Algunos documentales te hacen recuperar la fe en la humanidad, volver a ver el mundo con nuevos ojos y encontrar la belleza en los detalles mínimos, en los pequeños gestos. Otros te enfrentan con realidades tan oscuras y enfermas, que el asco se apodera de ti. Los terceros viven en la frontera entre los primeros y los segundos, demostrando que nada de lo que pensabas era cierto, que la verdad es una convención junto a la historia, una que imponen los intereses políticos y las grandes movilisaciones humanas.
A este tercer grupo pertenece el documental que esta semana su #YoDocu les viene a recomendar. Se titula HyperNormalisation, y si pensaban que tenían las cosas claras, que sabían quiénes son los buenos y quiénes los malos, por qué las guerras y los enormes benficios que la red ha traído; prepárense para el desmayo tras enterarse que no sabemos nada de nada.
Bajo la idea de que vivimos una sociedad “hipernormalizada” donde no podemos diferenciar entre la realidad y la “realidad”, Adam Curtis entregó en 2016 este trabajo que no ha dejado de ser comentado. La idea es simple. Por ahí de los setenta, en dos ciudades apartadas la una de la otra, se tomaron dos decisiones capitales que alteraron el curso de la historia y que fueron tan graves y delicadas que, por ejemplo, se puede entender la elección de Trump a partir de ellas. Curtis, en una obra absoluta de conecciones y cruces geniales, expone un cuadro global que, en la búsqueda de respuestas, despierta más interrogantes, cada una con un perfil más macabro.
Tienen que verlo, ya sea por su amor al documental, o a la historia, o a la paranoia, o a las teorías de la conspiración. No lo más terrorífico es que no es ficción, lo que HyperNormalisation presenta es simplemente el transcurso humano de los últimos 50 años más o menos.

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