no posee una única procedencia. “Pianitos de dedo”, flautas africanas, percusiones y bajo eléctrico dibujan el amplio rango de la música africana contemporánea. Estilos vocales tradicionales (incluyendo la extraordinaria técnica de la “doble voz” y el yodel de las tribus pigmeas de Camerún), flauta ghanesa y líneas de bajo de soukous, son la base formativa en la que versan sus composiciones.
Prepárate para reconsiderar tu opinión acerca de la “World Music“, la lírica de Bebey es profunda y contestataria, abarcando temas como el machismo en la sociedad africana, la dominación político-económica del hombre blanco, el racismo y la explotación hacia el pueblo africano. Todo esto aderezado de sonidos que NUNCA HABÍAS ESCUCHADO, develando un artista seminal-isla desierta comprometido con la causa.