La vida es un álbum de cromos que vamos llenando a cada día con nuestros héroes, nuestros ídolos. Primero los heredamos de nuestros padres, nuestros hermanos mayores y todos los que nos antecedieron; después, imprimimos nuestro estilo y buscamos nuevas caras que nos den forma y sentido. Defendemos, mientras crecemos, el ingreso de nuevos nombres al panteón de los inmortales; peleamos contra los viejos por nuestro derecho de elegir a las nuevas estrellas que alumbrarán la eternidad. Esta tarde, a las seis hora del centro de México, el parador en corto de los Yanquis de Nueva York, Derek Jeter, saltará por última vez del dogout de una casa que el reconstruyó.
Si Babe Ruth, en 1923, edificó la gloria de la franquicia deportiva más exitosa del mundo, y despúes Lou Gerihg, Joe DiMaggio y Jogui Berra dieron forma a Nueva York, Jeter fue el encargado de reconstruir el ánimo moral de una ciudad que se creía impenetrable contra cualquier amenza: fueron los Yanquis los encargados de limpiar las lágrimas de los neoyorquinos después de los atentados del 11-S. Ante el derrumbre de la Torres Gemelas, símbolo del poderío financiero de la Gran Manzana, el deporte de pelota regresó a la ciudad su legado original: acaso los yanquis son el espejo del ánimo de la ciudad más famosa de tierra. Ambos, urbe y equipo, se acompañan en el glamour y en sus flaquezas; en sus delirios y en sus miserias.
Jeter, el capitán, el nuevo héroe, dejará el diamante del Bronx para siempre, su nueva morada será la nostalgia.
Nos quitamos la gorra y agradecemos por tantas historias y tanta emoción, Gracias Derek, de nuestra parte sólo mostramos #RE2PECT.
Les dejamos algunos de los homenajes que nos hemos encontrado en la red.
Un texto bonito de Mauricio Mejía aquí.
http://www.youtube.com/watch?v=xfgS1lvqX8I
http://www.youtube.com/watch?v=X03_bNuihLU

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