“A Loose-Fish is fair game for anybody who can soonest catch it.” Moby Dick

Si la música se parece al mar, y lo habitamos todos, hay especies raras, que se ven poco y extraña vez son capturadas. Aquí surcamos las olas para hacerlos más evidentes.

Magma

Por Alan Prats
@al_prats
El mito kobaïano y la música zeuhl comenzaron en París en 1969, cuando el baterista Christian Vander fundó la banda Magma. Al igual que muchos otros músicos de su generación Vander formó parte de esa ala experimental a través de la cual el rock fue llevado a explorar terrenos que aparentemente le eran ajenos. A partir de influencias tan diversas como Richard Wagner, Igor Stravinsky, Carl Orff, pasando por John Coltrane hasta llegar a la música africana y asiática, además de su formación clásica y un talento nato, Vander llevó el rock a lugares que nadie había podido imaginar siquiera, creando un sonido único y sin precedentes.
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A finales de los años 60, mientras el rock estaba entrando de lleno en su estadio progresivo y la escena británica dominaba por completo el panorama, con Vander como líder y guía espiritual Magma se puso a la cabeza de la vanguardia del rock en Francia.
Magma 2
El sonido de Magma se caracterizó por una extraña fusión entre música académica contemporánea y jazz, pero su importancia no se limita a ello. Mientras los álbumes conceptuales y las óperas rock empezaban a ser un sello distintivo del rock progresivo, Magma fue un poco más allá y se convirtió en una banda conceptual, creando así su propio mito, su propio sonido y hasta su propio idioma.

La música de Magma está completamente basada en un concepto creado por Vander, el mito de Kobaïa, ese planeta lejano que alberga al sector de la humanidad que huyó de la Tierra para encontrar equilibrio y construir una sociedad armónica, dejando atrás la autodestrucción a la que se encaminaban los terrícolas. El planeta fue bautizado así por los humanos que llegaron en honor al kobaïano, una lengua ancestral con la que el emperador Ëmëhntëht-Rê difundía su sabiduría en la Tierra en tiempos olvidados por la civilización. En este concepto la música juega un papel esencial, razón por la que se le da la categoría de zeuhl, que en español significa “celestial”.
Magma 3
Si bien la leyenda de Kobaïa ha sido desarrollada por Vander y Magma a lo largo de 40 años de carrera y poco menos de 30 discos –entre piezas de estudio, versiones en vivo y obras en vivo que nunca fueron grabadas en estudio–, el sonido zeuhl tomó su forma definitiva en 1973 con el álbum Mëkanïk Dëstruktïẁ Kömmandöh, el cual despliega melodías estridentes y minimalistas con progresiones extensas que construyen una atmósfera de trance. Pero el rasgo distintivo que dota de identidad al zeuhl son esos coros hipnóticos que bien podrían funcionar como la banda sonora de un viaje por los confines del universo, cuyo destino final sería el mítico Kobaïa.

El lenguaje inventado por Vander juega un papel esencial en el concepto y el sonido de Magma, pues su apariencia ininteligible lo impregna de un áurea críptica, un mensaje que en definitiva no es para todos, sino para aquellos iniciados que se han sumergido en la leyenda kobaïana.

Christian Vander es un magnífico baterista, pero la categoría de compositor explica mejor el genio que lo caracteriza. El núcleo central del mito kobaïano, por ejemplo, se desarrolla en una tripleta de discos conocida como la trilogía Theusz Hamtaahk –“Tiempo de Odio” en español–, que no es otra cosa que una sinfonía en 3 movimientos. Del mismo modo algo que ha caracterizado a Vander es que constantemente revisita su obra, por lo que no es extraño que haya varias versiones –a veces muy distintas entre sí– de una misma pieza. En este sentido sobresale su habilidad como arreglista, pues dependiendo de sus intenciones una pieza podía tener arreglos para un tempo más rápido o más lento, para notas más graves o más agudas, para más o menos instrumentos, etc., lo que habla de la versatilidad de él como músico y de Magma como banda.

La música de Magma frecuentemente es catalogada como rock progresivo, que en modo alguno es un error, pero lo cierto es que sus características son tan particulares que a lo largo de los años se ha consolidado como un subgénero en sí mismo: el zeuhl. Magma abrió una nueva brecha en la música popular contemporánea que ha sido recorrida por muchas bandas después de ellos, agrupaciones que adoptaron el sonido celestial como su propia identidad y que incluso rescatan la lengua kobaïana como su fuente de inspiración, por lo que el legado de Magma tiene asegurada la inmortalidad.
Magma 4
En definitiva el zeuhl no es una música fácil, ¿pero quién dijo que el viaje cósmico en busca de la sociedad utópica lo fuera?
¡Kobaïa iss de hundïn!

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