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#BallenasBlancas. Anna Atkins, la primera fotógrafa de la historia

Retrato de Anna Atkins en un álbum imoreso 1861

La Historia y la Naturaleza comparten un fenómeno común de gran belleza: en ciertos momentos inadvertidos, la impermanencia se abre, ya sea en un diminuto botón que se desgarra en flor o en las manos de una mujer que coloca los testigos del mar en un papel igual de azul que la marea. Anna Atkins hizo un bello trenzado entre la historia de la botánica, la de la fotografía y la estética visual de aquello que merece permanecer.

British Algae

Cianotipia

La primera fotografía de la historia es la imagen de unos tejados. Nicéforo Niépce la tomó desde la ventana de su granero en Saint Loup de Varennes en 1824, utilizando una cámara oscura y una placa de peltre cubierta de betún. En 1842, sir John Herschel inventó el proceso fotográfico de cianotipia, un procedimiento que consigue una copia de la imagen original en azul de Prusia o cian. Con una solución acuosa fotosensible, se impregna un material, usualmente papel. Sobre él se colocan los objetos de los que se desea obtener una imagen y se expone a luz ultravioleta. Dependiendo de su densidad, los objetos dejarán pasar suficiente luz al soporte que. al contacto con los rayos UV, se tornará color cian.

Un gran amigo de sir Herschel era John George Children, conocido químico, minerólogo y zoólogo inglés. A pesar de haber inventado el cianotipo, no fue Herschel el primero en explorar esta técnica, sino Anna Atkins, la hija de Children. Anna nació en Tonbridge, Kent, en 1799, quedó huérfana de madre al nacer. Creció muy cercana a su padre y su trabajo, aunque desarrolló un interés propio por la botánica. Cuando sin John Herschel les mostró a Children y a Atkins su invento, Anna inmediatamente puso manos a la obra y utilizó el proceso para refinar los resultados de la clasificación de algas que había comenzado a ilustrar con dibujos. Gracias a la precisión que los cianotipos ofrecían, logró publicar varias entregas de su serie British Algae, un catálogo ambicioso y bello del cual se conservan muy pocas copias.

British Algae 2

La primera fotógrafa de la historia

Los fotogramas de cianotipos de algas son los primeros de su tipo. El juego entre la fotosensibilidad del material y el objeto retratado, hace de Anna Atkins la primera fotógrafa de la historia. Es posible que antes otra mujer haya probado plasmar imágenes con daguerrotipos o algún otro derivado del proceso que le permitió a Nicéforo retratar sus tejados. Sin embargo, Anna Atkins fue la primera en hacerlo con suficiente constancia –y recursos– para ejercer la técnica más allá del oficio. Su obra tiene gran valor de archivo, ya sea como catálogos que plasman y clasifican especies botánicas para retratar la biodiversidad, o como muestra de una visión estética, donde el retrato de algo tan pequeño y frágil como una flor o un alga, puede tener la belleza de un microcosmos representado.

British Algae 3

La edición completa de British Algae constaba casi de cuatrocientos fotogramas. Concebidos en fascículos, Atkins los distribuía por sus propios medios a amigos, conocidos, librerías e instituciones, con recomendaciones adjuntas para su encuadernación. Todo este trabajo era realizado sin remuneración económica, pues Atkins gozaba de una posición que le permitía trabajar solamente por amor a la ciencia y no por necesidad. Era importante para ella que su trabajo se conociera, pero no por ser ella la autora. De hecho, firmaba únicamente con sus iniciales, A.A., lo que llevó a un académico del siglo XIX a interpretarlas como Anonymous Amateur. Fue hasta los años 80 del siglo XX, gracias al historiador y curador Larry S. Schaaf, que el trabajo de Atkins se reconoció públicamente. Antes de eso se consideraba a The Pencil of Nature, obra de Henry Fox Talbot, el primer libro ilustrado con fotografías.

En Sun Gardens, libro donde Schaaf cuenta la historia de Atkins, se asegura que Fox Talbot y ella intercambiaron resultados de sus publicaciones y los procesos de su trabajo, pues más que adversarios fueron colegas. Sin embargo, no es de extrañarnos que solamente el trabajo de H.F.T. haya sido celebrado y mantenido de forma constante en el radar de la historia de la visualidad. Y es curioso porque, a pesar de que Anna Atkins firmara únicamente con sus iniciales, todas las órbitas de su trabajo indican un claro centro hacia ella –las colaboraciones con su padre, la clara relación con Herschel, la comunicación con pares como Fox Talbot y su conocido interés por la catalogación de estas especies.Y curioso quizás no sea la palabra, pero me cuesta escribir las razones por las que ella, como muchas otras, pasó desapercibida.

Cuidado azul

Conocí la belleza de Anna Atkins un día que investigaba sobre los catálogos de plantas que hizo Emily Dickinson y los bellísimos dibujos botánicos de Beatrix Potter. Con la fascinación que me causó su trabajo, decidí escribir un guión de radio para el Hotel Panorama que describiera una posible experiencia visitando jardines que salieran de sus páginas. Aquí comparto un pedacito del texto que hice para Atkins, con mucha admiración y respeto, agradecida con ella por el cuidado azul, y con ustedes por leer.

Te detienes frente a un estanque azul profundo. Las ondas del agua se extienden como arrugas en el papel de una animación cuadro por cuadro.Te acercas a ver tu reflejo y te sonríe una sombra parecida a ti. Puedes ver una danza dentro del estanque. Algas blancas que se mueven muy sutilmente al ritmo de las ondas de la superficie. Este es el ojo de agua de Anna Atkins. Ella es considerada como la primer mujer en tomar una fotografía y publicar un libro de imágenes fotográficas.

La invención del cianotipo cambió su vida. Mientras la mayoría de los fotógrafos lo utilizaban para registros arquitectónicos, Atkins decidió plasmar los distintos tipos de algas que encontraba en su investigación botánica. El resultado está en este estanque de papel.

Tu mirada se pierde en las impresiones blancas sobre azul que se mueven con cadencia pausada. Te hipnotiza la transparencia de estas plantas y piensas en estos registros como fantasmas. Porque son impresiones de sus sombras, el reflejo del reflejo atrapado en las pupilas de Anna.

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Ana Martínez de Buen – @Anamdb

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